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Jóvenes emprendedoras de Tumaco y sus sonoras plegarias del Pacífico nariñense

La música y la danza son los mejores aliados de las mujeres afrodescendientes para  armonizar su territorio.  
Mujeres afrodescendientes de Tumaco usan la música y la danza para sanar el Pacífico
Juan Miguel Narváez Eraso
Juan Miguel Narváez Eraso

Tumaco, municipio emblema de la vida y la cultura, en cuyas playas y zonas continentales, las cantoras del Pacífico nariñense, entonan sonoras plegarias para promover el respeto por la naturaleza, las mujeres y las tradiciones de los 16 consejos comunitarios, predomina la unión social.

Ese noble sentimiento que a medida que pasa el tiempo se apodera de los tumaqueños, perdura con ayuda de aquellos procesos socioculturales que fortalecen el diálogo, la escucha y confianza. Para visibilizar esas intrínsecas emociones, las jóvenes cantoras se refugian en el currulao y bambuco, géneros musicales que tradicionalmente cantan y bailan para armonizar los territorios. 

Para conservar las tradiciones artísticas cuyas bases emergen de la comunidad, Rosa Angélica Tenorio Quiñones representante de la ‘Escuela Folclórica del Pacífico Sur Tumac’ lidera procesos culturales para mejorar el bienestar emocional de las mujeres maltratadas, de las poblaciones marginadas y de los sectores sociales en situación de vulnerabilidad.


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Por ello, la música y la danza, consideradas los mejores antídotos para aminorar la tristeza y el dolor; apoyan aquellos proyectos artísticos que contribuyen a la consolidación de la reconciliación. 

Al son de la música de marimba, Angélica precisa que a lo largo de la historia, las mujeres han sido coautoras de muchas labores sociales que, en ‘La Perla del Pacífico’, les ha servido para visibilizar sus emociones y costumbres.

La felicidad que encuentran en la música, la complementan con el baile y aquellos accesorios que reflejan el orgullo de su raza. 

Uno de esos elementos que en las muestras culturales representa su identidad es el turbante, símbolo de protección, sabiduría y respeto hacia la mujer, por eso cada vez que ellas danzan; lo lucen con orgullo y decoro pues jamás olvidarán que también es símbolo de reconciliación social.

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Desafíos sociales 

Pese a todos los esfuerzos que hacen las mujeres afrodescendientes para dejar a un lado sus penas, la gestora cultural asegura que el machismo las sigue relegando y por eso considera que la cultura es el único eslabón que las une para resolver apremiantes desafíos sociales. 

Entre aquellos quehaceres artísticos en los que participan alrededor de 60 mujeres, prevalece también la elaboración de instrumentos musicales y la confección de atuendos que hacen parte de la idiosincrasia afrocolombiana, elementos con los que ellas demuestran sus habilidades creativas. 

“Por eso en los parques Nariño y Colón entre otros sectores de Tumaco donde se desarrollan eventos culturales, es frecuente observar niñas y adultas que le cantan a la vida al ritmo de los tambores y la marimba. Con ello demostramos a la comunidad que las capacidades de las mujeres van más allá del lugar donde la sociedad las ha ubicado”, expresó.


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Ante esas cualidades humanas y artísticas, argumentó que el papel de la mujer en la cultura es muy importante porque en la mayoría de los casos ella es quien compone las canciones que generalmente están dedicadas al amor, a la paz y a la educación.

“Como todos los nariñenses lo saben; el Pacífico ha sido un territorio subvalorado y para acabar con ese estigma trabajamos desde las bellas artes. Ante los notables beneficios que la música y la danza aportan a nuestro bienestar, nosotras encontramos en ellas el refugio perfecto para escribir la nueva historia de Tumaco”, dijo.

Su manera de incidir socialmente ha sido a través del folclor. Como cantora y danzante del Pacífico lucha por el empoderamiento de la mujer, de manera que su interacción en la comunidad está enmarcada en el respeto y la equidad.

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Canciones para la paz

Para María Fernanda Tenorio Quiñonez, gestora cultural de la ‘Escuela Folclórica del Pacífico Sur Tumac’, la música y la danza son las mejores expresiones culturales que en el campo y en la ciudad tienen las tumaqueñas para la construcción de la paz.

Por eso indica que desde hace 50 años se inculca en la infancia y en la adolescencia el desarrollo de proyectos artísticos que incidirán positivamente en su vida. 

“La cultura reconstruye el tejido social, empodera y promueve el liderazgo. Es decir que a la vez que fortalece las relaciones interpersonales en su círculo familiar y comunitario, vigoriza sus capacidades productivas, influye, motiva, organiza y facilita el desarrollo de acciones para el bienestar de su comunidad”, indicó.

Con esas positivas actitudes, María Fernanda asegura que las mujeres concentran su energía en hechos que tienen como propósito proyectar a Tumaco como un territorio enmarcado en las tradiciones y la paz.
 

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