Casi medio siglo después de haber sido expuesto en París en 1976, el sarcófago de Ramsés II regresará a la capital de Francia, donde se convertirá en la principal atracción de una muestra que será inaugurada en abril.
"¡Cuando me dijeron que regresaba a París casi lloro de alegría!", dijo el egiptólogo Dominique Farout, profesor de la Escuela del Louvre y comisario científico de la exposición, titulada "Ramsés y el oro de los faraones".
"La última vez que lo vi tenía 16 años. Fui ocho veces seguidas", recuerda, refiriéndose a la exposición que se organizó ese año en el Grand Palais.
Ramsés II, gran guerrero y constructor prolífico de los templos que gobernó durante 67 años, es uno de los faraones más conocidos de la Dinastía XIX.
La exposición itinerante comenzó en San Francisco en 2022 y concluirá en Sídney en el otoño boreal, pero el sarcófago solo será visible en París, en la Villette, del 7 de abril al 6 de septiembre.
Presentando innumerables objetos y joyas de oro y plata maciza -estatuas, amuletos, máscaras y otros sarcófagos-, la muestra probablemente atraiga a multitud de curiosos, como ocurrió con la exposición de Tutankamón, instalada en el mismo lugar en 2019 (1,4 millones de visitantes).
Ambas están organizadas por World Heritage Exhibitions, líder mundial en este sector de eventos.
Al prestarle a Francia el famoso sarcófago de madera cedro pintado de amarillo, las autoridades egipcias han hecho "una excepción (...) en reconocimiento del rescate de la momia de Ramsés II por los científicos franceses, que la trataron contra ciertos hongos durante la exposición, en 1976", apuntó Farout.
El sarcófago se presentará vacío, pues la ley prohíbe que las momias reales salgan de Egipto.
El sarcófago representa "al rey, en actitud osiríaca, con los brazos cruzados, sosteniendo el cayado (cetro) y el mayal (látigo)".
"Está coronado por un nemes (tocado funerario de tela a rayas), con la barba postiza trenzada", detalla Farout.
Tiene unas inscripciones administrativas hieráticas que "dan cuenta del transporte de la momia de Ramsés para salvarla tres veces al final del Nuevo Imperio, hacia el 1070 a.C., y luego 100 años después", explica el experto.
"La tumba de Ramsés en el valle de los reyes fue saqueada y su cuerpo instalado" en este sarcófago, precisa.
"El conjunto fue llevado a la tumba de su padre, Seti I", según el egiptólogo.
Durante la Dinastía XXI, fue trasladado nuevamente "al escondite de Deir en Bahri, al oeste de Luxor, que contenía un centenar de momias, entre ellas las de los reyes del Nuevo Imperio", añade.
Fue necesario esperar hasta 1881 para encontrar este escondite, que estaba siendo saqueado.
"Las momias fueron transportadas de Luxor a El Cairo en barco y aclamadas por la población que se congregó a orillas del Nilo", cuenta Farout.
En París, solo podrán verse momias de animales, en particular de gatos, "criados y sacrificados para ofrecerlos a las divinidades", indica Farout.
Estas momias fueron descubiertas en los últimos años cerca de El Cairo, en una necrópolis de los reyes del Imperio Antiguo (entre 2700 y 2200 a.C.), subraya el especialista.
Además, el público descubrirá el "tesoro de Tanis", nombre de la nueva capital reconstruida por Ramsés II al este del delta del Nilo después de que la primera, Pi-Ramsés, quedara cubierta por el lodo.