Los alcances internacionales del exuberante catálogo de Discos Fuentes se establecieron desde mediados de la década de los años cuarenta cuando Antonio Fuentes, su fundador, legalizó con Miami Records la distribución y el prensaje de sus discos en Estados Unidos.
A partir de 1961, la expansión continental se dio a través de Peerless en México, Discos Dark en Venezuela, Fadisa en Ecuador, Industrias El Virrey en Perú y Sicamericana en Argentina. Bien entrados los noventa, la imagen del sello se consolidó en Europa gracias a la alianza con Fonomusic en España y World Circuit en Inglaterra.
Aunque en estos mercados siguieron circulando buena parte de las grabaciones que entre 1950 y 1980 labraron su leyenda, la exploración del archivo sonoro de Fuentes se simplificó a colecciones que contenían, en la mayoría de los casos, canciones muy populares y éxitos bailables incontrovertibles. Hasta acá nada que reprochar en tanto que la memoria sonora del sello continuaba vigente, y los bailarines y las bailarinas tenían asegurada su cabriola.
Sin embargo, bien ocultos en las microscópicas hendiduras –olvidados en discos poco divulgados o sencillos inasequibles - otros ‘cañonazos’ estaban aguardando una segunda oportunidad.
El flanco brumoso de un inventario sonoro que, afortunadamente, no dejará de sorprendernos, se hizo visible en los surcos de unos fabulosos discos publicados por sellos modestos y entusiastas. En la conmemoración de los 35 años de la partida de Antonio Fuentes, recordamos su monumental legado a través de cinco recopilaciones que, además de contener osados repertorios, brillan por las investigaciones agudas y unas portadas de antología.
Soundway Records
El que es en la actualidad uno de los sellos europeos más reconocidos en el ámbito de las músicas alternativas, nació en 2002 de la mano del inglés Miles Cleret. La octava referencia de su discográfica –que empezó con una antología de funk y afrobeat ghanés- está dedicada, tal cual reza en el título, a los años dorados de Discos Fuentes.
Editada en 2007, ‘Colombia! the Golden Age of Discos Fuentes. the Powerhouse of Colombian Music 1960-76’,cuenta con las notas rigurosas de Roberto Gyemant y la fina selección de Cleret. Para muchos y muchas significó escuchar por primera vez el épico solo de piano que Juancho Vargas interpreta en ‘Mondongo’, aquella memorable descarga de Los Corraleros de Majagual.
Cuatro años después, Cleret y Gyemant se concentraron en los discos que el saxofonista Michi Sarmiento –junto a su Combo Bravo- registró para Fuentes entre 1967 y 1977. La aparición de esta recopilación, significó la redención de Sarmiento, quien, por esos años, era una leyenda en el olvido.
Domino Sound Records
Esta emblemática tienda de vinilos en Nueva Orleans debe su nombre a que, además de discos volátiles, consiguen las referencias más absurdas de juegos de dominó. Allí funciona un sello discográfico especializado en músicas que ellos consideran raras y peculiares: grabaciones del catálogo de Alan Lomax, rumba cubana grabada en Tanzania, guitarristas revolucionarios de Eritrea, canciones etíopes de boda y cumbias colombianas registradas por Discos Fuentes entre 1961 y 1973.
‘A orillas del Magdalena’ (2009) y ‘Remolino de oro’ (2012), los dos volúmenes cumbieros de Domino Sound Records, contienen desde oscuras cumbias sabaneras de Andrés Landero hasta cumbias orquestales de Los Corraleros de Majagual. Entre ese rango encontramos, también, gemas como la versión de ‘Macondo’ de la Banda y Coros Campesinos de Repelón y la disparatada ‘Cumbia sincelejana’ de Los Teen Agers.
Vampisoul
Fundado en 2002 por Íñigo Pastor, Vampisoul es un sello que explora un abanico muy sabroso de música: desde funk, garage y boogaloo peruanos hasta candombe uruguayo y plena boricua. Los sonidos tropicales colombianos no han sido ajenos a los intereses del sello que entre 2010 y 2014 publicó los dos volúmenes de la antología ‘The Afrosound of Colombia’.
Más de sesenta bombazos del catálogo menos visitado de Discos Fuentes hacen parte de este par de recopilaciones elaboradas por el ávido historiador y percusionista cubano Pablo Yglesias, quien es mejor conocido como DJ Bongohead, puntualiza su aporte con estas palabras:
“Afrosound no es algo tangible que se pueda ajustar a las reglas de un crítico. Tampoco es una tradición folclórica que haya ido pasando de generación en generación desde tiempos inmemoriales. Es un híbrido moderno, sincrético y sintético, generado en un estudio, apropiado por una industria que solo podía haber nacido en la era de la aldea global. Es más preciso considerar Afrosound como un estado mental, una manera de crear, tocar, ver y oír.”