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Conflicto de Leticia: 90 años del conflicto con Perú y la vida de Cándido Leguízamo

El soldado huilense Cándido Leguizamo se convirtió en símbolo al ofrendar su vida defendiendo la patria.
Guerra con Perú: 90 años del conflicto y la vida de Cándido Leguizamo
Mausoleo localizado en el cementerio de Neiva
Germán Hernández

Por estos días se conmemoran 90 años del conflicto internacional que sirvió a Colombia para mostrar el patriotismo de su gente. La guerra entre Colombia y Perú (1932-1933), inició por algo que los historiadores denominaron un “malentendido”, ocasionado por la ocupación del municipio de Leticia por parte de un grupo de insurgentes peruanos, quienes, para protestar contra algunas políticas de su país, decidieron marchar hacia la capital del departamento de Amazonas. Lo que nunca se imaginaron es que la protesta terminaría convertida en un conflicto internacional.

En Colombia se habló de ocupación de nuestro territorio por parte de los peruanos, de violación a la soberanía, de una afrenta internacional contra lo más sagrado, el territorio. Así se calentaron los ánimos.

Fueron muchos los colombianos que se enrolaron al Ejército de manera voluntaria para defender la bandera, el escudo y en general la patria; fueron innumerables las manifestaciones de solidaridad y, sobre todas las cosas, la presión de la ciudadanía al Estado para recuperar el territorio y afianzar la soberanía.

Leticia, la capital del Amazonas, está localizada, literalmente, en la punta del mapa, en plena selva amazónica, en los límites de Colombia con Brasil y Perú, población alejada de todo, ni siquiera existe una carretera por la que se pueda acceder en un carro.


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Se puede llegar a Leticia desde Iquitos, Perú, o Manaos, Brasil, a través de un barco navegando por el caudaloso Amazonas. Para llegar desde cualquier destino nacional, es necesario viajar a Bogotá, de donde salen dos vuelos diarios.

Esta referencia es necesaria para entender la complejidad que desde siempre se ha tenido para acceder a Leticia y las grandes dificultades que tuvo el Ejército colombiano para llegar y defender el territorio, así como el papel protagónico que tuvo el Huila, en especial Neiva, por su ubicación geográfica.

Si bien los discursos y las llamas se encendieron en Bogotá, fue el Huila el centro de las operaciones militares y el lugar donde se enroló el mayor número de soldados, tal vez por ser el punto medio entre Leticia y Bogotá.

Paradójicamente, gracias al conflicto, se empezaron a construir importantes vías, por ejemplo, la que hoy comunica al Huila con la capital del Caquetá, que sirvió para llevar, a lomo de mula, gran parte del material de guerra e intendencia con el que se enfrentó al ejército peruano.

Señala la historia que fueron muchos los huilenses que aportaron, desde todos los escenarios, en el proceso de defensa de la patria, en especial los que empuñaron un fusil para pelear en nombre de Colombia.

Pero hay uno que se convirtió en ícono, símbolo y ejemplo para todo un país.

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Cándido Leguízamo/Foto: cortesía Diario La Nación

Cándido Leguízamo, un héroe de la patria

Con apenas 21 años, Cándido Leguízamo Bonilla se enlistó en el Batallón de Infantería Número 19, con seden en Neiva, para defender la soberanía y reconquistar el municipio de Leticia, ocupado irregularmente por Perú.

En el texto de Eloísa Lamilla Guerrero ‘Memoria del conflicto y la guerra en el Cementerio Central de Neiva (Huila): entre lo heroico y lo silenciado’, se dice que fue el aviador alemán Helbert Boy quien reportó el hostigamiento a la guarnición militar El Encanto, donde en ese momento prestaba guardia el soldado huilense Cándido Leguízamo Bonilla.

Narra la autora que, aunque Cándido fue trasladado a Bogotá, el 12 de abril de 1933 falleció debido a la complejidad de las heridas, generando indignación en la comunidad. “Así Cándido Leguízamo se convirtió en el símbolo de la participación del hombre huilense en las guerras y conflictos internacionales”, dice Eloísa Lamilla Guerrero en su texto.


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Placa puesta en el mausoleo de Cándido Leguízamo

Fue tal el fervor que la tumba de Cándido se convirtió en la más visitada del Cementerio Central de Neiva, incluso, muchas personas le atribuyeron milagros. Las autoridades civiles y eclesiásticas del momento construyeron un mausoleo adornado en honor al héroe caído, el que con el pasar de los años se convirtió en el punto para venerar, no solo a Cándido, sino a todos los uniformados que han perdido la vida defendiendo la bandera y el escudo.

Se trata de una tumba blanca que reposa sobre una plataforma donde están ubicados un casco y un fusil, acompañados de cinco banderas izadas. Al fondo de la pared, una representación de lo que pudo ser el combate, el enfrentamiento entre colombianos y peruanos a orillas del río Amazonas y el momento justo en que trasladan un herido que sería Cándido. A un lado, la imagen de Jesucristo y algunas palomas blancas.

Veneración y respeto. Con los años un barrio popular de Neiva fue bautizado con el nombre de Cándido Leguizamo, también un colegio y una población del Putumayo, Puerto Leguízamo, donde el joven héroe neivano también es recordado y valorado.

El nombre de Cándido Leguízamo está en los libros y las clases de historia de la mayor parte de las instituciones educativas del Huila, donde se le recuerda como el mártir del conflicto, el símbolo del patriotismo de los colombianos.

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