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Guardianas del agua: Procesos de conservación que lideran mujeres indígenas del Pueblo Murui en Putumayo

El papel de las mujeres indígenas y sus saberes ancestrales en la conservación de los recursos naturales es crucial para salvaguardar el recurso hídrico y forestal de la Amazonía colombiana.
Edier Macanilla y Mariana Magallanes

Con machete en mano, durante varias horas las mujeres, abuelas, niños y hombres del resguardo Lagarto Cocha, en el municipio de Leguizamo, Putumayo se sumergen para cortar los grandes colchones que ha formado la especie invasora, que durante años llevan ganando terreno a las dos lagunas con la que cuenta el resguardo, causando eutrofización del agua y la desaparición de muchas especies nativas de plantas y peces. 

Espacio sagrado que les proporciona alimento y bienestar para las 92 familias que habitan y navegan las oscuras aguas amazónicas de la cuenca del río Caucaya.

Su liderazgo no sólo se basa en una profunda conexión con el territorio sino también en un vasto entendimiento ancestral transmitido por abuelos y abuelas, que pretenden llevar a las nuevas generaciones a través de procesos de unidad e iniciativas de conservación del conocimiento cultural y ambiental para la sostenibilidad de las lagunas y los ríos que son fuente de alimento, comunicación y vida.

Rescate del conocimiento ancestral
Esta dinamización del conocimiento lo hacen usando el poder de la conciencia colectiva de las mingas, propiciado desde los espacios de la maloca, la chagra. Con estos espacios de unidad se busca lograr el bien común, impactando en los aspectos transversales del diario vivir de las comunidades, transmutando la participación comunitaria y el aprendizaje comunal. 

Socialmente, las mingas han tenido una relevancia tal que han sido una plataforma de resistencia y lucha en contra de las desigualdades sociales, una herramienta para la gestión educativa y los vínculos asociativos de los pueblos amazónicos. 

Para Dora Nofuya, guardiana del agua, quien ha venido liderando los procesos de restauración de los espacios degradados de su territorio, la reciprocidad, la solidaridad y la fuerza de la palabra de los abuelos y abuelas ha sido el pilar fundamental para enseñar a los niños y niñas sobre la importancia de la conservación para contribuir en la protección de los hábitats naturales.

“Nosotros estamos limpiando y recuperando nuestras lagunas, reforestando las quebradas, porque para nosotros la quebrada es la vía principal de comunicarnos, nosotros siempre trabajamos con el apoyo mutuo. Aquí están las abuelas, ellas no deberían estar aquí, pero ellas quieren seguir acompañándonos para enseñarles a las futuras generaciones a seguir trabajando. Ellas antes de partir, quieren ver nuevamente los grandes espejos de agua”.

De acuerdo con Rudy Romero, la laguna en los años 40 y 45, cuando llegaron los abuelos, era caudalosa y era una zona rica en flora y fauna, había una alta presencia vegetal de retenedores de agua y árboles, pero por una sequía bastante fuerte algunos años atrás, el ecosistema lagunar sufrió consecuencias devastadoras que hoy, gracias a ese trabajo comunitario que lideran las mujeres desde la asociación, se viene recuperando.

“A medida que las especies se van, entonces de por sí, la profundidad de la laguna comienza a perderse, porque la dinámica que hacen los peces, las Taricaya, o el Pirarucú, que son los pescados más grandes que hubo aquí también, ellos, como viven en ese movimiento, hace que la tierra no vaya acumulando, y esas son todas las causas que ha ocasionado eso, con cualquier sequía que haya, ya nos vamos quedando sin agua. Las cabeceras de esto están prácticamente en los potreros, los nacederos ya están en los potreros, entonces hay mucha deforestación”.

Mitigar el cambio climático
Para Olinda Buineza, lideresa de la Asociación Guardianas del agua, el efecto territorial del cambio climático y de actividades como la ganadería extensiva, mantiene alerta a la comunidad. Es la recuperación de la laguna lo que las motiva a continuar con su labor de conservación: “entonces, si el colono, como quien dice, deforesta allá, nos afecta acá porque la laguna no seca. Entonces hay, mitigar eso. Mitigar porque, pues, mire el causante de la afectación que nos hace a nuestra laguna (…) Para nosotros es muy preocupante, de verdad, aunque hemos tratado de concientizar a la gente”.  

En ese sentido, estos procesos de recuperación involucran a miembros de la comunidad de todas las edades, fomentando ese amor y aprecio por la tierra, para Berta Burbano, miembro de la comunidad, enviar ese mensaje de unión a través del trasegar del conocimiento es fundamental, “le digo a la juventud, a la niñez indígena, que es bonito tener su cultura y lo occidental. Para practicar, para unir una dirección igual (..) Para que compartamos y trencemos los pensamientos de todos. Todos tenemos necesidad y por necesidad estamos trabajando”.

A propósito de este Día Internacional de las Pueblos Indígenas, sirva para reconocer el liderazgo de las mujeres indígenas en su contribución a la gestión sostenible de los recursos naturales, a la protección del medio ambiente y la promoción de un desarrollo con enfoque étnico desde la visión de quienes por años han salvaguardado el tesoro más importante para la supervivencia humana, la naturaleza, principalmente en el marco de la COP 16, donde se abre la ventana para plantear espacios de diálogo con las comunidades indígenas del país y reivindicar a través de diferentes instrumentos su rol como autoridades ambientales. 

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