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Semillas criollas: tradición y legado ancestral en Colombia

Con acciones judiciales, las comunidades indígenas de nueve regiones del país lograron hacer que el Estado colombiano y otros actores generaran condiciones políticas, económicas y culturales para su protección.
Foto Semillas tomada por John Nagles
John Fredy Nagles Soto

Las comunidades indígenas han liderado un proceso de defensa de las semillas nativas existentes en sus territorios. Estas acciones llegaron a que el 7 de julio de 2023 la Corte Constitucional profiriera la Sentencia T-247, con la cual se protege este bien natural perteneciente a la vida cultural de las comunidades tradicionales en Colombia, como lo son las semillas criollas. 

El taita Orlando Pamo, gobernador de la comunidad Palma Alta, en el municipio de Natagaima, Tolima, es uno de los líderes que encabezó una tutela el 9 de septiembre de 2022, que buscó proteger al maíz, como semilla primordial en la gastronomía ancestral de los pueblos de Natagaima y Coyaima. “A veces desayunamos con arepas de maíz, almorzamos con maíz, de pronto sopas, cuchucos que le llamamos, y la cena también con maíz; fuera de eso, hacemos la chicha también como bebida de maíz. Por eso es fundamental esa semilla”, resaltó.

Además de Palma Alta en Natagaima y Coyaima, otras comunidades indígenas se sumaron a la acción jurídica, como el resguardo indígena Cañamomo-Lomaprieta, en los municipios de Riosucio y Supia (Caldas); el resguardo Llano Buco, en el municipio de Nátaga (Huila); el resguardo Rionegro en el municipio de Iquira (Huila); en los resguardos de los municipios de Santander de Quilichao, Caldono, Piendamó y La Vega, en el Cauca; los resguardos La Gaitana y Estación Talaga, los dos en el municipio de La Plata (Huila), entre otras comunidades.

Antecedentes de la problemática

A criterio y experiencia del líder indígena, la polinización que hacen las abejas entre las flores de las semillas transgénicas con las semillas nativas o criollas hacen que germinen frutos no tan sanos para la comunidad. “Entonces, ha sucedido que se contaminan las semillas nativas con estas semillas transgénicas, y eso se da por medio de la polinización que hacen las abejas, pues ellas no tienen límite, ellas pueden andar hasta 2 y 3 kilómetros recolectando los néctares, por lo que ahí es donde se dan los cruces de semillas”, explicó Pamo.

“Esto tiene un antecedente, y es que, en 2005, a través de un decreto presidencial, se estableció el ingreso de las semillas transgénicas, que son manipulación genética a esas semillas, las cuales solo se pueden utilizar una sola vez para siembra, no se reproducen. Es un paquete tecnológico que trae todos los componentes solamente para que germinen una sola vez. [...] En este caso, por ejemplo, un paquete tecnológico como son los transgénicos generan unas contaminaciones ambientales de aire, agua, deterioro y degradación de suelos, problemas que son propios de la aplicación de insumos químicos”, recalcó.  

Efectos de la acción jurídica

Ante ese contexto, interponen la tutela, en cual emana en un fallo que ordena al Gobierno Nacional, al Ministerio de Agricultura, al ICA y a Agrosavia a generar mecanismos para que la semilla nativa y criolla pueda ser protegida en los territorios donde se cultiva. “La misma sentencia dice que debe tener una participación efectiva de las comunidades firmantes de la tutela y de otras comunidades que se consideren parte de la defensa y el cuido de las semillas nativas y criollas”, subrayó el líder.

En ese sentido, el Alto Tribunal ordenó al Ministerio de Agricultura que, en un término de 48 horas posteriores a la notificación de la Sentencia, inicie un inventario de semillas de maíz nativas, criollas, propias y autóctonas. Para esa puesta en operación del inventario, las entidades encargadas deberán tener en cuenta los niveles de participación de la población indígena en la toma de decisiones relacionadas con las normas, políticas, programas y proyectos relacionados con sus semillas nativas, incluida la consulta previa, entre otras acciones.

“A pesar de todas las situaciones que uno ve con el mercantilismo, el consumismo que se da en el mundo actual, tenemos algunas personas dentro de la parte jurídica, como en la Corte Constitucional, que entienden muy bien esas situaciones. Nosotros lo que estamos tratando es, precisamente, no alterar el alimento natural, porque cuando se altera un alimento natural, generalmente, también se alteran muchas situaciones que dependen de la misma naturaleza”, puntualizó Orlando.

Este tipo de acciones esperan garantizar, no solo la soberanía alimentaria de varios pueblos indígenas en Colombia sino sustentar toda una tradición cultural alrededor de los granos propios de los territorios ancestrales. En el caso del Tolima, insiste Orlando Pamo, la fiesta de San Juan es la fiesta del maíz, la chicha, los tamales, la arepa oreja de perro, el insulso, el envuelto, la chúcula, los bizcochos y todos los alimentos que identifican el territorio. “Y todos esos alimentos están asociados a nuestros maíces”.  Por eso, estas comunidades indígenas accionantes de la tutela en la que se basó la Sentencia T-247 de 2023 animan a los agricultores y agricultoras a que usen semillas nativas de buena calidad “fuera de las contaminadas semillas transgénicas”. Por eso, el siguiente paso será la consolidación de redes de apoyo que permitan la preservación de la vida alrededor de una semilla.

 

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