En los conflictos armados, la violencia sexual ha sido utilizada desde tiempos remotos como una táctica de guerra. Es un arma destinada no solo a desestabilizar a la víctima, sino también a su entorno. Las personas agredidas sexualmente sufren daños físicos, psicológicos y emocionales que les restan fuerza para luchar, disminuyen la confianza en su entorno y en las instituciones. Este fue el caso de Mayerly Paredes Rojas, una mujer huilense de 16 años de edad, originaria del municipio de La Plata, Huila, quien fue víctima de abuso sexual por parte de miembros de un grupo armado.
Mayerly relata que esta violencia generó numerosos problemas para ella. No lograba aceptar su cuerpo ni encontrar su lugar en el mundo, y sentía rechazo hacia sí misma. "Psicológicamente no estaba bien", dice. Sin embargo, un día descubrió un proceso en el que participaban mujeres que también eran víctimas de abuso sexual en el contexto del conflicto armado. Fue entonces cuando entendió que no era la única que sufría, lloraba y atravesaba largos procesos. "En ese momento, comencé a analizarme, a tomar medidas y a seguir adelante, eso era lo más importante", afirma Mayerly Paredes.
Ella se involucró activamente en las reuniones convocadas en su municipio, donde encontró espacios de capacitación. Fue la primera en asistir y comenzó a estudiar para convertirse en chef profesional, a la vez que se interesaba por la administración de salud y la electricidad. También participaba en todas las reuniones de mujeres en su municipio, donde aprendió sobre leyes y normas. Fue así como conoció la Ley 14-48 y analizó cada artículo y palabra junto con sus compañeras, imaginando un movimiento de mujeres empoderadas.
Su dedicación fue tal que rápidamente fue elegida por su liderazgo como mujer víctima de abuso sexual en su municipio, La Plata, Huila, y con el tiempo logró escalar a nivel departamental y luego nacional.
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Proceso de empoderamiento
Al formar parte de la mesa departamental de víctimas reconocida por la Unidad para las Víctimas, a Mayerly le correspondió recorrer todos los municipios del Huila. Sentía que esta era su mayor oportunidad para llegar a los barrios, veredas y organizaciones de mujeres, y transmitir palabras y acciones de empoderamiento femenino. Creó grupos que fortaleció con sus conocimientos y experiencias, de modo que no solo ella, sino 37 mujeres representantes de cada municipio, formaban una red que se iba expandiendo. Cada una de ellas debía ayudar a otras.
El objetivo siempre ha sido buscar garantías, reparación y evitar la repetición de esos hechos victimizantes. Además, buscan que el Estado las reconozca como víctimas de abuso. Cada una de ellas lucha por su bienestar y asistencia en sus territorios.
La mayor fortaleza de Mayerly es ver a varias de estas mujeres liderando después de muchos años de trabajo. Su mayor recompensa es la gratitud y ver cómo cada una asume responsabilidades fundamentales para el resto de las mujeres de su departamento. Se visualiza un futuro en el que las víctimas de violencia sexual no callan, sino que denuncian, hablan y comparten sus historias para evitar que se repitan. Es necesario que las mujeres se empoderen y puedan surgir de las cenizas para superar obstáculos y alcanzar los sueños anhelados, como formar una familia con garantías y una pareja que contribuya a su bienestar.
Mayerly ha recorrido todos los municipios del Huila, estableciendo una red de apoyo llamada "Entre Trenzando tu Esperanza", un programa de liderazgo a nivel nacional que difunde información y crea una telaraña, una red gigantesca, para que las mujeres encuentren la fuerza necesaria para superarse y lograr una reparación integral, como lo establece la Ley 14-48. Esta labor no sería posible sin la colaboración de medios como la Radio Nacional, que les brinda la oportunidad de hablar y visibilizar las secuelas que la guerra ha dejado en sus cuerpos. Gracias a ello, han perdido el miedo y sienten que no están solas, sino que cuentan con un respaldo mucho más amplio.
También es importante reconocer el trabajo de otras mujeres que brindan apoyo, cuidado y orientación a través de su experiencia, palabras alentadoras y procesos de sanación. Son mujeres que han sufrido experiencias similares, pero gracias al apoyo de esta red han encontrado una puerta abierta hacia nuevas posibilidades de vida.
Cada año, Mayerly se une a la conmemoración del Día de la Dignidad por la Violencia Sexual, un momento para recordar el sufrimiento y el dolor que han vivido. Es una ocasión para pedirle al gobierno nacional que preste atención a las víctimas de violencia sexual y les brinde garantías en cuanto a su salud física y mental, ya que muchas de ellas quedan con graves secuelas psicológicas. Además, ella forma parte de la mesa departamental y municipal, donde líderes de diferentes municipios se unen para exigir que se reconozca la violencia sexual como un crimen de lesa humanidad.
Mayerly Paredes Rojas, integrante de la Mesa Departamental de Víctimas del municipio de La Plata, destaca que anteriormente las víctimas no contaban con atención psicosocial, pero ahora cada ESE Municipal del Departamento cuenta con un psicólogo para brindar orientación. Por eso, hace un llamado a denunciar no solo las mujeres, sino también los niños y niñas que han sido víctimas de abuso sexual.
Apuestan por la paz, ya que están dando paso al perdón, un camino para que Colombia cambie. Saben que esto depende de cada uno de ellos y están aportando su granito de arena para que se les otorguen las garantías y se logre la paz tan anhelada. Mayerly, con 48 años de edad, tiene tres hijos y una nieta de 8 años, y vive en unión libre con su compañero. Es madre, mujer y defensora de los derechos humanos. Trabaja y estudia electricidad en las noches, y es técnica en apoyo administrativo de salud y chef profesional. Capacita a muchas mujeres para que puedan alzar su voz.