El proyecto que nació como un interdisciplinario sobre nuevos territorios de la Pontificia Universidad Javeriana, comenzó con una investigación teórica que involucraba diferentes disciplinas. Luego de esto, los estudiantes de diseño y arquitectura emprendieron el proyecto práctico que consistía en primero, desarrollar una casa de la cultura, luego un lugar para que los niños practicarán deporte y la construcción de unos baños ecológicos.
La casa de la cultura fue construida en un lote que llevaba 20 años desocupado y que que está ubicado cerca de la plaza principal de Palomino. Allí, de la mano de la profesora Orfelina Quinto, han logrado vincular a niños y jóvenes a talleres de danza y música, cumpliendo con el primer paso de este gran proyecto.
La segunda parte del proyecto consistió en crear una casa para los deportes, allí los niños han encontrado un espacio para el esparcimiento y el desarrollo personal.
Finalmente, la construcción de los baños secos, que proponen una solución ecológica y económica para quienes los implementen. El sistema no contamina el agua (ya que este corregimiento no tiene acueducto), separa los líquidos de los sólidos y éstos funcionan como abono para una huerta, lo que facilita que cada familia pueda cultivar su propio alimento.
La idea es lograr convertir a Palomino en un pueblo modelo, ya que el acueducto ha sido instalado y robado tres veces, lo que le cuesta al Estado Colombiano cerca de tres mil millones de pesos. Tal vez por esto, se renunció a la idea de reanudar una construcción próxima.
Si no ha sido muy motivante para el Estado tener que lidiar con esta problemática, esto si sirvió como motivación principal para que el colectivo Mitin del PEI quisiera involucrarse con este corregimiento.
Palomino tiene todos los pisos térmicos hasta las nieves de la Sierra Nevada de Santa Marta, además es el límite entre La Guajira y el Departamento del Magdalena, tiene un número importante de asentamientos indígenas y es el máximo productor de agua del país. Por lo que, a raíz de la problemática social de la contaminación de las aguas, las nieves han perdido su importancia y han disminuido los caudales, lo que no es solo un problema local sino nacional, con afectaciones ecológicas, culturales y arqueológicas, que afectan principalmente a las comunidades afro, indígena y los habitantes de la Guajira.
El proyecto ha sido llevado a cabo entre el colectivo Mitin del PEI, el laboratorio PEINLAB y el profesor Carlos Hernández, director del programa, de la mano con la comunidad, y líderes locales como Orfelina Quinto, Juan Rodríguez y Sebastian Restrepo, para llegar a un desarrollo social y cultural que pondría a Palomino en el mapa como ejemplo de superación y empoderamiento social.
Éste es un modelo que puede ser replicable en diferentes lugares del país. No en vano, ha sido galardonado con tres reconocimientos: la Bienal de Arquitectura Colombiana, la Bienal Iberoamericana y –el más reciente- el premio internacional de diseño en China, siendo el único proyecto latinoamericano en recibir una distinción este certamen.
Carlos Hernández, gestor principal del proyecto, señala la importancia de este tipo de aproximaciones, pues no solo se trata de un reto arquitectónico o de diseño, sino que permite acercarse a la realidad nacional y ayudar a la comunidad: “El país se conoce a través de proyectos como estos . Adicionalmente, señala que esta iniciativa permite a la misma comunidad romper barreras, generar confianza y desarrollo, “si cada universidad, o institución, adoptara un municipio con problemas similares, seguro se construiría un mejor país .
Lejos de ser un gran sistema lucrativo, ni privado ni para el Estado, Palomino, sociedad en construcción, pretende ayudar a la comunidad de verdad. Por esto, las construcciones que se ha llevado a cabo no tienen infraestructuras grandes, tienen un mínimo costo, y han sido financiadas con recursos propios de las personas vinculadas al proyecto. De hecho, jamás han contado con apoyo de las instituciones estatales, ni siquiera, las autoridades locales.
A futuro este proyecto pretende vincular a la Escuela Taller de Bogotá, quienes han trabajado dando apoyo y gestión a los reinsertados. Con esta unión los habitantes de Palomino tendrían una oportunidad para aprender oficios múltiples y ser útiles para la sociedad.
De igual forma, se espera que todo este modelo pueda ser replicado en otros corregimientos, pueblos y municipios del país, para lo cual el único limitante es encontrar comunidades receptivas a estas soluciones.
Por: Laura Díaz Martínez / @LauDiazMartinez