Llegar a la cabecera municipal de Bojayá, Bellavista, y preguntar por Domingo Valencia, es preguntar por uno de los personajes más reconocidos del municipio. Domingo Chalá Valencia es el cantautor vallenato que dedica sus letras a los pasajes más tristes en la historia de este municipio tan afectado por el conflicto armado.
Don Domingo reside en el barrio Bellaluz, de Bellavista, tiene 76 años y todavía tiene una fuerza única en su voz que le deja tantas vivencias en un territorio como Bojayá en el Chocó. Para el cantautor, el vallenato ha sido el género musical por el que se decantó por allá en la década de los 60, así como lo asegura él, después de haber prestado el servicio militar en 1964.
“Toda la vida me ha gustado la música vallenata, pero no había tenido la oportunidad de encontrar una persona que me diera un empuje, unos recursos para yo seguir más allá con mi música. Lo que hace que ocurrió la masacre del 2 de mayo, es donde yo estoy resollando con la música, con el talento que saqué. Esa música me la tienen en 17 países fuera de Colombia”, aseguró Valencia.
Sentarse a dialogar con don Domingo es encontrar una serie de experiencias que no cualquier persona hubiese podido superar fácilmente, con sus más de siete décadas viviendo en un territorio tan olvidado y afectado por la guerra. Hoy dice que vive tranquilo, que la vida le ha regalado el don del canto y con sus letras recuerda cada víctima de Bojayá.
Cuando habla de su carrera artística, se denota un brillo en sus ojos y con orgullo enumera cada ciudad a la que ha ido a dar conciertos, Medellín, Bogotá, San Vicente del Caguán, Cali y en Boyacá.
“A la gente le ha gustado mucho mi repertorio de mi música. Cuando ellos me citan para que yo vaya a hacer una presentación, ellos me responden por todo, por mi música, por mis pasajes y de allá me traigo mis pesitos para comprar la libra de arroz para mi familia”, narra Domingo.
El amigo de los muertos
Valencia es conocido como el amigo de los muertos, él narra con nostalgia pero a la vez con orgullo las veces que ha sacado cadáveres que bajan por el río Atrato para brindarle una cristiana sepultura.
“Soy el mejor amigo de los muertos porque soy un hombre muy condolido, me ha tocado ver bajar la cantidad de muertos que ha bajado por el río Atrato, únicamente civiles porque uniformados no tengo ese privilegio de cogerlos. Me ha tocado enterrar aquí en el cementerio gente sin cabeza, gente con el gallinazo montado encima y he espantado el gallinazo y lo he arrimado a la orilla para llevarlo a brindarle una cristiana sepultura”, afirma el amigo de los muertos.
“Si a mí solo me toca embarcar un muerto en la canoa lo hago, porque hay que darle la cristiana sepultura, ese es un ser humano que se merece todo ese trato. Por eso a mí me escogieron como sepulturero de ver esas labores que yo hacía con los muertos”, concluyó.
Cuando habla del día de la masacre, no puede ocultar su tristeza, aunque dice con orgullo que los muertos en muchas ocasiones le han dado las gracias por su labor.
“Cuando me tocó recoger los muertos de la iglesia, hubo muertos que llegaron ante mí a darme las gracias, a felicitarme”, cuenta con nostalgia en sus ojos.
Domingo también asegura que cuando realizaba las labores de rescatar los cuerpos era muy difícil quitarse el olor, así se bañara con mucho jabón.
También es creyente que las ánimas lo acompañan a donde quiera que va, “me siento satisfecho que tengo una vida. Hoy por hoy, que me coge un dolor de cabeza, me alivio otra vez porque tengo atrás de mi las ánimas que yo levanté, que son las que me están curando y les tengo fe a ellas”.
El cantautor vallenato es la imagen del chocoano pujante que anhela la paz como ningún otro ciudadano, en su mirada se puede hallar la resiliencia que invade la sociedad bojayaseña, que a pesar de tanta violencia todavía se levantan a construir sociedad, una sociedad en paz, alejada de las balas y las bombas.
Con ilusión en su rostro menciona que quisiera ser recordado por sus labores en la comunidad, “Yo he sido un hombre muy humanitario con las personas que se mueren”, asegura.
Asimismo menciona que se encuentra en una lucha para poder conseguir ayudas paras las personas de avanzada edad que hoy no cuentan con lo suficiente para subsistir, pero que en muchas ocasiones su labor ha sido en vano por falta de voluntad política.
Domingo Valencia es sinónimo de arte y resiliencia sus vallenatos retumban a nivel nacional e internacional llevando un mensaje de paz y reconciliación a toda la sociedad colombiana.
Don Domingo es un personaje que es respetado por grandes y chicos, que recuerdan a través de la música a sus muertos y los lloran con nostalgia y a pesar de tanta guerra, hoy siguen soñando con el silencio de los fusiles y el desmantelamiento de todos los grupos armados que por décadas les han perturbado su tranquilidad.