Hablar de suicidio con niños y adolescentes puede resultar una misión complicada por todo el contexto que implica el concepto. Sin embargo, es importante abordar este tema desde el hogar, usando términos apropiados según la edad del menor y que estos resulten comprensibles; pero sobre todo, dándoles la confianza de que expresen sus pensamientos y emociones, ya sean positivas o negativas, de una manera libre.
Actualmente existen distintas condiciones económicas, sociales, culturales e incluso biológicas que pueden afectar la salud mental de niños y adolescentes, por lo que es fundamental que desde casa los padres establezcan unas buenas bases de confianza para prevenir que estos factores lleven a sus hijos a tomar decisiones radicales como el suicidio.
Pero, ¿cómo abordar este tema con los menores de una manera correcta? Francy Andrea Saldaña, psicóloga especialista en clínica comportamental cognoscitiva y miembro del equipo de salud mental de la Fundación Santafé, nos brinda algunos consejos para padres y familiares que ayudarán en la prevención de esta problemática.
¿Cuáles son las mayores causas de suicidio en niños y adolescentes?
Para Saldaña, existen distintas causas que pueden llevarlos a tomar una mala decisión, tales como:
• Cambios hormonales.
• Estrés escolar.
• Dificultad en las relaciones con los demás, que lo llevan a tener pensamientos negativos.
• La pérdida de un ser querido, divorcio, agresiones, etc.
• A nivel personal, tener factores predisponentes psicológicos como síntomas de depresión, ansiedad, personalidad, comportamientos agresivos, abuso de sustancias psicoactivas.
• A nivel familiar, el ambiente es determinante y puede convertirse en un factor de riesgo al experimentar situaciones como: abandono, negligencia, abuso y falta de afecto.
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Por esa razón recomienda tener en cuenta las siguientes señales de alerta:
• Dormir mucho o muy poco.
• Pérdida del apetito y/o peso.
• Tendencia a aislarse.
• Pérdida de interés de actividades preferidas.
• No querer ir al colegio.
• Presentar agresividad física.
• Consumo de alcohol o drogas.
• Falta de preocupación por la apariencia e higiene.
• Interés por la muerte.
• Expresar pensamientos negativos respecto de sus propias cualidades y logros.
• Cambios emocionales y de comportamiento del menor por periodo prolongado de tiempo, siendo diferente a lo que habitualmente es y se comporta.
Teniendo en cuenta lo anterior, y para evitar consecuencias irremediables, estos son algunos de sus consejos:
• Prestar atención a sus emociones, sentimientos y pensamientos, ya sean expresados por ellos de forma verbal o escrita.
• Hacer que el entorno familiar en el que está el menor le trasmita seguridad, apoyo, que se sienta amado y cuidado.
• Rodearlos de personas que entiendan y se interesen por su mundo, sus conversaciones, sus interacciones.
• Considerar y nunca descartar la posibilidad de suicidio de su hijo aún más si expresa ideas de muerte.
• Dialogar, compartir y pasar tiempo con los menores.
Según Francy Andrea Saldaña, antes de que una persona tome la decisión de suicidarse siempre va a mostrar señales de alerta, por lo que es fundamental estar atento a cada detalle que resulte sospechoso.
“Cuando el padre se da cuenta o conoce que su hijo tiene ideas de suicidio, es importante buscar ayuda profesional en salud mental: psicólogo o psiquiatra infantil para que le ayude al menor y al padre a afrontar, manejar situaciones estresantes que le generan deseo de escapar del sufrimiento o de la situación que no encuentra salida y en la que solo piensa en acabar con su vida como solución”, concluye.