En algunos países del mundo, especialmente en América del Sur, en sus plazas principales se pueden encontrar bustos y esculturas del militar y político venezolano Simón Bolívar. Lógicamente, en su tierra natal es donde se pueden hallar la mayoría de obras dedicadas al prócer y libertador: alrededor de 28 espacios en su honor.
En nuestro país hay cerca de 18 plazas de Bolívar, destacándose las de Bogotá y Tunja, entre otras.
La Radio Nacional de Colombia conversó con Gilberto Ávila Monguí, magíster en español y literatura del Instituto Caro y Cuervo, licenciado en filosofía e idiomas de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC), de Tunja y secretario perpetuo de la Academia Boyacense de Historia, sobre la emblemática Plaza de Bolívar de la capital boyacense.
“Podríamos decir que la primera plaza principal de la ciudad de Tunja se llamó Suárez Rendón, que quedaba donde hoy es el parque Pinzón y en donde estaba el cercado del Zaque, que era el gobernante de toda esta región chibcha. Prácticamente, el estilo ajedrezado de la plaza ya estaba y se encontraba en arena. Tunja fue fundada el 6 de agosto de 1539 por Gonzalo Suárez Rendón sobre otra ciudad indígena muisca”, señala Ávila.
Luego menciona que en 1541 se construyó al frente de la plaza la casa del fundador, la cual se considera la más antigua de Tunja. Este lugar se convirtió en una especie de embajada para los parientes de Suárez Rendón y colonos provenientes de algunas ciudades españolas.
La plaza también fue utilizada como picota. En este lugar fue decapitado por orden de Hernán Pérez de Quesada y Suárez Rendón el cacique Aquiminzaque, en 1541. Asimismo, los caciques Turmequé, Boyacá, Toca, Suta y Motavita fueron utilizados para amedrentar a los indígenas, ya que los españoles temían un levantamiento.
En 1550, la plaza fue ubicada en su sitio actual y era llamada Plaza Mayor. Según el historiador, esto hacía referencia a que era la plaza del Burgomaestre, el mandatario de lo que era la República de Boyacá. El 6 de agosto de 1891, el general Próspero Pinzón la llamó Plaza de Bolívar.
“En 1816, dos ilustres patricios de nuestro departamento, el doctor Cayetano Vázquez y Nepomuceno Niño, que fueron presidentes de lo que se llamaba República de Boyacá, fueron condenados por el régimen de Pablo Morillo. Los pasearon por la plaza Suárez Rendón cuando la gente se encontraba en pleno mercado como escarnio público. Luego los llevaron al patíbulo”, asegura.
Asimismo, cuenta que cuando en ese lugar ya no había mercados, también se vivieron momentos cruentos en la época de la violencia bipartidista de los años 50.
La Plaza de Bolívar era el centro de encuentro: “recuerdo que había un personaje al que le decían el enlazador y cuando alguien le avisaba que venía un cachiporro (seguidor del partido liberal), él lo enlazaba con gran destreza e inmediatamente le caían algunos chulavitas (seguidores del partido conservador) y lo agarraban a patadas”, afirma.
En este lugar también se encontraba la famosa Pila del Mono, la cual permaneció durante 300 años en la Plaza de Bolívar. Al principio, el historiador menciona que era una pila común y corriente donde las mujeres venían a recoger agua que traían por zanjas de las veredas Varón Germania y Tras del alto.
“El sitio se convirtió en un encuentro de las señoras para ´chismosear´. A alguien se le ocurrió (pudo ser un clérigo) mandar a hacer sobre la pila una escultura. En ese momento, el presbítero de la catedral les advirtió a los habitantes que esa figura representaba al dios del silencio y que cuando se encontraran en ese lugar tenían que guardar silencio bajo pena de pecado mortal. La obra fue realizada por el escultor Diego Morales en 1573”, dice.
En 1891, cuando inauguraron la estatua de Simón Bolívar, trasladaron el Mono de la Pila a una plazoleta en la calle 20 con carrera octava en el centro de Tunja. Pero debido al mal estado de la original, en 1915 se hizo una réplica a cargo del maestro Isidro Álvarez, que es la que está actualmente en ese lugar.
La primera estatua del libertador Simón Bolívar fue una escultura pedestre, realizada por el escultor francés Antoine Desprey, quien se basó en el diseño de Alberto Urdaneta. Según el historiador, fue instalada el 20 de julio de 1884 en el Parque Pinzón y luego trasladada en 1891 a la plaza Bolívar, donde permaneció hasta el 20 de julio de 1934, cuando fue llevada al puente de Boyacá. Desde 1940 hasta la actualidad, permanece en el batallón Bolívar de Tunja.
En su lugar, se erigió una estatua ecuestre de Bolívar montado en su caballo ´Muchacho´. Esta obra fue diseñada por la marmolería Tito Ricci en 1930. La escultura en bronce fue realizada por el artista italiano Giovanni Anderlini y fundida por su colega Eugenio Maccagnani en 1934.
“El piso de la plaza en ese momento era de tierra, hasta que en 1939 fue cementada. Se presentó un pequeño problema con la ubicación porque Bolívar aparecía mirando hacia la gobernación y tenía que estar observando hacia el puente de Boyacá”, cuenta.
En 1959, la Plaza Bolívar fue declarada bien de interés cultural de la nación. En 1974, fue restaurada; se recubrió la piedra con mármol y se cambió el jardín por el célebre cenicero.
Hace cinco años, con la construcción de unos baños públicos en la Plaza de Bolívar, se generó una gran polémica: “Es un error. Aunque la naturaleza humana necesita de estos espacios, la Plaza no era el sitio adecuado. Se hubiera podido hacer en un lugar cercano a este escenario, para evitar ese espectáculo que no es estético ni de buen gusto”, asegura.
La Plaza de Bolívar, ubicada en pleno centro de Tunja, entre las carreras 9ª y 10ª con calles 19ª y 20ª, también ha servido para diferentes actividades culturales. Según el historiador, Tunja se ha convertido en la ciudad religiosa, católica y apostólica de Boyacá. Por eso, en Semana Santa, es costumbre ver las diferentes procesiones, muy parecidas a las que se realizan en Popayán. Asimismo, en diciembre se lleva a cabo el famoso y tradicional aguinaldo boyacense.
"La Plaza de Bolívar viene a ser el centro de la fundación de la ciudad. Viene a ser el significado completo de lo que hoy es Tunja. Porque exactamente es el inicio de lo que es la ciudad ya mestiza o la ciudad fundada por los españoles", concluye el historiador Gilberto Ávila.