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Las mujeres en la Independencia: un papel clave en la lucha libertadora

La participación femenina en la Independencia de la Nueva Granada fue diversa y llena de historias.
Elsa Garzón Ruiz

 

Hablar del protagonismo de las mujeres en la Independencia de la Nueva Granada es recordar su participación individual y colectiva en el ámbito civil y militar. Gracias a registros escritos como periódicos, correspondencia y diarios de quienes estuvieron y atestiguaron episodios de la Independencia; y la tradición oral de diferentes poblaciones del país, podemos saber más sobre la participación femenina en este proceso.

Varias de ellas participaron en el movimiento ilustrado criollo, desde el cual se gestaron las primeras inconformidades contra el gobierno virreinal a finales del siglo XVII. Muchas de las tertulias literarias, reuniones privadas aprovechadas por los criollos para debatir sobre noticias locales, americanas y europeas; fueron organizadas y auspiciadas por mujeres la élite criolla santafereña como Manuela Sanz de Santamaría, Catalina Tejada, Andrea Ricaurte de Lozano y Francisca Prieto Ricaurte.

Con el inicio en 1810 del movimiento de formación de juntas de gobierno en Nueva Granada, se conoce de mujeres que participaron en los levantamientos de sus respectivas ciudades. En Santafé, el 20 de julio de 1810, vendedoras de la plaza como Melchora Nieto y Francisca Guerra hicieron parte de los levantamientos populares contra el virrey. Por otro lado, Concepción Loperena lideró desde 1812 el movimiento independentista de Valledupar y fue una de las firmantes del acta de Independencia de la ciudad el 4 de febrero de 1813.

Otro ejemplo fue el de aquellas patriotas que aprovecharon su posición socioeconómica y ofrecieron dinero, bienes, alimentos, ropa, tierras, caballos e, incluso, sus propios hijos a las tropas independentistas. Se destacan Juana Velasco de Gallo, María Rosa Lazo de la Vega, Simona Duque y Antonia Santos, la última habiendo además liderado las guerrillas del Coromoro en la provincia de El Socorro (actual Santander). También hubo mujeres que, en medio de los levantamientos, refugiaban a patriotas en sus casas para evitar que fueran detenidos.

El espionaje y la inteligencia fue otra de las actividades en que las mujeres participaron. Tomando ventaja de la facilidad de desplazarse dentro de las ciudades y el contacto que les daba su posición social u oficio con círculos realistas y los ejércitos de la Corona, filtraban información a líderes independentistas. Policarpa Salavarrieta, Mercedes Ábrego, Estefanía Neira de Eslava y Justina Estepa fueron representantes de este rol.

Finalmente, hubo quienes participación en las campañas militares por la Independencia, ya sea en combate o como apoyo en el mantenimiento de las milicias. En el primer caso, se conocen a personajes como Juana Béjar y Simona Amaya, quienes lucharon en las filas patriotas del ejército comandado por Simón Bolívar en la Campaña Libertadora; y María Antonia Ruiz, quien convocó a hombres y mujeres a combatir al ejército realista en la Batalla de San Juanito de 1819, en el Valle del Cauca. En el segundo caso, fueron importantes ‘Las Juanas’: grupos de mujeres que acompañaron a las tropas patriotas en las campañas militares y que apoyaban en labores como la cocina, el remiendo de ropas, los primeros auxilios, el reconocimiento de terreno, además de ser informantes de los movimientos realistas; actividades fundamentales para el funcionamiento de los ejércitos.