Francisco Pizarro guarda una mística especial, este municipio del departamento de Nariño, cada noviembre vive su tradición en honor al Señor del Mar, patrono del municipio y a quien, desde hace más de cuatro décadas, los salahondeños le cantan a través de los arrullos y los alabaos del Pacífico.
Las fiestas del Señor del Mar son el evento cultural más importante en la historia de Francisco Pizarro, pues reúne la fe de sus habitantes, con las expresiones artísticas y ancestrales de las comunidades étnicas del territorio.
Juan José Melo, seminarista de la Diócesis de Tumaco, expresó que los relatos populares cuentan que dos pescadores del municipio, en una de sus labores de pesca, lanzaron la atarraya al mar, y fue ahí, cuando entre las redes, apareció la figura del Señor del Mar.
Desde ese momento, durante nueve días cada mes de noviembre, los salahondeños de todos los rincones llegan hasta el casco urbano, para conmemorar la aparición del patrono del municipio.
Germania Marquínez, una de las promotoras culturales más reconocidas del territorio, expresó que esta es la fiesta cultural y religiosa más representativa de Francisco Pizarro.
“Esta es la fiesta del pueblo, porque tiene su cultura y su religiosidad, no es una fiesta popular, por eso aquí no permitimos que traigan orquestas, porque ese hace que se pierda la religiosidad de nuestra fiesta y nuestra cultura”, mencionó.
Y es que, durante esta celebración, no suena nada más que esos cantos tradicionales del Pacífico y la música de esas agrupaciones folclóricas que a ritmo de currulao, elevan la herencia de la cultura negra.
Durante la más reciente versión, las calles se iluminaron con el desfile de faroles y las voces de las cantoras resonaron más fuerte que nunca con la noche de arrullos, cada madrugada, además, se llevó a cabo las tradicionales alboradas, en donde con bombos, cununos y wasa, los habitantes honraban al santo patrono de Francisco Pizarro.
La fiesta culmina con un festival folclórico, que se toma las playas de Salahonda, y en donde los habitantes de las veredas se congregan para hacerle este homenaje no solo al Señor del Mar, sino también a la cultura, y a la vida en Francisco Pizarro.