"Los resultados de la exploración revelaron un mapa de evidencias arqueológicas inédito, ampliando significativamente lo conocido hasta ahora", afirmaron en un comunicado las entidades a cargo de inspeccionar la valiosa embarcación, cuya ubicación exacta se ha mantenido en secreto desde su hallazgo en 2015.
En febrero, el gobierno del presidente Gustavo Petro anunció el inicio de la extracción de los elementos del galeón, cuyo valor se estima en miles de millones de dólares.
La primera exploración se realizó entre el 23 de mayo y el 1 de junio, según el texto.
En el primer escalón de este proceso, la Armada, los ministerios de Defensa y Cultura y otras instituciones exploraron un área equivalente a unas 40 canchas de fútbol.
"Si bien en 2022 se habían detectado concentraciones de vestigios arqueológicos en la zona del naufragio, la reciente exploración permitió caracterizar estas acumulaciones con mayor detalle y descubrir nuevos elementos aislados", señala el comunicado.
Entre los hallazgos están el ancla, unas anillas y parte de la carga que transportaba como botijas, botellas de vidrio y un bacín.
Además las autoridades evidenciaron que allí se creó un "ecosistema dinámico y vivo", donde nadan a gusto especies de peces como tiburones.
"Creemos que hay posibilidades de encontrar nuevos vestigios que amplíen la información que habíamos tenido hasta el momento", aseguró Alhena Caicedo, directora del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, citada en la nota.
El San José está hundido en el mar Caribe desde junio de 1708, tras ser emboscado por un escuadrón inglés luego de zarpar desde Portobelo, en Panamá, repleto de vasijas, joyas, piedras preciosas, oro, plata y cañones.
Se estima que la operación para extraer sus pieza costará unos 4,5 millones de dólares.
El gobierno asegura que esta primera exploración "plantea interrogantes sobre las causas exactas del hundimiento y la dispersión de los elementos arqueológicos".
Los documentos ingleses afirman, según el Ejecutivo colombiano, que el San José sufrió una "explosión interna" y naufragó con el tesoro y cientos de personas que iban a bordo. Las crónicas españolas, en cambio, apuntan a una batalla.
España reclamaba el cargamento con base en una convención de la UNESCO de la que no forma parte Colombia. También indígenas bolivianos del pueblo Qhara Qhara aseguraban que las riquezas fueron sacadas de su tierra.