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Viaje a las entrañas del Cañón La Garganta del Diablo: 'joya' turística de San Vicente del Caguán

Emplazada sobre las ondulantes montañas de la cordillera oriental, se encuentra la vereda La Argentina de San Vicente del Caguán, Caquetá, un destino de turismo comunitario rico en biodiversidad y mágicos lugares como el ´Cañón La Garganta del Diablo´.
Cristian Serafín Marquin

Una colorida guacamaya y la brisa fresca de una mañana amazónica nos recibieron al arribar al caserío de la vereda La Argentina, después de escarpar en camioneta por una vía agreste durante más de una hora en húmedas montañas de la cordillera oriental y en medio de fascinantes paisajes, donde se contempla un ápice de la imponente ruralidad de San Vicente del Caguán que incluye diversidad de árboles, aves, cascadas y fincas.  

Somos un grupo de ocho turistas de la región expectantes por sumergirnos en la biodiversidad del Cañón ´La Garganta del Diablo´, ubicado a 43 kilómetros de la cabecera municipal de San Vicente del Caguán-Caquetá, 'joya' turística localizada en  dicha vereda, ideal para realizar actividades de turismo de aventura como el canyoning-torrentismo, deportes que combinan adrenalina, naturaleza y que consisten principalmente en el descenso de barrancos y cascadas; así como espeleología, disciplina enfocada en explorar cuevas. 


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En el caserío, el señor Samuel Puentes, su esposa María Alba y familia, nos recibieron en su casa con un exquisito café cultivado por campesinos de la misma vereda, mientras el señor Andrés Vera Sanabria, representante legal de la Asociación Comunitaria, Ambiental y de Turismo de la vereda La Argentina (Asocoamtuar), nos dio la bienvenida a vivir la apertura de esta iniciativa ambiental y turística que empezó a gestarse en el año 2020 con el apoyo de la Agencia Operadora local Canaima Ecotur.

"Durante cuatro años hemos venido trabajando en este proceso para ofrecer calidad, hemos estado capacitándonos como guías y todo lo que tiene que ver con el turismo de naturaleza y comunitario. Somos una asociación de campesinos de base certificados como emprendedores de desarrollo turístico en espacio natural", destacó con alegría y satisfacción el campesino sanvicentuno que lidera Asocoamtuar, asociación integrada por 20 familias.


Joya natural 

La Argentina turística, relató Andrés, tiene una expansión de 4.400 hectáreas, de las cuales más del 60% son bosque. Riqueza que requiere conservación ante la latente deforestación. "La única estrategia que tenemos para mitigar esta problemática es desarrollar actividades turísticas en este espacio. Este año logramos tener en nuestra zona el 0% en deforestación de bosque primario", resaltó.

Al mismo tiempo, expuso que el primer objetivo de la asociación es el tema ambiental, "venimos haciendo un inventario de biodiversidad, dentro de la vereda registramos más de 600 especies. En el tema de ornitología tenemos 170 aves registradas de las cuales ya 154 están identificadas, igualmente especies de mayor importancia para nosotros, en este caso, tenemos aves como la arpía y en esta línea se registran tres en estado de vulnerabilidad", agregó el líder de la Asociación comunitaria y turística Asocoamtuar, mientras nos mostraba imágenes de esta biodiversidad.

A esta riqueza, añadió, se suma el inventario de 45 orquídeas, 23 identificadas y 4 nuevas para la ciencia que se encontraron el año 2023 en una investigación realizada en el marco del programa ‘Orquídeas por la paz en el Caquetá’.

El alistamiento 

Una vez el señor Andrés nos contó sobre la riqueza natural de la que estábamos rodeados, iniciamos el alistamiento para la experiencia de turismo de aventura en el ´Cañón La Garganta del Diablo´, una de las dos riquezas turísticas certificadas de la vereda La Argentina, de un total de siete.

Nicol Valentina Vera Palomino, su pequeña hija, estuvo a cargo de entregarnos recomendaciones para practicar estos deportes en espacio natural. "Nosotros siempre decimos que de este lugar tan bello no nos vamos a llevar nada, solo fotos, no vamos a matar nada, solo tiempo, no vamos a dejar nada, solo huellas", fue el mensaje de la niña de 10 años, quien hace parte del relevo generacional del turismo en la vereda La Argentina.

Con este mensaje en nuestras mentes, empezamos a escuchar las indicaciones para estar seguros al practicar canyoning, para lo cual el uso de arnés y casco, así como tener clara la técnica para descender, es supremamente importante. "Estos implementos deben estar siempre ajustados y asegurados, en todo momento debemos tener las piernas abiertas, nuestro cuerpo tiene que estar inclinado hacia atrás y con las manos debemos maniobrar la cuerda para descender", fueron las recomendaciones de Nicol. 
 

