Por: Deysa Rayo
Carlos Ever Riascos estudió para ser técnico en construcción de casas, pero terminó construyendo marimbas. Un oficio que aprendió hace 25 años cuando su hijo menor Kike Riascos hoy marimbero de "Herencia de Timbiquí" le pidió de regalo una marimba de chonta. Así, sin imaginarlo fue su hijo y no su padre, como usualmente ocurre, quien le enseñó un camino hasta ahora desconocido para él, el camino de la chonta a la marimba: El piano de la selva.
La chonta es una palma de madera fuerte y dura, de color oscuro y jaspeado, propio de estas selvas tropicales que ha servido a artesanos para elaborar las mejores marimbas.
"Para hacer una buena marimba primero se necesita localizar donde está la chonta jecha, cortarla, ponerla a hacer un buen secado, se parte dependiendo de la medida, luego se pela, se saca toda la cáscara hasta que quede el negrito de la chonta, después se hace una buena afinación. En este proceso podría uno podría tardarse entre 3 a 4 días" nos cuenta Ever.
Estamos en su casa ubicada en el barrio Las flores en Guapi, un municipio del Pacífico caucano, cuna de grandes intérpretes de la marimba, como José Antonio Torres ‘Gualajo’, sus hermanos los Torres y Hugo Candelario González. En los rincones de su vivienda se ven arrumados palos de chonta y guadua que según nos cuenta deben ser cortadas en luna menguante "Porque si se corta en otra época les cae la plaga y daña las marimbas"
Es domingo y en cada esquina la música retumba a través de inmensos parlantes que le roban su reino al silencio. Salsa, currulao y uno que otro vallenato se fusionan al tiempo en los oídos. No hay duda, Guapi es una tierra salsera y sonora.
“La marimba es un instrumento que vino del África a Colombia, que vino a sembrar de alegría y paz a este continente y que reúne a toda su gente cuando ella suena" Nos dice Ever mientras arma otra marimba de las más de 5.000 que según sus cuentas podría haber construido a lo largo de su vida.
Tiene 54 años, es corpulento, su risa blanca y sonora explota cada vez que no encuentra respuesta a una pregunta.
-¿Cuántos hijos tiene? ríe y de reojo mira a su mujer.
- Cuatro, responde después de un rato, dos de ellos músicos; Alejandro director del proyecto musical "Yembema" y Enrique de "Herencia de Timbiquí", ellos son un ejemplo para la familia y la juventud de este pueblo porque demuestran que por medio de la música se pueden hacer buenas cosas y ahí uno se da cuenta de que el sacrificio que se ha hecho se ve recompensado.
Habla con ese orgullo de padre que ve en sus hijos el reflejo de lo que soñó para él. Es compositor, toca la guitarra pero no la marimba "solo unas notas, lo suficiente para afinar" afirma.
Y así con algo de modestia coge su guitarra para cantarnos algo de lo que le inspira su tierra:
"Boga, boga, boga guapireño
Boga boga, boga para amar
Boga, boga, boga que el río te va alcanzar"
Son las 4:00 de la tarde y es tiempo de bogar. Antes de partir una última pregunta:
- ¿A qué suena una marimba?
-Suena a selva