En semanas previas, bandas delincuenciales que se autodenominan como brazos del Clan del Golfo llegaron hasta los colegios de Cimitarra y algunos de sus corregimientos, como Puerto Olaya, para inducir a los jóvenes a la venta de estupefacientes. Los docentes, intentando detener este accionar desde las aulas, resultaron amenazados.
Esta situación provocó que durante algunas semanas estudiantes y docentes por igual tuviera que dejar de lado las clases y se resguardaran en sus propias casas por seguridad. Sin embargo, la semana pasada y tras un Consejo de Seguridad, las autoridades de este municipio, el gobernador de Santander y el Ejército Nacional se comprometieron con brindar compañía física durante las 24 horas del día.
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“Los primeros tres días hubo seguridad todo el día, estuvo el ejército, el Gaula y el Goes. Desde el día martes para acá la presencia ha sido esporádica. Vienen en la mañana, se toman una foto, se van, vuelven al mediodía y se van”, denunció Cristian Camilo Camacho, un concejal de Cimitarra.
La inconsistencia en la presencia física de efectivos militares o policías generó, de inmediato, que los habitantes de la zona empezaran a sentirse nuevamente con miedo por represalias que puedan llevar a cabo los mismos delincuentes que han amenazado a los docentes.
Este corporado contó que ha tenido comunicación con los comandantes que antes patrullaban el lugar y le respondieron que la presencia militar no se limita a estar de manera física, sino también haciendo labores de inteligencia. “Pero la comunidad continúa expuesta y muy asustada porque la policía viene esporádicamente”, recalcó Camacho.
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Desde la Gobernación de Santander ya se está al tanto de esta situación, pues el mismo concejal asegura que ha informado directamente al gobernador Mauricio Aguilar sobre lo que está pasando. Aquí, sin embargo, hay un contraste de declaraciones, pues el mandatario de los santandereanos aseguró que el municipio está militarizado. No obstante, reconoce que existe una presencia física del Clan del Golfo.
“Las amenazas también se han venido presentando por parte de alias ‘Yorman’, que está en una cárcel de Antioquia y continúa siendo el cabecilla de este grupo delincuencial en Puerto Olaya, y desde la cárcel sigue amenazando con extorsiones a los ciudadanos”.
Son por lo menos unos 200 jóvenes los que están en medio de la incertidumbre, entre ir a clases y recibir los hostigamientos de delincuentes para que se sumen a sus redes del microtráfico, o quedarse en casa tratando de ocultarse de la realidad que se vive en su corregimiento.