Esta es la historia de ‘Te olvidé', el himno del Carnaval
Por: Claudia Ávila - Radio Nacional Atlántico
Era 1954 cuando se lanzó al público una danza de garabato escrita por el poeta español Mariano San Ildefonso con arreglos musicales del maestro Antonio María Peñaloza. ‘Te olvide’, rápidamente se convirtió en una de las canciones preferidas de los barranquilleros y se erigió como el himno del Carnaval de Barranquilla por su particular melancolía acompañada con un ritmo que ponía a gozar en la pista a quien la escuchara.
El sociólogo e historiador Edgar Rey Sinning nos contó sobre los inicios de esta canción:
“La historia de ‘Te Olvidé’ comienza con Antonio María Peñaloza, oriundo de Plato (Magdalena), quien llegó a finales de 1953 con un poema titulado ‘Te olvidé’, escrito por el español Mariano San ldelfonso”
El maestro Peñaloza, quien ya era un trompetista reconocido en Colombia cuando Te olvidé llegó a sus manos, logró transformar en música de garabato o conocida por algunos como Chandé, el poema que consideraba “carecía de lirismo”, en su intento logró sacar con su trompeta la melodía que hoy todos conocemos.
El atanquero Alberto Fernández Mindiola, exvocalista del trío Bovea y sus vallenatos, intérprete de los cantos de Escalona, fue el elegido para interpretar la canción arreglada por el maestro Peñaloza, con base musical hecha por el trío de jazz panameño Sex-Rose Cerros.
‘Te olvidé’ se grabó en los estudios de Discos Curro de Bogotá en 1954, y desde su aparición fue un hit por toda la costa, desbancando al célebre merengue dominicano ‘A lo oscuro’, interpretado por el Conjunto Típico Cibaeño de Ángel Viloria.
La canción cuenta con muchas versiones y se ha grabado por orquestas sinfónicas y filarmónicas. Igualmente ha sido interpretada por cantantes como Nelson Pinedo con la Sonora Matancera, Bienvenido Granda, Cheo Matos con Los Blanco, Totó la Momposina, y Checo Acosta, entre otros.
Hasta ahora ninguna otra canción ha logrado desbancar a ‘Te olvidé’ de su puesto como el himno del Carnaval de Barranquilla, un poema que leído por un trompetista se transformó en la canción más sonada de la fiesta más importante de los barranquilleros.
