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Carlos Villa, adiós al violinista colombiano más deslumbrante de nuestra historia

Dedicaremos estas líneas a destacar un hito sumamente significativo de sus últimos años, cuando entre 2013 y 2018 dirigió la Orquesta Filarmónica Juvenil de la OFB.
Murió Carlos Villa, violinista colombiano: vida y obra
Foto: prensa de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, Kike Barona
María Isabel Quintero

El 6 de junio de 2023 falleció en Bogotá Carlos Villa, inmenso violinista a quien nuestro país le debe, en primer lugar, el hecho de que uno de los suyos haya descollado con deslumbrante brillantez en la escena europea desde los años 60.

De forma que, antes de cumplir 30 años, su prestigio como solista y recitalista iba en franco aumento e incluso resultó ganador del cargo de concertino de una de las agrupaciones sinfónicas más importantes del viejo continente, la Philharmonia Orchestra de Londres. Solo por mencionar fugazmente los inicios profesionales de una rica vida dedicada enteramente a la música, que lo llevó a interactuar de la forma más natural con grandísimos intérpretes y directores en Europa, Asia y los Estados Unidos por décadas. Y Colombia no se privó de sus talentos, pues el maestro Villa estuvo permanentemente vinculado a la actividad musical de las orquestas más importantes de nuestro país, que lo recibieron como solista, concertino invitado e incluso como director en incontables ocasiones.  

No nos detendremos aquí a mencionar detalles de su prolífica vida musical, por fortuna abundan las reseñas que diferentes medios, enriquecidos por la acción generosa del maestro Villa, han dispuesto para el conocimiento de la gran audiencia. 

En cambio, dedicaremos estas líneas a destacar un hito sumamente significativo de sus últimos años, cuando entre 2013 y 2018 dirigió la Orquesta Filarmónica Juvenil de la OFB, labor que le permitió entrar en contacto directo, permanente y sostenido con un grupo selecto de jóvenes y tomarse, en el mejor sentido posible, todos los escenarios de Bogotá, además de sus parques, plazas, colegios y bibliotecas ubicadas en toda su extensa geografía. 

Un impulso sin precedentes que los más jóvenes empezaron a darle a la música sinfónica bajo su mano y guía, logrando un nivel que rápidamente produjo admiración en todo el medio a nivel nacional y que los hizo partícipes de eventos de gran renombre al mismo nivel y con iguales expectativas que una orquesta de expertos profesionales.  

Resulta pues sorprendente y también emocionante comprobar, y ese es el punto al que queremos llegar, cómo una vida como la del maestro Carlos Villa, plena de logros artísticos, fama y reconocimiento trasciende su rango mismo, su extensión. 

Así que, más allá de haber cautivado a muchos músicos y violinistas de varias generaciones que lo escucharon, conocieron y admiraron por años durante su período más activo, su experiencia y ser artístico se puso al alcance inmediato de otros tantos que, habiendo nacido en la última década del siglo ××, tenían ante sí un mundo bastante más amplio y tal vez poco interés en trayectorias como la suya. El ejercicio profesional impecable, brillante y exitoso de Carlos Villa se convirtió en un ejemplo palpable dado en el ocaso de su vida, una vivencia cotidiana que sirvió de abono a una siembra que seguirá dando frutos a las nuevas generaciones de músicos colombianos. Los artistas no desaparecen al partir, nos entregan para siempre el tesoro intangible de su legado.

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