La memoria, la herramienta del escritor: Óscar Collazos
Una infancia en su natal Bahía Solano, Chocó, siete años en Buenaventura, dos décadas completas en Barcelona y otros tantos años en París, La Habana y Bogotá, más otros 13 que llevaba en Cartagena, podrían resumir los itinerarios literarios de Óscar Collazos. Recuerda el autor que su entrada al mundo de los libros se dio milagrosamente, porque a su casa sólo llegaban las revistas Selecciones y Mecánica Popular.
Ese pequeño impulso lo llevó a convertirse en autor de más de una docena de novelas y un número similar de antologías de cuento, ensayo y columnas periodísticas, entre cuyos títulos sobresalen “Las trampas del exilio”, “Rencor” y “En la laguna más profunda”.
Sus primeras lecturas se dieron en su infancia, en la biblioteca del colegio Pascual de Andagoya de Buenaventura, donde según lo recuerda, se devoró todos los volúmenes. En 1966 publicó su primer libro de cuentos en una editorial pequeña de Medellín; Collazos recuerda que en un principio se sentía más cómodo en el relato breve “porque la novela me parecía una maratón”.
Dos años después se encontraba en París. Allí tuvo la suerte de darle clases de español, por recomendación de Carlos Duplat, a la escritora Rochefort Christiane, autora del clásico “El reposo del guerrero”. Además, pudo contar en decenas de conferencias, años después, su experiencia de vivir el mes de mayo de 1968 en esa ciudad, la época de “la imaginación al poder”.
Su trabajo le hizo merecedor del Premio Simón Bolívar a mejor columna de opinión en los años 2003 y 2004
Óscar Collazos lee un fragmento de Rencor:
