Este 3 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa, una fecha establecida por la Asamblea General de la ONU con motivo de la publicación de la Declaración de Windhoek, donde periodistas africanos se reunieron en un seminario organizado por la UNESCO para poder ejercer el periodismo libremente, sin presiones y sin amenazas.
La libertad de prensa en cifras
Para el 2024, según el informe 'Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa' de Reporteros Sin Fronteras advierte que el ejercicio periodístico en el mundo se encuentra amenazado por “las autoridades políticas”, resaltando que hubo una “ausencia manifiesta de voluntad política de la comunidad internacional para aplicar los principios de protección de los periodistas”.
Los países que se encuentran en “situación muy grave” por la libertad de prensa son Eritrea, Siria, Afganistán, Corea del Norte, entre otros.
Sobre el caso de Irán, que se encuentra en la posición 176 de 180 países, menciona el informe que “más de 100 reporteros palestinos han sido asesinados por el ejército israelí”.
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En el contexto colombiano, la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) reportó que en 2024 ocurrieron 158 casos de agresiones a periodistas, donde los casos de amenaza son “la principal agresión” con 56 casos.
“Periodistas reciben mensajes o llamadas de números desconocidos o publicaciones en redes sociales en las que les atacan de manera directa, o a sus familiares. Les amenazan por notas periodísticas realizadas, por investigaciones que están en curso o por no publicar alguna información”, aseguró la Flip.
Desafíos en el contexto colombiano
Conversamos con la periodista Olga Behar, conductora del programa radial ‘Puntos de Vista’ de Radio Nacional de Colombia y miembro de la asociación Consejo de Redacción, acerca de los retos que enfrenta la libertad de prensa en Colombia.
Behar afirma que “el periodismo ha sido equiparado a las políticas oficiales de los medios de comunicación”, debido a que “se confunde la función del periodista con la política editorial o los intereses de los grandes medios de comunicación”.
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Por ello, aclara que el periodista se encuentra en “una situación de fragilidad”, debido a que enfrenta la autocensura, la censura oficial o, en el caso Colombia, “al tema de la violencia, que está metida en el ADN de nuestro país”.
Por otra parte, asegura que con la llega del mundo digital, se “ha democratizado el ejercicio profesional de los periodistas”, debido a que encuentra “la posibilidad de un periodismo diferente”, que se caracteriza por ser independiente, libre y mucho más democrático.
“Los periodistas en los territorios son muy vulnerables”
Para Olga Behar, el periodista atraviesa por un contexto de vulnerabilidad, donde es “un guerrero por la verdad y un guerrero por la supervivencia”, debido a la precarización laboral y la violencia en las regiones.
“Son muy vulnerables, porque pertenecen a empresas pequeñas (…) que no son capaces de conseguir financiación externa (…) consiguen la publicidad en instituciones estatales o a los grandes capitales y pierden su independencia”, señala la periodista.
A esto se le suma, la situación de violencia en las regiones de Colombia, donde “el periodista está en la misma condición de vulnerabilidad de la gente en los territorios” y debe “resistir ante las amenazas o los ataques”.
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“Las medidas de seguridad y autoprotección sirven, pero para quien está metido en el territorio, lo que le puede servir es desescalar la violencia (…) Usted puede contratar en la UNP a guardaespaldas, pero no te garantiza que puedas sobrevivir”, advierte Olga Behar.
Finaliza diciendo que "es algo difícil de manejar (...) proyectos como la Paz Total es lo único que puede garantizar paz para todo el mundo, entre ellos, a los periodistas”, haciendo énfasis en que “las paces y los proyectos regionales son válidos y necesarios”.