En la cuenca del río Orinoco sobre la margen derecha del río Arauca, en el sector norte y centro del departamento de Arauca se encuentra ubicado Arauquita, el municipio cacaotero de Colombia. Por su localización es el epicentro de la vía alterna a la Ruta de los Libertadores, que comunica el mar Caribe con el mar Pacífico desde Caracas, Venezuela, hasta el Puerto de Buenaventura.
Arauquita es el más grande de los siete municipios que conforman este departamento.
Su creación está ligada a diversos momentos históricos como la colonización española y venezolana. Se dice que fue fundado en el año 1675 por misioneros jesuitas, liderados por el padre Bernabé González, quienes le dieron el nombre de San Lorenzo; hoy en día este lugar es una vereda o zona rural que aún conserva el mismo nombre.
“Los padres jesuitas llegaron a la selva, lo que se conoce hoy como San Lorenzo. Ellos fundaron un asentamiento indígena porque en Arauquita había muchas tribus, ellos se quedaron por un tiempo evangelizando a estas comunidades, hasta que los jesuitas fueron expulsados de Colombia, los padres dejaron estas rancherías y los indios se esparcieron por todo el departamento; y San Lorenzo quedó solo por un tiempo” explica Elsa Rojas de Fernández, raizal de este municipio quien asegura que la historia no es como la cuentan.
También se dice que las tribus que habitaban este territorio eran los macaguanes y tames, aunque gran parte fueron extinguidos.
Solo el grupo étnico los guahibos sobrevivió con una pequeña población que se dedicaba a la caza, la pesca y la agricultura, en el que se destaca el cultivo del cacao, el cual hoy por hoy es una de las líneas productivas que le ha permitido gran reconocimiento a este municipio en eventos nacionales e internacionales por la calidad de su grano.
Luego este centro poblado que se conocía como San Lorenzo se desplazó 5 kilómetros ribera abajo y durante la colonia recibió el nombre de El Guadual, pero fue hasta en el año 1920 que recibe el nombre de Arauquita y en 1971 es erigido como municipio mediante el Decreto 1447.
Pero antes de que se lograra todo esto hay otra esta versión de la historia, “los verdaderos pobladores o fundadores de Arauquita son familias venezolanas, 12 familias del vecino país que llegaron en el año 1830 y se arrancharon aquí, en Arauquita, entre ellas la familia Quirife, Cosiles, Requiniva, Alvarado, entre otras, ellos pararon sus chozas sobre la margen del río Arauca, y de esta manera se formó el pueblito”, cuenta Elsa.
Con nostalgia recuerda la época en la que el río Arauca era el gran aliado de sus pobladores y el único medio de transporte para llegar a la capital araucana, hasta donde tenían que llevar sus cultivos. Arauquita, desde entonces, se ha caracterizado por ser la despensa agrícola de la región.
El conflicto armado ha sido uno de los impedimentos para que este municipio avance y progrese; sin embargo, sus pobladores quienes se caracterizan por su generosidad, solidaridad y verraquera, cada día le apuestan a iniciativas de paz mediante proyectos productivos que son articulados entre campesinos, víctimas y firmantes de paz, quienes se encuentran en Villa Paz, Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación, en Filipinas, zona rural de esta localidad.
Sus majestuosos paisajes, la gastronomía, la fauna silvestre, la flora, el folclor, y las tradiciones llaneras, son algunas de las razones que han hecho que santandereanos, boyacenses, costeños, paisas, entre otros foráneos, se queden en Arauquita. “Para mi Arauquita es un paraíso, y nunca me iré de aquí porque a pesar de la violencia, hay gente muy buena y uno vive tranquilo”, así lo reafirma con amor Elsa Rojas, quien además se siente muy orgullosa de ser arauquiteña.