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Recicladores: la labor de los ‘recuperadores ambientales’ en la pandemia

Aunque el Gobierno estableció protocolos de bioseguridad para que la actividad continuara, muchos no cuentan con recursos para cumplirlos.

Por: Carolina Bustamante

Serie: Colombianos en días de pandemia. Capítulo 3.

En Colombia al menos 30 mil hombres y mujeres son recolectores ambientales de oficio según la Asociación Nacional de Recicladores, y se han agremiado en busca de proteger su derecho al trabajo, dignificar su labor y hacer parte de los programas de Gobierno que aseguren su sustento. Sin embargo, cientos de ellos no están formalizados y, en medio de la emergencia sanitaria por Covid-19, deben asumir su seguridad en medio de la recolección de todo tipo de basuras.

Myriam Morales es recicladora en Bogotá y vive del material que logra obtener recorriendo varios sectores de la capital. Lo vende a pequeñas empresas que conforman asociaciones de recicladores, y éstas venden el material ya preseleccionado a grandes compañías para su procesamiento y reutilización. Cuenta que los elementos de bioseguridad dependen de si gana o no lo suficiente para poderlos pagar o incluso de donaciones.

“Los recicladores que están organizados, agremiados, pueden contar con apoyos donde les proporcionan elementos de bioseguridad, pero quienes prefieren la independencia tienen que pagarlos sólos y, si no tienen para comer menos para pagar guantes y tapabocas”, expresa Morales.

Una situación similar vive el cartagenero Yeiner Díaz. Es independiente y afirma que no siempre la asociación a la que pertenece tiene material de bioseguridad para darle. A veces lo donan pero casi siempre le toca buscar cómo obtenerlo.

“La falta de plata no es excusa suficiente para la Policía, si te ven sin protección no te dejan trabajar, y si no sales no comes. Pero si comes, no te queda con qué comprar el material, y en mi caso no recibo ayudas ni de la Alcaldía ni de nadie, a veces me donan”, manifiesta Díaz.

Si bien ambos reciclan en ciudades distintas, cuentan que las ganancias son casi las mismas, en un día pueden obtener desde $2 mil a $50 mil pesos (por mil kilos de carga) dependiendo de lo que logren vender y no todos los días se vende.

El Ministerio de Salud incluyó a los recicladores formalizados en el decreto 531 del 8 de abril de 2020 (Numeral 25 Art. 3), donde se dan las instrucciones para su protección, incluyendo derechos y deberes apoyado de los dispuesto por la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP).

¿A qué tiene derecho el reciclador durante la pandemia?

Según lo dispone el Gobierno y las autoridades locales (Decreto Nacional 257 de 22 de marzo de 2020 y del Decreto Distrital 093 de 2020), “tienen derecho a su libre desplazamiento y el de sus vehículos para recolectar los residuos aprovechables en hogares o comercios, y llevarlos a las Estaciones de Clasificación y Aprovechamiento o bodegas de reciclaje privadas”.

El beneficio les obliga a estar carnetizados e identificados por su organización de reciclaje, y en Colombia hay más de 500, o de la UAESP, o se les prohíbe la prestación del servicio. A esto se suma que se les debe garantizar un lugar para la disposición de dichos residuos y en horarios diurnos.

Foto: Twitter Pnud Colombia

¿Qué obligaciones tiene el reciclador?

Utilizar tapabocas, guantes, alcohol, desinfectantes de superficies, geles antibacteriales y mantener la distancia de dos metros de otras personas. Pero en centros de acopio de material no puede haber más de 10 personas. Además, los mayores de 70 años, por instrucción del Gobierno Nacional, no pueden laborar en la calle debido al aislamiento preventivo hasta el próximo 31 de mayo y por tanto tienen que buscar las ayudas gubernamentales.

La recolección de residuos ordinarios o basura llega a los 12 millones de toneladas por año, de lo cual se recicla cerca del 17% según el Ministerio de Ambiente. Esta labor es también apoyada por ese otro grupo de trabajadores que sí tienen beneficios de ley y por ende elementos de bioseguridad garantizados.

“Quienes están en rellenos sanitarios tienen todo un protocolo diseñado de aseo con trajes especiales, botas, guantes, máscaras y los puestos de trabajo con horarios diferenciados para evitar cruces masivos entre empleados. Y en los camiones de recolección también manejan la misma seguridad”, explica Hermes Forero, el subdirector de recolección, barrido y limpieza de la UAESP.

¿Cuál es el peligro para el recicladore?

Existe un punto en el que convergen empleados, recolectores formalizados y no formalizados sin distinción, y es en la separación y recolección de basuras o residuos donde más riesgo tienen. “La falta de conciencia y cultura ciudadana para reciclar en los hogares pone en alto riesgo la labor del reciclador”, afirma Forero.

Aldenovan Nieto recicla en Cali y allí, si bien tienen capacitaciones constantes en bioseguridad, asegura que el riesgo en la calle aumentó con el Covid-19. “A los ciudadanos les da pereza hacer una buena disposición de residuos. No saben utilizar los colores de las canecas y menos las bolsas, entonces uno tiene que abrirlas todas para revisar el material y en gran parte de los casos lo han echado a perder”.

El problema menor -dice Myriam- es perder material, para ella lo grave está en lo que se ha encontrado separándolo, como “inyecciones de insulina, tapabocas y algodones con sangre que deben estar separados pero no es así, y uno se puede pinchar o si tiene una herida se puede contaminar”.

A lo anterior se suma población desempleada y migrante que ahora recicla para comer y que según Myrian “no utilizan protección alguna, reciclan en chanclas o descalzos y lo peor, rompen las bolsas de basura en la calle, las dejan así, se van y nosotros llegamos a recoger eso”.

Y es que para aquellos que tienen sospecha o son positivos por coronavirus hay un protocolo de disposición de residuos y personal especial para recogerlo que, según el subdirector de recolección, barrido y limpieza de la UAESP, permite proteger a recicladores y recolectores de material sanitario.

“En aislamiento, la persona contagiada debe disponer de un recipiente para disposición de residuos, desinfectarlo con alcohol, colocarle una bolsa negra y disponer allí el material, cerrar la bolsa y nuevamente desinfectarla, meterla en otra bolsa negra y con cinta de enmascarar marcarla de tal forma que el personal que la recoge sepa qué tipo de material es”, explica Forero.

Reciclar es una ecuación simple

Existen bolsas de disposición de desechos de varios colores pero para los hogares hay tres fundamentales. La bolsa negra para residuos no aprovechables: papel higiénico, servilletas, cartones sucios de comida o líquidos y papeles metalizados. La bolsa verde para residuos orgánicos aprovechables: restos de comida y desechos agrícolas. Y la bolsa blanca para residuos aprovechables: material limpio y seco como plástico, cartón, vidrio, papel y metales.

Desde diferentes organizaciones gubernamentales, departamentales y sociales se ha intentado generar cultura ciudadana en hogares, colegios, oficinas y calles sobre la importancia de reciclar y hacerlo bien, porque no sólo protege el medio ambiente sino al reciclador y en tiempos de coronavirus salva vidas.

“El virus es una molécula fácil de desintegrar, pero requiere que seamos cuidadosos a la hora de hacer desinfección tanto del ciudadano como del recolector”, puntualiza Forero, y lo siguen los recicladores que se hacen llamar ‘recuperadores ambientales’ y piden ser tenidos en cuenta y valorados porque ponen sus manos donde nadie quiere hacerlo.

Escuche el informe completo aquí:

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