Nació en Bogotá hace 31 años. Estudió Finanzas y Mercadeo en New Orleans, trabajó en Relaciones Públicas en Nueva York. Tenía un futuro promisorio en el ámbito empresarial, sin embargo, lo que él quería era hacer cine. Después de un largo ejercicio de interiorización decidió apostarle a su sueño.
Hoy, luego de una corta pero prolija trayectoria artística en varios países del mundo, Nicolás Blanco Bonilla hace parte de un selecto grupo de productores y directores de cine independiente en el que el gigante de la industria Disney ha puesto sus ojos, seleccionándolo para el programa de Residencia de Productores Imaginar, una colaboración entre Disney y Searchlight Pictures y la Asociación Nacional de Productores Independientes Latinos, Nalip.
“Si bien el cine era algo que yo siempre había querido hacer no lo consideraba como una carrera viable. Pero estando en Nueva York empecé a conocer gente de la industria y decidí devolverme a Bogotá a dedicarme de lleno a lo que quería. Así conocí a Laura Pérez Cervera, directora de cine que en ese entonces quería hacer su ópera prima. Yo le dije que me dejara producirla, ella aceptó a pesar de que yo no había producido antes. Hicimos la película y en 2020 se estrenó en salas de cine ‘Bendita rebeldía’”, comenta Nicolás.
Esto lo animó, así que decidió regresar a Estados Unidos a mejorar sus habilidades profesionales por lo que realizó una maestría en cine por medio de una beca en el American Film Institute, en Los Ángeles. “Y desde entonces trabajo en cine independiente”, señala.
Durante sus estudios allí, el joven cineasta produjo siete cortometrajes- dos de los cuales dirigió-, al tiempo que trabajó como productor y diseñador de historia de ‘Devil’s Drivers’, “un documental filmado durante 10 años bajo la dirección del alemán Daniel Carsenty, que trata sobre unos traficantes de personas para trabajos de construcción desde la Franja de Gaza de Palestina a Israel. Documental que se estrenó en TIFF (Toronto International Film Festival) y ha estado en ronda de documentales de otros festivales”, afirma.
Su más reciente cortometraje ‘Cowboy, Choker, Harness & Heart’, dirigido por la española Julia Ponce Díaz, se está presentando en festivales en Canadá, Estados Unidos y Europa. “El año pasado hice ‘Unspoken’, mi primer largometraje, que cuenta la historia de un adolescente judío ortodoxo que empieza a conocerse él mismo y su propia sexualidad cuando descubre que su abuelo hacía parte de los homosexuales del holocausto”, comenta Blanco.
El bogotano ha recibido distintos reconocimientos, entre ellos, la nominación de ‘Devil’s Drivers’ como mejor documental, finalista como mejor Fashion Film, con ‘Ophelia x Luz Muerta’ en el Fashion Film Festival de Croacia, y finalista como mejor cinematografía en ‘Los Ángeles Cinematography Awards’ con ‘Bound’.
Una prestigiosa residencia
En competencia con más de mil participantes, Nicolás Blanco aplicó y fue seleccionado al programa de Residencia de Productores Imaginar con tres producciones: una comedia romántica, ‘Best Man’, “que trata sobre Mattie, un señor que empieza a dudar si tal vez está enamorado de su padrino”; un documental, ‘Born to be Kissed in the Dark’, que cuenta sobre el movimiento underground y de la vida nocturna queer de Los Ángeles; y ‘Digital Dolls’, un drama que el productor colombiano viene trabajando con la española Julia Ponce Díaz que narra la historia de una adolescente andaluza de los años 2000 atrapada en un ambiente rural conservador que recurre a internet para encontrarse a sí misma.
“Yo creo que les gustó mucho lo que había hecho en producciones, pero sobre todo creo que más les llamó la atención mi origen colombiano, mi perspectiva latina. Ser colombiano siempre ha sido una ventaja. Además soy el único que maneja documental y cine de ficción, algo que me gusta explorar, como lo ha hecho el director Carlos Gaviria que cuenta historias de personas y hechos reales, idea que les pareció muy interesante”, apunta Blanco.
Nicolás se enorgullece de llevar su perspectiva colombiana a la gran pantalla y desafiar los estereotipos sobre su país en el cine. Cree que su trabajo habla por sí mismo y está emocionado por contribuir a la industria cinematográfica internacional a través de la Residencia de Productores Imaginar.
Con los 50.000 dólares que otorga Film Independent, la organización artística sin fines de lucro que lidera el programa, los tres productores latinos seleccionados (Nicolás Blanco, Gia Rigoli, productora mexicano-estadounidense y María Altamirano, productora peruano-estadounidense) adelantarán sus proyectos durante nueve meses mientras reciben apoyo creativo y estratégico para impulsar sus carreras.
También colaborarán con ejecutivos de Disney y Searchlight para obtener información sobre cómo empaquetar proyectos para estudios, cerrando la brecha entre la producción de películas independientes y de estudio. Cada becario recibirá capacitación profesional en asociación con Renee Freedman & Co., y asesoramiento y capacitación financiera y comercial en asociación con The Jill James.
El objetivo, dice Diana Luna, directora ejecutiva de Nalip “es brindar a los tres seleccionados las herramientas y recursos necesarios para llevar sus proyectos al siguiente nivel. Estamos entusiasmados de ver los resultados de esta colaboración y el éxito de nuestros becarios como resultado de nuestro esfuerzo conjunto”.
Por ahora Nicolás se enfoca en el desarrollo de la Residencia de Productores Imaginar, y en continuar llevando su visión bogotana y colombiana a la gran pantalla, para así terminar con el estigma que hay sobre el país en materia de cine.
“Una de las cosas que más sueño y me encantaría es volver a Colombia, producir cine en el país, algo que muy pronto sucederá, pues aunque no puedo adelantar mucho, estoy trabajando con el director Daniel Carsenty en un documental sobre el futuro de la política en Colombia”, señala Blanco.