Como resultado de más de dos años de trabajo, la Comisión de la Verdad junto a la población del corregimiento de Gaitania, municipio de Planadas (Tolima), resalta diferentes actividades de no repetición en donde involucra a víctimas del conflicto armado, Fuerza Pública, personas en proceso de reincorporación y comunidad indígena.
Este domingo 3 de octubre se inaugura el monumento “legado a la convivencia y a la no repetición del conflicto armado”. En este territorio emblemático a nivel nacional por ser el origen del conflicto armado, donde surgió las Farc, una de las guerrillas más antiguas del mundo.
El monumento va a demostrar todo lo que se ha venido haciendo por quitarle y ponerle un pare a años de confrontación armada durante más de 60 años.
La Comisión de la Verdad comenzó una iniciativa de convivencia apoyada por la Unión Europea en una especie de diálogo social con las personas del corregimiento y que le apuesta a la construcción de una verdad histórica que reconoce lo vivido por las comunidades en el conflicto armado.
Este monumento diseñado por el maestro Tolimense Simón Manrique, quiere volverse un homenaje a las víctimas reflejando todas esas experiencias vividas por los habitantes del territorio como parte de esa transición hacia la paz y a la no repetición.
“Queremos que el territorio de Planadas no sea reconocido por solo ser el origen de la resistencia, por solamente contar parte de esa historia que se generó. Queremos que se muestre todo lo que vino gestándose allí, que se muestre lo que se inventó la gente durante estos 60 años para que el conflicto no se perpetuara”, dijo Diana Trujillo directora de la región centro andina de la Comisión de la Verdad.
Este monumento fue creado por el maestro Simón Manrique, pero lo hizo la gente, lo hizo el ex guerrillero, el indígena, el soldado, el policía y todo lo que iban contando de sus historias, de lo que padecieron y no quieren volver a repetir en una pieza de 12 metros de altura y 6 toneladas de peso.
Un monumento de muchos testimonios que se podrán ver en las láminas y piezas del mismo. Además se podrá observar también a esa mujer indígena que está en la punta del obelisco del monumento sosteniendo un bebé y con su bastón de mando que refleja la equidad que ellas han venido reclamando durante años como comunidad étnica. Pero sobre todo el respeto por la vida y como la paternidad y la maternidad se convierte en un elemento clave en la reincorporación individual y comunitaria en la región.
Se puede observar a ese militar que no está con un fusil, si no está para darle la mano al otro e invitándolo a subirse en esta nueva etapa de reconciliación y construcción de tejido. Todo con el apoyo de la comunidad, que lo construyó piedra a piedra dentro del proceso de concertación y diálogo, pensado siempre en el dolor de las víctimas dejando de lado la estigmatización y el señalamiento para avanzar en la construcción de paz.
“La idea es que este monumento sea la entrada a esa gran Marquetalia histórica y turística, la cual se ha querido fomentar allí en el sur del Tolima”, dijo Diana Trujillo. Quien además señala que es importante conocer esos grandes pactos de paz como: El primero que se firmó en el año 1996 entre comunidad Nasa y frente 21 de las Farc, para que la violencia no se repitiera. Y dos más, como la firma del acuerdo final de paz y el tercer acuerdo que es una marca de café gestada entre reincorporados y comunidad indígena víctima.
La misma que ha venido construyendo, creciendo y vale la pena escuchar como en medio de la balas agachados sembraban café le apostaron a una economía que hoy es una de las más fuertes y ricas del país.
Esos esfuerzos de la gente por arraigarse al territorio, de quedarse y de apostarle a poder convivir, perdonar, responsabilizarse y trabajar de manera articulada, son los esfuerzos que se reconocen y que hoy tienen un monumento involucrando no solo a Planadas, sino también a Chaparral, Rio Blanco, Ataco, San Antonio y Ortega en el sur del Tolima.
Es así como la Comisión de la Verdad entrega el único monumento que se suma a los tres que se establecieron en La Habana: el primero fue inaugurado en diciembre de 2018 en la ciudad de Bogotá, construido con 37 toneladas de armas que entregaron las Farc entre 2016 y 2017. La obra se llama 'Fragmentos' y comprende 1.300 placas metálicas que cubren el piso de 800 metros cuadrados. El segundo llamado Kusikasay 'vida nueva y venturosa' en lengua quechua, ubicado en Nueva York en el jardín de esculturas de las Naciones Unidas. Y el tercero sería instalado en Cuba, pero aún presenta demoras en su construcción.
Ahora, este monumento en Gaitania es el resultado del trabajo de sus pobladores y la comisión de la verdad. Una obra que se suma a los tres pactos ya firmados entre comunidad, indígenas, reincorporados y gobierno nacional y que reafirma el compromiso en la construcción de una paz estable y duradera en esta región del departamento del Tolima.