“El pueblo indígena de los Pastos es sinónimo de agua porque hasta en las interpretaciones de nuestros apellidos está presente este líquido vital. Investigaciones como estas nos llevan a descubrir nuestro origen; el cual es digno de visibilizarlo a través de las piezas audiovisuales que se producen en el marco de la décima cuarta Muestra de Cine y Video Indígena de Colombia, que tiene lugar en el municipio de Guachucal”, expresó Aldemar Ruano, representante del Consejo Mayor de Educadores Indígenas del pueblo de los Pastos.
Y es que, según él, los procesos etnoeducativos que se desarrollan en el sur del país, guardan una íntima relación con el agua, los territorios y los apellidos.
Por ejemplo, Ruano, que además es un líder en la zona, argumentó que Cuaspud, una de los apellidos tradicionales en esta región del país, está relacionado con la naturaleza y quiere decir "agua de volcán"; mientras que Fuelantala, significa "agua que sale de la piedra" y Fuelpaz, "familia estirpe del agua".
“El apellido Inapaz quiere decir familia que sale del agua y Tufiño, tierra de agua caliente. Entonces, como somos agua y estamos representando un elemento esencial de origen, las teorías modernas no se equivocan al replicar que sin agua no hay vida, por eso es importante revitalizar su concepto”, explicó el etnoeducador.
Frente a dicho precepto, Jhonny Alexander Cuatín, comunero del resguardo indígena de Guachucal, aseveró que el agua es indispensable para la existencia de los pueblos indígenas y a su vez subrayó que es valioso revitalizar su concepto a través de videos y producciones cinematográficas como las que se proyectan en el corregimiento de San Diego de Muellemués.
“Para los resguardos indígenas de Colimba, San Diego de Muellamués y Guachucal, los ríos y quebradas que recorren estos sitios representan las venas de sus territorios; por eso considero vital la elaboración de dichas producciones audiovisuales para que la comunidad cuide las quebradas que recorren esta zona del país”, manifestó el dirigente indígena.
A su vez, durante el conversatorio sobre producción audiovisual, destacó que el agua es como la sangre para el ser humano, porque sin ella ningún pueblo puede vivir; “de ahí la importancia de cuidar los páramos y los bosques y, por eso, a través de las mingas, las autoridades indígenas y los guardias ambientales, infundimos en las familias rurales de la antigua provincia de Obando, el respeto por el medio ambiente”, afirmó el comunero del resguardo indígena de Guachucal.
Y es que toda fuente hídrica es fundamental para la existencia de los pueblos originarios, por eso José Antonio Tarapues líder indígena de Guachucal, expresa que a partir de producciones audiovisuales los resguardos promueven la protección del páramo de Agua Blanca y de la laguna de El Encanto.
“El video y el cine son herramientas que se complementan para visibilizar el potencial hídrico que tenemos en nuestras comunidades. Si desde ahora no tomamos acciones para proteger este recurso hídrico, cuando otras personas lo hagan será demasiado tarde”, expresó Dwiawin Maku Zalabata, indígena Arhuaco.
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Para que ello no ocurra, afirma que preservar la sierra y la selva es lo único que debe hacer la humanidad; ante esto, representantes de los pueblos indígenas de Ecuador, México, Argentina, Suiza y Colombia, que participan en el encuentro intercultural, también coinciden en que la conservación del agua es un compromiso de toda la humanidad.
“En Suiza, nosotros trabajamos mucho con el cuarzo para limpiar y programar el agua, esa tarea la hacemos con el propósito de que los ríos mantengan sanos a todos los órganos del cuerpo humano. Con estas y otras sencillas acciones podemos cuidar nuestros territorios, es hora de detener la contaminación de los mares y los ríos porque no sabemos cuánto tiempo más dure nuestra casa común”, concluyó Roland Grütter, indígena Céltico, desde el Daupará: Muestra de Cine y Video Indígena de Colombia.