La alta movilidad vehicular que, a causa del deslizamiento de tierra registrado en Rosas (Cauca) obligó a los conductores de vehículos públicos y particulares del departamento de Nariño a movilizarse por la carretera San Francisco – Mocoa (Putumayo) – Pitalito (Huila) para llegar al centro de Colombia, provocaría el desabastecimiento de combustible en 8 estaciones de servicio de 4 poblaciones del alto Putumayo.
“El elevado parque vehicular que sale desde la capital nariñense rumbo a Popayán, Cali o Bogotá, tanquea en las estaciones de servicio de los municipios de Santiago, Colón, Sibundoy y San Francisco, reduciendo la cantidad de los hidrocarburos asignados mensualmente para dichas localidades del alto Putumayo”, dijo Julián Santiago Rodríguez, administrador de una estación de servicio en Sibundoy.
Aunque asegura que hasta el momento en dicha localidad se dispone de algunos galones de combustible, precisa que, así como están las cosas duda en que el cupo asignado alcance hasta el 31 de enero. A la vez se refirió al desespero colectivo en el que están cayendo algunos ciudadanos por aprovisionarse del combustible.
“En una estación de servicio que hace 2 días, a las 9:00 de la mañana se descargaron 2.590 galones para que en una semana fueran distribuidos en 1.500 automotores, esa cantidad de hidrocarburo se terminó a las 4:00 de la tarde”, explicó.
Frente a esa situación, subrayó que el cupo asignado para las 8 estaciones de servicio del alto Putumayo es mínimo, al precisar que algunas de ellas disponen de 12.000, 17.000, 20.000 y 32.000 galones mensuales de combustible.
“Es decir que ante la desproporcionada movilidad que se vive en la zona, una estación de servicio que disponga de 12.000 galones para comercializarlos en 17 días, ese cupo se terminaría en 3 días”, dijo.
“Camioneros preocupados”
Por su parte Víctor Quintana, representante de la Asociación Colombiana de Camioneros (ACC) seccional Putumayo, aseguró que los carrotanques que salen desde la planta distribuidora de combustibles con sede en el municipio de Orito, no pueden arribar a los municipios del alto Putumayo, por la elevada congestión vehicular.
“Es tan difícil la movilidad que se vive en ese trayecto vial, que un vehículo de carga pesada que a la 1:00 de la tarde salió desde Villagarzón rumbo a Sibundoy, llegó a las 8:00 de la mañana del día siguiente”, manifestó el dirigente gremial al asegurar que, por la alta congestión automotor, la mayoría de camioneros se abstiene de dirigirse a ese sector.
Regulan venta de combustible
Para regular la venta de combustibles, el alcalde del municipio de Sibundoy, Jhon Jairo Andrade, emitió un decreto a través del cual las autoridades gubernamentales controlan la comercialización de gasolina.
“La medida se tomó para evitar que en 10 días el municipio esté completamente desabastecido de combustible, teniendo en cuenta que en la localidad el cupo es de aproximadamente 110.000 galones mensuales”, dijo el mandatario local.
Para evitar la reventa del combustible, el alcalde explicó que a través de dicho decreto se prohíbe la venta de gasolina en pomas a excepción de los agricultores previamente censados. De igual manera, dicha ordenanza establece la venta de hasta dos galones de combustible por motocicleta, 10 galones para vehículos de servicio público y 5 galones para vehículos particulares.
“Largas filas”
“El temor a quedarse sin combustible obliga a los conductores de carros y motos del municipio de Sibundoy a hacer largas filas en las estaciones de servicio. El actual desabastecimiento que se vive en la región no solo es generado por los conductores que hacen su paso obligado por este sector para llegar al centro de Colombia, sino por algunos conductores de la ciudad de Pasto que vienen a la población a tanquear, para luego regresar a sus lugares de origen”, manifestó el líder social Luis Luna.
“Como si el alto costo de vida que padecemos no fuera suficiente, los colombianos de a pie también debemos tolerar la especulación generada por la escasez de combustible. Para viajar desde la ciudad de Pasto hasta Popayán, pasando por Mocoa y Pitalito; tuve que pagar por tiquete más de $400.000”, dijo Maritza Sarria, empleada pública quien a finales del 2022 viajó desde la capital caucana a Pasto para pasar junto a sus familiares las celebraciones de inicio de año.