En la actualidad en medio de este mundo moderno, lleno de prisas y agitado, existe la promesa de encontrar la calma, el equilibrio y la paz interior mediante una práctica milenaria conocida como el yoga: la ciencia del buen vivir, que encierra un conjunto de disciplinas que buscan la integración y armonía de todos los planos del ser.
Por eso el 21 de junio se celebra el día Internacional del Yoga por resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU el 11 de diciembre de 2014, que promueve que “las personas y las poblaciones adopten decisiones más saludables y modos de vida que propicien la buena salud”. Lo dice la ciencia, lo reafirma la ONU y desde hace miles de años lo saben en oriente: el yoga busca sanar, orientar y transformar al ser.
La palabra yoga significa 'unión' y se relaciona con la palabra yugo en español, “El yoga es la unión de la individualidad con la inteligencia divina que gobierna todo el universo, el yoga es un estado del ser en el cual los elementos y las fuerzas que componen el organismo biológico están en relación armónica con los elementos del cosmos, el yoga es la unión del alma individual con la trascendencia”, asegura Deepak Chopra, médico, escritor y conferencista de la India.
La historia señala a la India como el lugar que fue cuna del yoga. Antiguos sabios de la humanidad atesoraron este conocimiento y revelaron los principios de esta ciencia del bienestar. En el 'Bhagavad Gita', el gran poema épico de la India, se explican a fondo las formas tradicionales del yoga: el gyan (yoga del conocimiento), el bhakti ( yoga del amor), el karma (yoga de la acción) y el raja (yoga de la plenitud).
La esencia del yoga radica en la integración del cuerpo, la mente y el espíritu, a través de prácticas y técnicas que coordinan la interacción consciente entre lo que hacemos, pensamos y sentimos. La práctica del yoga despierta la fuerza, el entusiasmo y la inspiración, gracias a la experiencia del yoga es posible mejorar la salud física y la claridad mental, agudizar los sentidos de la percepción y sentir mayor vitalidad y energía.
El sabio indio Patanjali (400 A.C) un explorador del espacio interior, elaboró un mapa del yoga y compartió estas ocho ramas: yama (pautas universales para relacionarnos con los demás), niyama (el cultivo de cualidades, observancia y recomendaciones), asana (posturas físicas), pranayama (control del aliento vital), pratyahara (escucha de los sentidos), dharana (dominio de la atención y la intención), dhyana (desarrollo de la conciencia del observador) y el samadhi (estado de meditación permanente). Gracias al escrito yoga sutra de Patanjali, hoy conocemos las bases del yoga.
El yoga no es una religión, es un arte que cualquier persona puede desarrollar para esculpirse a sí mismo, lo practican personas de distintos credos, nacionalidades y edades. El yoga transforma desde el interior hacia afuera, es una herramienta para la introspección y para experimentar el bienestar físico, mental y espiritual a través de la relajación, la respiración y la meditación.
El yoga se popularizó en occidente en los años 80 gracias a los yogis gurús que desde la India, venían a compartir las técnicas y los beneficios para el desarrollo de actitudes y valores sanos, como la honestidad, la no codicia y la moderación.
El yoga es un camino de conocimiento que despierta el potencial humano, sin embargo conocemos poco su filosofía, y principios éticos, entendiéndose muchas veces solo como una forma de hacer ejercicio para mantener el buen estado físico, es cierto que el cuerpo es un importante vehículo para el despertar de la conciencia, pero no es el único, hace falta trabajar también la mente, las emociones, los pensamientos y las acciones.
Los centros de yoga ofrecen a los interesados una oferta amplia de prácticas, que se han convertido en una alternativa para hacer frente a los desafíos y tensiones de la vida cotidiana, promueven varios sistemas y formas para practicar yoga. El hatha yoga o yoga físico, es el más difundido debido a los múltiples beneficios en los sistemas, respiratorio, cardiovascular, muscular, nervioso y endocrino del cuerpo, mediante asanas o posturas que fortalecen y vigorizan el cuerpo.
La práctica del hatha yoga consiste en orientar la conciencia hacia el cuerpo para activar en cada postura la presencia, la atención y la unidad mente - cuerpo. Existe una secuencia de doce asanas en movimiento que se denomina 'saludo al sol', estos ejercitan los principales grupos musculares y las articulaciones, masajeando y estimulando los órganos internos, cuando se realiza despacio la secuencia de movimientos promueve la flexibilidad y la fuerza, si se realizan a un buen ritmo son un efectivo ejercicio cardiovascular, por eso debe practicarse con el estómago vacío, idealmente en las horas de la mañana para energizar el cuerpo. Luego de estirar con las posturas, se realiza una relajación o escucha de las sensaciones del cuerpo, y se cierra la práctica con una meditación.
Existen varias técnicas de pranayama o formas de respirar que buscan transformar la química y estado emocional del cuerpo. Recientes estudios de neurociencia han demostrado los efectos positivos de la meditación y el yoga físico, motivo por el cual se han abierto espacios cada vez más asequibles para la incorporación de esta práctica en diferentes entornos, no solo para la rehabilitación sino para la prevención de enfermedades físicas y mentales.
Las recomendaciones para practicar yoga, dependen del interés y compromiso de quien busca iniciar este viaje. Es un sistema progresivo que se descubre poco a poco, se pueden hacer cursos de yoga, tomar clases libres, hacer prácticas de hatha yoga y meditación, sin embargo es importante buscar la integridad y el nicho es decir, espacios y personas dedicadas a estas disciplinas que puedan compartir, apoyar y acompañar el proceso.
El yoga se acomoda a las necesidades e intereses, hay yoga para niños, yoga prenatal, yoga del sonido, yoga de la risa, tantra yoga, kundalini, yoga terapéutico, en fin, la lista de posibilidades cada vez se amplía más, lo importante es que sea el más adecuado según el nivel principiante, intermedio o avanzado, practicarlo con regularidad y sobre todo agradecer y disfrutar cada práctica.