En los años cincuenta, la música colombiana en la programación de la Radio Nacional era aquella que entonces aún se denominaba “nacional” y que años más tarde pasó a llamarse “andina colombiana”. Participaban músicos como Oriol Rangel o el Trio Morales Pino, entre otros. Como significativa excepción, dentro de un panorama de bambucos, pasillos y guabinas, el 1 de febrero de 1957, actuó el conjunto dirigido por Delia Zapata Olivella, lo que apunta a las músicas del Caribe.
Pero, hasta donde se ha podido observar, no fue algo sistemático. El Caribe y, más en general, las representaciones culturales y musicales de la población afrocolombiana tendrían que esperar otro par de décadas para empezar a contar con mayor presencia en la emisora. Esto sucedería con base en la perspectiva folclorista, cuyo máximo representante en Colombia fue Guillermo Abadía Morales. Su nombre aparece en la programación por primera vez en julio de 1961 con el programa El folclore en Colombia. Adicionalmente, el Boletín de ese mes incluyó el primero de una serie de textos sobre géneros musicales del país. Esa primera entrega fue dedicada al bambuco. Más tarde, en noviembre de 1961, apareció el texto “La cumbia” y, en febrero de 1962, “El currulao”.
Unos años después, en 1976, se vinculó a la emisora del tiplista y comunicador José Patrocinio Castañeda para aportar contenidos relacionados con músicas populares del país. Una de sus primeras acciones fue proponer el cubrimiento sistemático de festivales. En ese momento, el presidente era Alfonso López Michelsen, creador del Festival de la Leyenda Vallenata en 1968. Así es que, por recomendación del director de la emisora, Alberto Upegui, allá en Valledupar se empezó con la labor.
Ya por aquellos años setenta, la industria discográfica llevaba un buen tiempo fijándose en músicas distintas a la llamada “andina colombiana”. Particularmente, el vallenato ganaba más y más importancia. Puede decirse que en los ochenta los intereses nacionales habían virado cordillera abajo hacia el Caribe. Fue así como, desde julio de 1985, a la programación de Radio Nacional se sumó el espacio “Música tradicional de Valledupar”, que más tarde sería “Estampas vallenatas”, dirigido por Álvaro González Pimienta y presentado por Carlos Melo Salazar. A la labor de este locutor hay que sumar la realización de otro programa enfocado en la música de bandas del Caribe y la música de gaitas. Poco después, en marzo de 1987, apareció Manuel Zapata Olivella con el programa “Norte y sur del vallenato”. Así mismo, algunos de sus escritos aparecieron en el Boletín.
Es así como, desde los años setenta y durante los ochenta, la Radio Nacional mostró mayor interés por la diversidad cultural colombiana, aunque lejos estaba aún de poder brindar el grado de representatividad que tiene hoy. Pero en ese entonces, el Caribe y la población afrocolombiana empezaron a tener algo de mayor presencia. Por ejemplo, la portada de ese boletín de junio de 1987 presentó un componente básico que hoy ha dejado de sorprender: la marimba. Sin embargo, hasta donde se ha podido verificar, aquella fue la primera vez que los afro estuvieron representados en la portada de esta publicación en los cuarenta y cinco años que completaba.
Por otro lado, la portada y la contraportada del Boletín en mayo de aquel mismo año fueron motivadas por la novela Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.
La transmisión de festivales continuó durante lo restante de siglo XX. Un colaborador asociado fue Rubén Darío Acero, quien estuvo al frente de la presencia que tuvo la Radio Nacional en el Festival Petronio Álvarez desde sus dos primeras ediciones.
De esta forma se iba cerrando el siglo XX y, así, la Radio Nacional se aproximaba a la sustancial reforma que tuvo entre 2004 y 2005, cuando decididamente se orientó por el acontecer nacional en sus más diversos aspectos. Un desarrollo que continúa hoy con atención mayúscula en las músicas populares del país.