Miles de mujeres, hombres, niñas y niños son víctimas del tráfico de personas, siendo este un delito que supera fronteras y que alcanza a más de 50 mil personas anualmente. Según Naciones Unidas, la mayoría de las víctimas son mujeres (46%) y niñas (19%), sin embargo, las manifestaciones de la trata de personas son tan amplias que cualquier individuo puede caer en las redes de estos criminales.
La Convención contra el Crimen Organizado Transnacional y los Protocolos al respecto definen la trata como “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación”.
El pasado 30 de julio, y como cada año, se conmemoró el Día Mundial Contra la Trata de personas con el propósito de concientizar a las personas sobre este delito y, de forma especial, a los gobiernos para ponerle fin a este flagelo.
En Contacto Directo, Sebastián Arévalo, cofundador y director de la Fundación Pasos Libres y Representante Regional del Traffik Analysis Hub para América Latina, explicó que “aunque se cree que este delito es un asunto del pasado, está más que vigente”.
¿Qué prácticas están detrás de la trata de personas?
“La trata de personas consiste en arrebatarle la libertad a las personas con el propósito de explotarlas para tener una ganancia económica u otro orden material”, indicó.
Entre las formas de explotación están:
• La explotación sexual
• La mendicidad ajena (en la cual se obliga a una persona a pedir limosna en las calles)
• El matrimonio servil o matrimonio forzoso
• Servidumbre (forzar a las personas a realizar actividades domésticas)
• Extracción de órganos
• Trabajo forzoso (poco se considera, pero hay más de 16 millones de víctimas en el mundo)
“Muchas organizaciones están haciendo un llamado para que los países consideren el reclutamiento forzoso y la utilización de niños, niñas y adolescentes en la comisión de delitos en el marco de un conflicto armado como una forma de trata”, explicó.
¿Quiénes son las principales víctimas?
“Hablar de un perfil específico de la víctima es complejo porque cualquier persona puede serlo. Sin embargo, en Colombia se han identificado unos grupos poblacionales que son particularmente vulnerables como: niños, niñas, adolescentes, migrantes venezolanos, personas de la comunidad LGBTIQ+, afrocolombianos, miembros de comunidades indígenas y víctimas de desplazamiento interno. En general, son personas que tienen una gran vulnerabilidad tanto económica y social, como también emocional, quienes tienen muchas barreras para garantizar sus derechos básicos como a la educación o a la salud”.
¿Quiénes son los traficantes o delincuentes detrás de la trata?
“Encontramos crimen organizado transnacional, es decir, redes criminales que operan en diferentes países, pero en el contexto colombiano este crimen también ocurre en la delincuencia común; no estamos hablando de grandes organizaciones, sino también de grupos criminales, pandillas, e incluso individuos que se aprovechan de personas para explotarlas. En ocasiones los familiares o supuestos amigos son las personas que explotan estando en contextos que deberían ser seguros”.
¿Qué mecanismos utilizan para atrapar a las víctimas?
“Las redes criminales usan principalmente ofertas de trabajo y educación fraudulentas para captar a las víctimas; estas personas buscan aprovecharse de las necesidades de las personas para plantearles formas de vida con estas ofertas, usando plataformas digitales o convocatorias frente a frente. Estas ofertas las hacen ver como trabajos muy bien remunerados que no necesitan de mucha capacitación ni experiencia, además, se trata de ofertas que involucran que la potencial víctima se movilice de su ciudad o su país para alejarlo de su contexto protector. Al movilizarle las condiciones cambian e incluso, ni siquiera hay un pago. Ese engaño inicial va acompañado de amenazas y coerción por lo cual no es fácil renunciar o alejarse porque se usan medios violentos para retenerlos”.
La tecnología: el problema o la solución
“Muchos niños, niñas y adolescentes están siendo víctimas de trata, no porque busquen trabajo, sino porque los criminales se aprovechan de sus necesidades emocionales manifestadas en la búsqueda de nuevos amigos en la red. Los delincuentes se hacen pasar por personas de confianza y ahí hay otros métodos de captación: el engaño para concretar un encuentro o el sexting (fotografías con contenido sexual).
Los grupos criminales usan cada vez más herramientas tecnológicas para este delito y nosotros no podemos permitir que ganen estos espacios que usan las personas para educarse, trabajar, entre otros. La tecnología, además, nos permite entender la trata de personas e investigar a los criminales de forma más efectiva”.
¿Cómo evitar caer en las redes criminales de la trata de personas?
Algunas recomendaciones básicas son:
- Estar atentos a las ofertas laborales o educativas: Verificar que esa empresa o centro educativo exista realmente y contactar personas que hayan tenido experiencia con esas agencias para verificar su legitimidad.
- Cuidado con las personas con las que se habla a través de internet: especialmente en el caso de niños, niñas y adolescentes hay que vigilar quiénes son sus contactos.
- No compartir información o imágenes íntimas con personas que no se conozcan.
“Aunque en un inicio parezcan conversaciones ocasionales, las personas explotadoras utilizan esa información para poder captar a las personas e involucrarlas en escenarios violentos de los que no pueden escapar”.
Detener la trata de personas es un asunto de todos
“Se debe reconocer que la trata de personas tiene muchas modalidades, por lo que en la calle debemos estar atentos a las personas que nos rodean para observar si hay en ellos indicios de que están siendo explotados”.
Para denunciar casos de trata de personas relacionados con niños puede comunicarse a la línea 141 del ICBF; también puede llamar a la línea gratuita nacional habilitada por el Ministerio del Interior 018000 910403 y a través de organizaciones como Pasos Libres a través de www.fundacionpasoslibres.org.