Por: Richard Hernández.
Germán Puerta, el divulgador científico del Planetario de Bogotá, acaba de lanzar su más reciente libro: ‘Aventuras en la Vía Láctea’. Puerta, quien también es el director del Festival de Astronomía de Villa de Leyva, ha escrito 25 libros sobre cultura y ciencia asociados a la astronomía.
“Mi papel en los últimos años ha sido hacer divulgación para integrar la cultura y la ciencia en la sociedad. ‘Aventuras en la Vía Láctea’ es mi primer trabajo orientado a estimular en los niños y jóvenes el interés por la astronomía de observación, pero en forma de cuento. Es una novedad literaria de ciencia para niños y en la pedagogía de la astronomía”, señala.
El libro, según Puerta, trata de una aventura de tres jóvenes que van a realizar una navegación por la bóveda celeste. La historia está narrada en forma de cuento. Asimismo, el libro mezcla la realidad con la fantasía para integrar una historia que puede ser muy inspiradora para todos los lectores.
“Nuestra galaxia, donde esta nuestro sol junto con otros miles de millones de estrellas, se llama la Vía Láctea. Cuando en la noche vemos una banda blanquecina que atraviesa el cielo, es la Vía Láctea: millones de estrellas que no distinguimos individualmente. En la antigüedad, a los romanos les pareció como un rio de leche, y lo asociaron al mito de Hércules amamantado por la diosa Hera, que apretó con fuerza y gotas de leche saltaron al cielo”, señala.
La obra consta de 60 páginas a color en tapa dura, e incluye algunos mapas que servirán de guía para el lector. El libro tiene ilustraciones y viñetas en sus 12 capítulos. Las imágenes fueron realizadas por Olga Cuéllar, la conocida ilustradora de libro para niños. El texto está estructurado en dos partes: en la primera se enseña y se aprende cómo observar el cielo. En la segunda, se desarrollan las aventuras.
“Nuestros amigos se van a encontrar con eventos reales que hay en la bóveda celeste como por ejemplo cuando cruzan la región de Sagitario, sabemos que ahí está el centro de la galaxia con un gran agujero negro. Veremos cómo sortean este peligroso paso para disfrutar la región más rica de la Vía Láctea en donde hay espectaculares cúmulos y nebulosas para ver con binoculares, como los Messier M6, M7 y M22”, señala.
Germán Puerta, un economista que se dejó atrapar por el universo de la astronomía, escribió su primer libro ‘Astronomía para todos’ en los años ochenta. La observación de grandes cometas le permitió entender que la astronomía es un medio ideal para inculcar la cultura y la ciencia. Por eso está realizando una campaña que se llama "un planetario por cada estadio".
“El Planetario de Bogotá es un gran centro confluencia donde se acerca al público a las ciencias, la astronomía, el espacio y sus relaciones con el arte y la cultura. Muchos colegios también tienen programas recreativos en astronomía e incluso observatorios astronómicos”, comenta.
La primera edición del libro ‘Aventuras en la Vía Láctea’ es limitada para diciembre y se está ofreciendo por el correo: astropuerta@gmail.com y se envía a domicilio. El año entrante van a hacer una edición mayor la cual se podrá adquirir en las librerías. También se van a realizar ventas escolares porque el libro tiene un gran contenido pedagógico y recreativo.
“La astronomía comparte con los niños el placer del descubrimiento y la aventura de viajar. Lo ideal es acercarlos a la observación directa del cielo en lugares despejados, lejos de las luces de las ciudades, como en un campamento”, concluye.
Ocho curiosidades de la Vía Láctea*
- La Vía Láctea tiene, en promedio, cien mil años luz de ancho, pero tan solo mil años luz de espesor. Es decir, podríamos afirmar que es completamente plana.
- Analizando la edad de las estrellas que la componen y relacionándolas con el momento en que se produjo el Big Bang, ha podido comprobarse que la Vía Láctea es casi tan antigua como el propio universo. Y aunque es imposible afirmar con exactitud la edad del universo, existe un consenso científico por el cual se estima que se ha de encontrar entre los 13.761 y los 13.835 millones de años. La edad de la Vía Láctea se situaría en torno a los 13.600 millones de años.
- La Vía Láctea también está rodeada por más de 150 grupos de estrellas antiguas, algunos de los cuales contienen las más antiguas del universo. Llamados cúmulos globulares, estos conglomerados estelares primordiales viven en el halo de la Vía Láctea y orbitan alrededor del centro galáctico. Cada uno está abarrotado de cientos de miles de estrellas.
- Alrededor de la Vía Láctea existen docenas de galaxias satélite; la mayoría de ellas son muy difíciles de detectar, sin embargo, otras, como las Nubes de Magallanes, son claramente observables cada noche en el hemisferio sur de la Tierra.
- La Vía Láctea no es un universo insular, sino un miembro de un pequeño grupo de galaxias llamado Grupo Local. El Grupo Local contiene alrededor de 3 docenas de galaxias conocidas, agrupadas en dos subgrupos alrededor de dos galaxias espirales masivas: la Vía Láctea y la Galaxia de Andrómeda. En varios miles de millones de años es posible que la Vía Láctea y Andrómeda colisionen y se fusionen para formar una gran galaxia elíptica.
- Nuestra galaxia, como muchas otras, está gobernada por un agujero negro supermasivo llamado Sagitario A, que tiene una masa equivalente a 4 millones de soles. Nunca hasta el momento hemos podido observarlo directamente ya que se encuentra escondido entre densas y tupidas nubes de polvo y gas. Sin embargo, los astrónomos han podido seguir las órbitas de las estrellas y las nubes de gas próximas al centro galáctico, lo que les permitió advertir su masa.
- Ciertas pistas, entre ellas la presencia de una estrella gigante roja que por su metalicidad parece ser una reliquia del universo temprano, ha puesto a los científicos sobre la pista de que la Vía Láctea sea, posiblemente, una galaxia caníbal. Es decir, que desde su formación temprana ha adquirido su tamaño actual “tragándose” a otras galaxias enanas y estructuras galácticas de menor influencia gravitatoria.
- La Vía Láctea está incrustada en un grupo de materia oscura que es mucho más grande y masiva que la galaxia misma. A finales de la década de 1960, la astrónoma Vera Rubin dedujo la presencia de estos halos invisibles alrededor de las galaxias cuando observó que las estrellas cercanas al borde de Andrómeda estaban girando alrededor del centro de la galaxia a velocidades que deberían enviarlas volando hacia el espacio.
*Fuente National Geographic España.