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Estado colombiano pide perdón público a víctimas del exterminio de la Unión Patriótica

Este acto de reconocimiento se lleva a cabo en cumplimiento de las medidas de reparación ordenadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos debido al exterminio de los militantes de la UP.
Exterminio Unión Patriótica: reconocimiento de responsabilidad Estado colombiano
Foto de: Unidad para las Víctimas
Alejandro Mejía Molina

Este viernes 11 de octubre de 2024, en la Plaza de Bolívar, el Estado colombiano pide perdón a las víctimas del exterminio de la Unión Patriótica y reconoce su responsabilidad internacional en uno de los capítulos más oscuros de la historia política de nuestro país. 

Este acto de reconocimiento se lleva a cabo en cumplimiento de las medidas de reparación ordenadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (IDH) debido al exterminio de los militantes de este partido político entre miembros de la Fuerza Pública, paramilitares y políticos liberales desde 1984. 

Más de 6.900 militantes y simpatizantes de la UP fueron asesinados sistemáticamente.

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De acuerdo con la Presidencia de la República "este evento tiene una profunda relevancia histórica, pues simboliza el firme compromiso del país por garantizar que hechos, como los ocurridos contra la Unión Patriótica, no se repitan, reafirmando que la violencia y persecución política no tienen cabida en una sociedad democrática".

Al menos unas 1.500 personas víctimas del exterminio, entre sobrevivientes y familiares de la UP, asisten a este evento en el corazón de Bogotá, que cuentan con la presencia de funcionarios del Estado y congresistas.

Breve repaso histórico

La Unión Patriótica se constituyó como organización política el 28 de mayo de 1985, luego del proceso de paz que se adelantó entre el Gobierno de aquella época y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. 

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en su sentencia del 27 de julio de 2022, documentó que "como consecuencia de su rápido ascenso en la política nacional y, en especial, en algunas regiones de tradicional presencia guerrillera, surgió una alianza entre grupos paramilitares, con sectores de la política tradicional, de la fuerza pública y de los grupos empresariales, para contrarrestar la subida en la arena política de la UP".

Desde entonces, la violencia contra los integrantes, simpatizantes y militantes de la UP fue constante en el país, culminando en un exterminio que se prolongó durante décadas, y que hoy el Estado colombiano reconoce como su responsabilidad.

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