Luego del anuncio del Gobierno Nacional de reactivar la economía en las ciudades que tengan menos del 85 por ciento de ocupación de Unidades de Cuidados Intensivos, el epidemiólogo Jaime Ordóñez señaló en conversación con Señal de la Mañana de Radio Nacional de Colombia, que es "el peor momento de la pandemia" para la reactivación económica, y que la disminución en la demanda de camas UCI no es un análisis certero para determinar que la curva epidemiológica está decreciendo.
“Mi impresión es que, en el imaginario de las personas, incluso para el Gobierno, existe la idea de que lo importante es que haya UCI, como si la UCI los fuera a salvar. Los pacientes con Covid, que ingresan a la UCI, tienen una probabilidad de salir vivos del 30 o 40 %; es decir que, de cada 3 pacientes que ingresan a una UCI, dos fallecen”, sostuvo el experto.
Indicó que, si el criterio para evaluar la reactivación económica es la ocupación UCI, la solución más sencilla en ese caso sería aumentar la capacidad de unidades de cuidados intensivos. “El país tiene 10,225 UCI, asumamos que el 93% están ocupadas en este momento. Entonces, para bajar a 85%, lo único que se necesita es abrir 800 camas, y ahí ya se tiene el indicador. Si para abrir bares se necesita disminuir la ocupación UCI, esa es una alternativa. Claramente, ese no es un referente importante para evaluar el comportamiento del virus”, enfatizó.
Según el experto, la única manera de evaluar con seguridad el aplanamiento de la curva epidemiológica en aras de reabrir la economía, es analizar el número de contagios por semana. “De acuerdo con el Instituto Robert Hooke de Alemania, que es un referente mundial en temas de epidemiología, el valor o el punto de corte para tomar la decisión de reabrir la economía es el número de casos nuevos por semana, que debe ser inferior a 50 casos nuevos por cada 100 mil habitantes”, comentó Ordóñez.
Agregó que, en Colombia, el indicativo para pensar en reabrir los establecimientos comerciales, es que el número de casos nuevos diarios no supere la barrera de los 3.550, una cifra que se excede desde junio del año pasado (Ayer 26 de mayo la cifra de casos nuevos fue de 23.487). Por este motivo, Ordóñez insistió en la importancia de realizar una búsqueda masiva de personas infectadas asintomáticas, con el propósito de crear un cerco epidemiológico.
Aseguró que el control de la pandemia que se está presentando en el Reino Unido no se debe necesariamente al alto ritmo de vacunación, sino al programa de vigilancia epidemiológica activa que implementaron. “Ellos están testeando 0,6 por ciento de la población cada 24 horas. Eso en Colombia es como hacer 250 mil pruebas diarias que, para una ciudad como Bogotá, vendría siendo como 80 mil pruebas. La noticia es que se hicieron 100 mil pruebas en un día, pero hay un subregistro”, anotó.
Resaltó que lo más inquietante no son los contagios que se reportan diariamente, sino las personas que están propagando el virus sin percatarse. “A mí no me preocupan los 23 mil casos que se identificaron ayer, lo que me preocupa son los 75 mil que se quedaron sin identificar, porque la tasa de positividad está por encima del 25%; es decir que, por cada infectado identificado, me quedan 3 sin identificar. Son los que andan por ahí, contagiando otras personas”, apuntó Ordóñez.
El epidemiólogo añadió que el bajo ritmo de vacunación tampoco contribuye a una reactivación segura de la economía, considerando que hasta el momento el 6% de la población tiene el esquema completo. Afirmó además, que no todas las personas desarrollan inmunidad, teniendo en cuenta la variación en la eficacia de cada biológico.
“Algunas tienen eficacia del 95% y otras del 50%. Con la combinación de vacunas que se ha hecho en Colombia, por ahí un 72% podrán desarrollar inmunidad, pero hay que hacerlo rápido y eso no está sucediendo. Así las cosas, considerando la cantidad de personas que se han infectado, 3 de cada 10 colombianos han desarrollado inmunidad, y eso es muy poco, porque siete siguen siendo susceptibles a la enfermedad. Y lo único que necesita el virus es gente”, explicó.
Respecto a la duración de la inmunidad de la vacuna, Ordóñez manifestó que existen dos formas de establecer el resultado: datos empíricos y análisis de laboratorio. Con estudios reales, el primer ensayo que se desarrolló fue con la vacuna de Pfizer, una investigación que demostró que, después de nueve meses de comenzar a aplicar la vacuna, la inmunidad en los pacientes prevalece.
“Podemos asegurar a ciencia cierta que la inmunidad dura por lo menos 9 meses, y digo por lo menos, porque han pasado 9 meses desde agosto. Si este cuestionamiento se hace el mes entrante, la respuesta será 10 meses, y así sucesivamente”, dijo.
Frente al análisis científico, el experto explicó que un estudio publicado la semana pasada reveló que la inmunidad puede ser de por vida, aunque para comprobarlo es necesario esperar los datos empíricos. “En el estudio se analizaron personas que se infectaron el año pasado. A ellos les han hecho seguimiento en el tiempo, y les tomaron muestra de médula ósea, para poder identificar las células madres. Se encontró que esas células se mantienen muy bien en el tiempo”, mencionó.
Finalmente, sostuvo que las vacunas que han mostrado más seguridad en el mundo han sido la de Pfizer y Moderna, a pesar de que estos biológicos también han provocado muertes por trombos. Sin embargo, no al mismo nivel que otras vacunas que, incluso, han sido prohibidas en algunos países.