La situación en el Chocó, cada día es más compleja, pues sus habitantes siguen sufriendo constantemente las consecuencias del conflicto armado que azota a la región, pese a que, en el día de ayer, el Eln anunció el cese de las restricciones a las comunidades de la subregión del San Juan y otros territorios.
Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidades para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, OCHA, a raíz de los múltiples enfrentamientos entre grupos armados no estatales, 2.147 familias del Alto Baudó quedaron en riesgo alimentario y otras 9.000 quedaron en riesgo.
Debido a esta situación, la iglesia católica ya empezó a entregar ayudas a estas a las comunidades más afectadas y asimismo, han pedido la colaboración de otras personas y organizaciones para que se sumen.
“200 mercados a las comunidades más afectadas de Doidó, Puerto Murillo, Noanamá y de Negría. A través de este gesto, queremos que muchos se nos sumen”, indicó monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Quibdó, capital del Chocó.
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Además de solicitar ayudas, la iglesia católica ha hecho un llamado a los grupos armados, pidiendo que demuestren su voluntad de paz, entrando en sintonía de dialogo, pues recordemos que, el Eln ya dio inicio a su quinto ciclo de conversaciones con el gobierno del presidente Gustavo Petro.
“El llamado es tanto para el Eln como las AGC, las disidencias de las Farc y todos estos grupos, para que entremos todos en una sintonía de diálogo”, añadió el Obispo de la capital chocoana.
Cabe mencionar que, el informe de Naciones Unidas no solo alerta ante la necesidad de asistencia alimentaria para las población afectada, sino también por la existencia de un brote de paludismo en la zona, por lo cual se señala la necesidad de brigadas médicas para la evaluación y atención.
Asimismo, revela que, en lo que va del 2023 se han producido cuatro emergencias masivas, situación que mantiene en una constante condición de vulnerabilidades a las comunidades étnicas del municipio.