Por: Juan Torres Mosquera
"Recuerdo que el 2 de mayo, fecha que no olvido yo, pasó un caso en Bellavista que al mundo entero conmovió, cuando yo entré a la iglesia y vi la gente destrozada se me apretó el corazón mientras mis ojos lloraban. Así, a través del canto, Domingo Chalá, líder y habitante de Bojayá, cuenta uno de los acontecimientos más cruentos del conflicto en Colombia.
En este corregimiento chocoano más de 100 personas perdieron la vida al caer una pipeta con explosivos en la iglesia del pueblo, donde todos se refugiaban de un enfrentamiento entre la entonces guerrilla de las Farc y las Autodefensas Unidas de Colombia; el 2 de mayo de 2002.
La anterior situación, entre otras vividas por la comunidad, fueron las razones que llevaron a que el municipio de Bojayá, al igual que otros 12 del departamento de Chocó, hicieran parte de los 170 entes territoriales priorizados para la elaboración y formulación de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET).
Por primera vez, un programa diseñado que contempla la participación de las comunidades, organizaciones y la institucionalidad, teniendo en cuenta las necesidades que cada contexto priorizado amerita.
El programa busca, a través de proyectos, dar cumplimiento a requerimientos incluidos en los acuerdos municipales. Por ejemplo, en Bojayá se solicitó “diseñar, construir y dotar un hospital de primer nivel en la cabecera municipal”.
“Hoy no conocemos en qué van los procesos para que por fin una tierra tan sufrida como la de nosotros tenga un hospital de primer nivel que permita que, tanto nosotros como afros y las comunidades indígenas, seamos atendidos dignamente”, expresó Chalá desde el Parque a la Memoria Histórica.
En lo que corresponde al mejoramiento de la educación, otro de los líderes del territorio, Arnobio Ayin, dice que “nosotros conocemos lo positivo de la educación, pero hoy todo está caído, no hay condiciones adecuadas en muchos corregimientos y veredas para que nuestros niños escuchen clases”.
Por ello, argumentó estar esperanzado en que las iniciativas se ejecuten sin contratiempos, sobre todo para el beneficio de la niñez y a la juventud. Además del hospital, el municipio requirió “construir la infraestructura física de los establecimientos educativos ubicados en las comunidades indígenas”.
El Pacto Municipal para la Transformación Regional es el resultado de un ejercicio de identificación, construcción y priorización consensuada entre 116 actores con injerencia en el territorio, desde donde la comunidad espera que inicie la transformación en cada una de las dimensiones que, de acuerdo a sus necesidades, quedaron incluidas en el PDET.