En Mochuelo Bajo, una de las nueve veredas de la localidad de Ciudad Bolívar, vive desde hace más de 34 años Helbert Ruiz, estudiante de gestión ambiental y servicios públicos de la universidad Distrital Francisco José de Caldas y un reconocido emprendedor social de dicho sector.
La vereda, que lleva el nombre de un pájaro característico de la zona, es conocida porque allí funcionan el relleno sanitario Doña Juana y varias canteras. También en ese lugar se localiza el Colegio Distrital Colegio Rural José Celestino Mutis con una capacidad cercana a los 1200 estudiantes.
“Yo vivo con mi esposa y mi hijo de 10 años. Además, en esta vereda viven mis padres y mis dos hermanas. Acá somos estrato uno. La mayoría de la población es campesina. Algunas personas se dedican a trabajar en fábricas cercanas, otras en el relleno sanitario y algunas más laboran en Bogotá. Mochuelo Bajo tiene una pequeña parte comercial, es como la zona más central de las otras veredas. Recordemos que el 70 por ciento de Ciudad Bolívar es rural”, señala Ruiz.
Este gestor social comenzó a trabajar desde muy joven en temas religiosos y comunitarios. Ha sido presidente de la junta de acción comunal por muchos años, no solo de Mochuelo sino también del sector de Paticos. Según Ruiz, empezó ese proceso para ayudar a las personas de su territorio.
Con esa labor conoció a muchas personas, colectivos y fundaciones con las que comenzó a hacer diferentes actividades. El batallón de policía militar de esa zona y el Jardín Botánico de Bogotá han sido un gran apoyo en labores de reforestación. La vereda Mochuelo es considerada como una de las zonas de Bogotá con más baja disponibilidad de coberturas verdes.
Según Martha Liliana Perdomo, directora del Jardín Botánico de Bogotá, en esta vereda hay un árbol por cada 15 habitantes, por ello la zona está siendo restaurada a través de actividades masivas de plantación de árboles para impactar de manera positiva en el medio ambiente y en la calidad de vida de los habitantes del sector.
Otra labor importante que viene desarrollando Ruiz junto a otros estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad Pedagógica Nacional, es en la educación. Hace dos años se dieron cuenta de la necesidad de refuerzo en sus estudios por parte de los niños. También que se requería apoyo para superar el analfabetismo de algunos jóvenes que no pudieron terminar sus estudios.
Gracias a la experiencia que ha conseguido Ruiz trabajando como coordinador académico en Fundaved, una entidad que realiza procesos ingeniosos de apalancamiento educativo en diferentes partes del país como Amazonas, Caquetá, Putumayo y Soacha, le ha permitido llevar esa experiencia a su vereda.
“Tomando esa idea y práctica se busca un proceso con los niños para reforzarles sus temas académicos de manera gratuita e iniciar procesos con ellos. Estos refuerzos los hacemos siempre en el salón comunal y desde ahí nos desplazamos a otras veredas. Se busca que las personas apoyen dichos procesos sacando un tiempo libre para que ayude a la educación a las personas de su mismo territorio”, señala.
El año pasado cuando apareció la pandemia del Covid-19, la iniciativa de estos emprendedores sociales se frenó. Encontraron que los niños y sus familias no tienen acceso al internet y mucho menos a los libros. Entonces surgió la idea de la construcción de una biblioteca presencial.
“Fue así como adaptamos un espacio para que esos niños pudieran llegar a hacer sus actividades y tareas de una manera gratuita. Lo único que queremos es que los niños no vayan a desertar. Desafortunadamente mucha gente piensa que, porque somos de lo rural y vivimos al lado del relleno sanitario, no tenemos aspiraciones. Aquí hay personas muy inteligentes que quieren salir adelante”, afirma Ruiz.
Es el caso de Ana, una joven madre que asiste los fines de semana con su pequeño niño a estudiar. También menciona a los jóvenes que trabajan durante la semana y dedican su tiempo libre para poder recibir reforzamiento educativo.
Ruiz aprovecha su relación con muchas entidades que ofrecen su apoyo a través de diferentes actividades comunitarias. Pero recalca que no mezcla esas labores con cuestiones políticas, sino que desde la academia están llevando ese proceso para bien de su comunidad.
“Lo que necesitamos es articular un proceso y por eso hacemos la invitación a las personas que quieran aportar un granito de arena con libros y material didáctico. Nosotros desde nuestras universidades aportamos cosas y podemos generar algo bonito para una zona que la necesita. No solamente somos los vecinos del relleno, acá hay gente muy emprendedora”, asegura.
El próximo mes, Ruiz recibirá su título en gestión ambiental y servicios públicos que le permitirá respaldar su loable labor con esta zona rural que tiene hermosos escenarios naturales y que, desafortunadamente, también está un poco olvidada de “los de Bogotá”, como llaman los habitantes de estas veredas a las personas de la capital del país, sin caer en cuenta de que ellos también forman parte de la misma ciudad.
Las personas que quieran donar libros para fortalecer la biblioteca presencial de esta vereda, lo pueden hacer a través de Facebook con el nombre “Empecemos de nuevo Mochuelo bajo”. En ese sitio podrán encontrar las diferentes actividades que desarrolla la fundación en alianza con otras entidades, y las jornadas que tienen programadas para este mes.