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CERRAR

Invierno en La Mojana sucreña deja más de 500 familias afectadas 

Dos mil personas, equivalentes a 500 familias, se encuentran damnificadas en las zonas rurales de la subregión de La Mojana.
Francisco Barrios

Dos mil personas, equivalentes a 500 familias, se encuentran damnificadas en las zonas rurales de la subregión de La Mojana en Sucre por las inundaciones que ocasiona el río Cauca, a través de la ruptura ubicada en el sector conocido como cara de gato.

La situación de emergencia se desencadenó hace diez meses, en  el punto ubicado entre los municipios de San Jacinto del Cauca (sur de Bolívar) y Guaranda, todo en jurisdicción de la subregión de La Mojana, cuando el río destruyó el jarillón y las corrientes arrasaron con cultivos y animales.

De la misma forma las viviendas en veredas y corregimientos sufrieron las consecuencias, además, de las fincas que quedaron bajo las aguas.

“Desde entonces, se inició la lucha por solucionar el problema, con trabajo de mitigación para cerrar la abertura por donde ingresa el río Cauca, pero los esfuerzos han sido en vano. El problema persiste y los damnificados crecen todos los días”, dijo Arcesio Paredes, líder social de la región.

Paredes cuenta que el tiempo es inclemente en esta zona de Sucre y el sur de Bolívar, con lluvias que arrecian todos los días, sumadas a las que se producen en la parte alta de Antioquia, que hacen que el río suba más. 

Además, de acuerdo con el líder social, los damnificados fueron ubicados inicialmente en albergues en las cabeceras municipales donde recibieron el apoyo de las administraciones locales. 

“Posteriormente, en los pocos días que bajaron las aguas, las familias retornaron a sus lugares de origen y ahora con el recrudecimiento del invierno decidieron ubicarse sobre la vía principal, entre los municipios de San Benito Abad – San Marcos – Majagual y Sucre (Sucre)”, expresó  Paredes. 

Asimismo, manifestó que a la ruptura en cara de gato se sumó otra más en la vereda ‘Los Arrastres’, en jurisdicción del municipio de Guaranda.

“La emergencia no ha sido controlada, las familias sufren porque no tienen un lugar seco donde estar, el alimento les hace falta y no se vislumbra una solución de cierre en los lugares que provocan las inundaciones”, anotó Paredes.


 
 

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