"Occidente está obsesionado con el islam y a la vez no entiende nada de esta religión", afirma el director sueco Tarik Saleh, de padre egipcio, cuyo filme "Boy from heaven" compite por la Palma de Oro.
Casi cinco años después de "El Cairo confidencial", el cineasta de 50 años vuelve con un thriller político-religioso que denuncia las derivas autoritarias del presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi y se sumerge en el mundo del islam sunita.
Un planteamiento que recuerda a "El nombre de la rosa", una novela y luego una adaptación cinematográfica ambientada en una abadía de la Edad Media.
¿Una coincidencia? "Estaba releyendo este libro cuando me pregunté: '¿Y si explicara una historia de este tipo pero en el contexto musulmán?'", recuerda el director en una entrevista a la AFP el sábado.
La película documenta con precisión las doctrinas, que se oponen, de esta corriente mayoritaria del islam, y ofrece a los espectadores una mirada, desde el interior, de un mundo poco conocido.
"Creo realmente que Occidente no entiende nada del islam", insiste Saleh, que precisa que tiene una relación "personal" con esta religión.
Como "El Cairo confidencial", que fue rodado en Marruecos, "Boy from heaven" no pudo ser filmado en Egipto sino en Turquía.
"No he vuelto a Egipto desde 2015, en el rodaje de 'El Cairo confidencial' y los servicios de seguridad egipcios nos ordenaron abandonar el país. Desde entonces, soy un indeseable que, si pone un pie en suelo egipcio será sin duda detenido", asegura.
Aunque es una ficción, la película tiene un base autobiográfica.
"De alguna manera, este filme es una carta de amor a Egipto y un homenaje a mis abuelos", señala el director.