Incluido en el álbum debut de la agrupación dirigida por Jorge Velosa, sin duda alguna es la declaración de amor más entrañable que transportador alguno le haya hecho a su enamorada. El tema narra el amor que un tocayo de Velosa, camionero él, sentía por una joven vendedora de carretera, de la que se enamoró un día que se le pinchó una llanta. Decía su autor en el libro “La cucharita y no sé qué más”: “Casi un año duraron los amoríos y él sólo quería estar ahí, viendo todas las tardes a su vidamía. Cada que le salía un viaje largo era un suplicio. Los kilómetros se hacían interminables y se le iba el tiempo en malayar unas alas que lo dejaran ahí mismo donde una tarde la llanta se le volvió chicuca y por poco el corazón también”.
“El conductor”, Alberto Buitrago y José A. Bedoya (1960)
Consagrado como el cantor absoluto de todos los diciembres en Antioquia, el guitarrista, compositor y cantante José A. Bedoya se ganaba la vida como empleado de la empresa Tejicóndor, en Medellín. Allí un compañero suyo de trabajo, Alberto Buitrago, le enseñó un extenso y surrealista poema suyo en el que alguien soñaba que su novia se había convertido en un camión. “de todas esas estrofas yo llevé a Sonolux como unas seis, y allí todavía le sacaron algunos rengloncitos; Don Guillermo de Bedout arregló esto un poquito, pues en esa época se podía usar el doble sentido pero sin llevarlo a la vulgaridad. Se ensayó el número pensando que de pronto podría ser parado por la censura radial, pero no pasó nada y salió vuelto un éxito muy grande”, le contaba Bedoya a Alberto Burgos Herrera para su libro “La música parrandera paisa”. Y vaya si fue el éxito que cuentan: entre otros ha hecho parte del repertorio del mexicano Mike Laure y del grupo chileno Chico Trujllo.
“El mecánico”, Fabio Arroyave (circa 1960)
El músico antioqueño Fabio Arroyave fue bautizado por su amigo, el locutor Jorge Antonio Vega, como “El Terror de los Pianistas Habidos y por Haber”. Responsable de cientos de orquestaciones en nuestra música popular, su más célebre composición es “El mecánico”, un porro bailado en todo el país a partir de su lanzamiento por la orquesta de Edmundo Arias. Recordaba Juancho Vargas, quien fue pianista en esa grabación: “Recuerdo que salíamos tarde de La Voz de Antioquia a grabar de madrugada ese tema a los estudios de Ondina, y yo me llevé a Bobby Ruiz, cantante de la orquesta de Lucho Bermúdez, para que me acompañara. Resulta que el cantante no apareció, y tuvimos que meter de afán a Bobby”. El recientemente fallecido cantante Frank Cortés asegura que el tema tuvo como primer nombre “En el taller”. La bandas bogotana Retro-Visor le hizo una interesante versión electrónica.
“Chofer”, La Chiva Gantiva (2010)
Natalia Gantiva y Rafa Espinel son los choferes de una chiva que desde hace más de 10 años comanda la movida independiente latina en Bruselas. La Chiva Gantiva es depositaria de una mezcla entre las sonoridades balcánicas, el klezmer centroeuropeo, la movida indie del viejo continente y los géneros colombianos. Gracias a ello han desarrollado una carrera que los ha llevado por todos los escenarios de su país de estancia, así como por otros lugares de Europa, incluyendo su celebrada participación en el World Music Expo, Womex, llevado a cabo en Santiago de Compostela en 2016. Mientras se preparan para ofrecernos los nuevos sencillos de lo que será su próxima entrega discográfica, recordamos este homenaje al tránsito de lugar en lugar que hacen a través de una canción en la que recrean esa tonada estudiantil que decía: “¡Chofer, chofer! ¡Más velocidad!”
…Y un bonus track…
“Camionero”, Roberto Carlos (1984)
Ejemplo de minimalismo y de economía de recursos es el video de uno de los grandes clásicos del cantautor brasileño Roberto Carlos. Se trata del mayor éxito en su país en el año de su lanzamiento, y se cuenta que tan sólo en el día en que se dio a conocer logró más de tres mil pasadas por radios, coletazo de algunos de los éxitos que lo precedieron como “Cama y mesa”, “Lady Laura”, “La montaña” y muchísimos más. Hoy este tema, traducido al español por su propio autor, no deja de ser una referencia ineludible del tránsito por las carreteras de América entera, entre otras gracias también a las versiones en salsa que hicieron Frankie Ruiz y Cheo Feliciano, y por supuesto a las referencias a costumbres conexas a los transportadores de todo el mundo, como pintar “en el parachoque un corazón y el nombre de ella”.