Andreina Oquendo es una joven venezolana que llegó a Fonseca (La Guajira) hace cinco años, con una maleta y con la esperanza de salir adelante con su madre y sus tres hijos de doce, siete y cinco años. Sin muchas fuentes de trabajo, encontró en el mototaxismo una oportunidad para sustentar a su familia.
"Ha sido bastante difícil. Mi mamá trabaja limpiando casas, mi hermana en una panadería y yo decidí manejar la moto, porque cualquier cosa que salga para sustentar a mis hijos, ahí estoy", expresó Andreina. Su jornada empieza a las 7:00 de la mañana y finaliza hacia las 10:00 de la noche.
Cuando transita por las principales calles de la 'tierra de cantores', Andreina se roba todas las miradas, no solo por su belleza, también porque es inusual ver a una mujer en esta ardua labor.
"La verdad es un trabajo muy difícil porque uno tiene que trabajar con sol, con lluvia, porque no nos queda otra opción. No es algo que hagamos porque nos guste, sino porque no nos queda de otra, porque tenemos que llevar todos los días el sustento a la casa", señaló Oquendo.
Allí, en un municipio donde más de mil hombres ejercen el oficio del mototaxismo se encuentra ella, Andreina, esta joven y aguerrida mujer que ha tenido que ganarse un puesto en el gremio de transporte a punta de luchas.
"A veces los hombres son un poco machistas, no les gusta mucho que las mujeres manejemos, pero no nos queda de otra porque si no hay un papá que sustente el hogar, nos toca a nosotras", relató la joven mototaxista.
Gracias a su esfuerzo y trabajo constante, logró comprarse su motocicleta, la que se ha convertido en la oportunidad de sacar adelante a su familia, lejos de su tierra natal, pero con el orgullo de haberse repuesto de las adversidades.
De acuerdo con Migración Colombia, regional Guajira, en el departamento hay un total de 150.806 venezolanos radicados, de los cuales, 11.873 se encuentran en el municipio de Fonseca.