En ´La Garganta del Diablo´

Luego, bajo el sol radiante, emprendimos un breve recorrido en camioneta, para posteriormente descender del vehículo y realizar una corta caminata por una verde llanura hasta llegar al cauce de la quebrada ´La Urraca´, que metros más adelante cae dentro del ´Cañón La Garganta del Diablo´. De esta manera empezó el reto de sumergirnos en las entrañas de formaciones de agua fría y suelo rocoso donde un grupo de seis campesinos guías, liderados por Andrés, pusieron a disposición sus conocimientos y destrezas en el campo del turismo de aventura.

Andrés dio a entender que el nombre de este cañón se estableció por sus características geomorfológicas y geológicas, debido a un accidente geográfico provocado por un río que a través de un proceso de epigénesis excavó el terreno; “al igual que este, hay uno en México que tiene el mismo nombre", afirmó. 

Enseguida y bajo la orientación de Andrés, uno a uno empezamos a descender a través de cuerdas suspendidas en los arnés para emprender la exploración del territorio en aguas vivas. La turista más experimentada bajó primero y la vimos desaparecer entre el agua y la roca. Después de varios descensos, llegó nuestro turno. Nos acercamos a la orilla y aferrados a las cuerdas que se convierten en una especie de salvavidas emprendimos la aventura. Aunque los arnés, el casco, dan seguridad, el vértigo se hace presente. El agua cae de lado a lado hasta llegar al fondo del cañón luego de recorrer aproximadamente 10 metros. 

Con furia, el agua se abre camino entre las rocas y la tierra. Pasa por una abertura que permite ver el final de la caída desde arriba, en donde esperábamos turno para hacer canyoning. Cuando todos descendimos por la cascada empezó la caminata aguas abajo. Superamos piedras resbalosas y rocas mojadas. Nadamos, tomamos agua, comimos queso asado con jalea de panela, mientras nos iluminaba el sol del mediodía. Vimos mariposas de colores encantadores y árboles exuberantes. Solo quedaba fluir con el agua, bajar la cabeza y escoger correctamente dónde poner los pies.

Dos descensos y el encuentro con una cueva hicieron parte del recorrido que finalizó con deslizadas en un tobogán natural luego de tres horas. Esta fue tan solo una parte de la experiencia que brinda este escenario turístico, cuyo recorrido total oscila entre los 800 y 1000 m. El trayecto terminó en un arroyo de aguas tranquilas. Nos reunimos en la orilla. Vimos atrás y la imagen sublime natural fue simple: agua y luz atravesando una grieta abierta en medio de la montaña. 

Esta es la última parada del viaje. Aquí estamos, en esta tierra del suroccidente de Colombia, bendecida con biodiversidad. Un territorio que hasta hace unos años fue dominado por la guerra y que ahora transforma el dolor con la esperanza de nuevos visitantes que fortalecen un mensaje de compromiso y paz.

´Tripe Tentación de la Amazonía´

Un deleite de sabores nos recibió momentos después en casa de Samuel y María, donde la Agencia Operadora Canaima Ecotur, y su representante administrativa Sibeyi Luna, nos recibieron con un delicioso plato amazónico denominado ´Tripe Tentación de la Amazonía´ donde el fuerte era una rodaja de pez chontaduro del río Caguán en salsa de coco, arroz rojo y ensalada tropical. "El enfoque que tenemos en la gastronomía es darle un valor agregado a lo que cultivamos en la región", afirmó la joven emprendedora.

También resaltó que recientemente esta Agencia recibió el certificado de autorización de uso del sello ´Colombia Destinos de Paz´ por parte del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, "un reconocimiento por la labor que venimos haciendo y seguiremos haciendo aquí en el territorio".

La lluvia en la tarde-noche y el sol radiante en la mañana del día siguiente amenizaron nuestro descenso por la cordillera oriental de regreso al caso urbano del municipio de San Vicente del Caguán, norte del departamento del Caquetá, luego de vivir una experiencia turística de naturaleza y paz liderada por una comunidad que cree en la paz con la biodiversidad. 

En la memoria, las impresionantes imágenes del paisaje natural y el compromiso con el fortalecimiento de alternativas de desarrollo sostenible como la que exponen la Asociación Comunitaria, Ambiental y de Turismo de la vereda La Argentina y la Agencia Operadora Canaima Ecotur. La paz es el camino a la Amazonia.


 

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