Según el grupo de investigación de la red de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO), Colombia tiene cinco millones de personas que sufrieron desnutrición crónica en su primera infancia y que hoy padecen sus secuelas, principalmente en su desarrollo cognitivo (inteligencia) y mayores índices de pobreza por culpa del hambre.
Los cálculos fueron realizados teniendo en cuenta la prevalencia del retraso en talla en niños y niñas de 0 a 4 años desde 1990 hasta 2015.
“Los Bancos de Alimentos de Colombia trabajamos todos los días por mejorar las condiciones nutricionales de las personas más vulnerables del país. Actualmente más de 500 mil niños menores de 5 años tienen desnutrición crónica y cinco millones de colombianos son menos inteligentes y tienen menos ingresos por haber sufrido esta enfermedad”, afirmó Juan Carlos Buitrago director de Abaco.
El experto reitera que un adulto que sufrió desnutrición crónica (retraso en talla) en los primeros dos años de vida tiene 14,6 puntos menos de Coeficiente Intelectual (CI), cinco años menos de educación y 54% menos de salario en su vida adulta.
Así mismo, señaló que durante los tres primeros años de vida se forma el 80% del cerebro de los seres humanos. La óptima nutrición es fundamental para garantizar que aumente la masa cerebral y que se conecten las neuronas. El buen desarrollo del cerebro determina el progreso cognitivo y este el aprendizaje, la capacidad de procesar mejor y entender todo lo que sucede en el entorno y todo ello es clave para lograr un mejor rendimiento escolar y más ingresos en la vida adulta.
Estudios muestran que las apuestas por mejorar la nutrición de un país son costo efectivas y tienen las tasas de retorno más altas entre los proyectos sociales: por cada dólar invertido en programas que previenen la desnutrición crónica, revierten 18 dólares a la sociedad, por cada dólar invertido en proyectos que promuevan la lactancia materna exclusiva revierten 35 dólares a la sociedad.
De acuerdo con el índice de capital humano del Banco Mundial, por cuenta de la malnutrición y la baja calidad educativa, un niño nacido en Colombia probablemente sólo alcanzará del 50% al 60% de su potencial de ingresos.