El cantante y guitarrista Alberto Ávila Leal nació el 21 de enero de 1927. Aún se debate el lugar en el que el músico vio la luz. La contraportada de una producción discográfica póstuma lo cuenta de esta manera: “Tito Ávila, hijo único de Juan y Rosalina, nació en un pueblo de Antioquia, fue bautizado en Magangué, criado en Barranquilla y recorrió toda América dando a conocer su sabor y sus éxitos a todos los latinos”.
Lo cierto es que desde su juventud estaba llamado a ser uno de los más conocidos exponentes del vallenato en guitarra, con protagonismo además en la industria discográfica. También se destacó como intérprete de cumbia, gaitas, porros, bolero y hasta música del Brasil.
En su juventud, Ávila se radicó en Bogotá, donde a partir de 1948 integró la nómina de Los Alegres Vallenatos de Julio Torres Mayorga, primera agrupación de su género en el interior del país. Allí se destacó después del prematuro fallecimiento de Torres en enero de 1951, con temas de su autoría como “El sancocho”, “Lindos ojazos” y “La totuma”. Luego fundó el Trío Los Caribeños, al lado de Enrique Aguilar y Johnny Ferrer, con quienes popularizó su composición “Las golondrinas”, en clave de son paisa.
Tiempo después fundó el trío Los Tropicanos, con quienes grabó en 1951 la versión más querida del clásico "Arbolito de Navidad" de José Barros. Respecto de esa versión dijo lo siguiente el investigador musical José I. Pinilla: “Con el paso de los años se convirtió en himno decembrino, cantado por los pueblos del mundo que lo tienen como pieza antológica. Esta versión (…) se ha fundido en el corazón de la colectividad, que la llevará consigo hasta el último día de su existencia, ligada a sus efímeras alegrías, a sus pasajeros amores y a las remembranzas juveniles”.
Tras la disolución de Los Tropicanos, Ávila engrosó las filas del célebre trío Bovea y sus Vallenatos, bajo la dirección del samario Julio Bovea. Pero además desarrolló una carrera de prestigio por fuera del país. En los Estados Unidos grabó algunos trabajos y en México hizo parte de la compañía escénica del compositor Agustín Lara durante seis meses. En 1956 viajó además a Cuba, donde actuó con agrupaciones tan famosas como el Trío La Rosa, el Trío Nodarse y el Trío Cuba.
Algunas otras de las composiciones de Ávila fueron la guaracha “Adiós mi amor”, la cumbia “Mi truquito”, el merecumbé “Rebolo” y el son vallenato “Lamento del pueblo”. Según él mismo lo contaba, también le pertenecía el exitoso paseaito “La rajita de canela”, pero aseguraba también que en una crisis económica terminó “vendiéndole” su autoría a Rafael López Ruiz, el fundador del sello Rafalo.
Tras decidir dejar los escenarios en 1974, creó en Bogotá la casa disquera Ávila Musical, que en la actualidad permanece en actividad como estudio de grabación.
Tito Ávila falleció en la capital del país hace 35 años, el primero de junio de 1988. Por eso es nuestro Artista de la Semana.