El autor de obras como ‘Al diablo la maldita primavera’, ‘¿Sex o no sex?’, ‘Líbranos del bien’, ‘Las formas del odio’, ‘Leandro’, ‘Parábola del salmón’ y ‘Mitología vallenata’, Alonso Sánchez Baute, presenta una verdadera declaración de amor a través de la vida y los ojos de una perrita west highland white terrier en ‘La mirada de Humilda’.
Una novela que integra un ensayo, tiene mucho de reflexión y una declaración abierta de amor, que siempre lleva a los ojos de Humilda, el nombre de la pequeña perra que le transformó la vida desde que la conoció, y a quien acompañó durante 14 años.
"La adoptamos la tarde de un lunes. Visitamos a unos amigos míos de la infancia y en medio de la conversación, sentados en la sala, escuchamos el gimoteo de varios cachorritos proveniente de una de las habitaciones. La mascota de mi amiga, una perra llamada Pancha, había parido cinco crías veinte días atrás. Fuimos a conocerlos. Los seis animales estaban tendidos en el suelo, amurallados por una inmensa caja de cartón. La perra les daba de mamar. Nos acercamos y Pancha no gruñó, como hacen a veces las perras recién paridas. Quizá confió en nosotros porque estábamos acompañados de su dueña. O quizá lo hizo, simplemente, porque le caímos bien”, dicta Alonso Sánchez Baute en su novela.
La tarea no era fácil. Humilda llegó a su vida por capricho de su pareja de aquel entonces, y cómo todo se va transformando en amistad, hasta que llega el momento en que deben despedirse.
Alonso Sánchez Baute sumerge al lector en una historia de amor, pero no el romántico, aquel que se gesta en la cotidianidad con una mascota, que cuenta con unas altas dosis de compasión, pero también de empatía y mucha solidaridad.
“Una novela en la que dejé la piel en el texto, como siempre lo he hecho al escribir. A lo largo de la escritura fueron varias las lecturas las que me acompañaron en la investigación, pero siempre volví a Walt Whitman, volvía a ella cada día”, comentó Alonso Sánchez Baute.
El libro busca contar cómo los verdaderos encuentros cambian vidas para siempre, donde las miradas son una retroalimentación constante, por lo que la narración genera esa misma sensación.
“La búsqueda era poder hablar del amor sin que sonara cursi, con todas las licencias permitidas para expresar todas las emociones y sentimientos que quedarían en la escritura con esta historia tan personal”, continuó el autor.
A la vez, la obra trata del caos que suele generar la muerte en una relación de largo aliento.