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Hechos que en Nariño marcaron la llegada de la televisión a Tumaco

Entre 1970 y 1977 los primeros programas nacionales de televisión que se miraban en los hogares de ‘La Perla del Pacífico nariñense’ eran por señal incidental.
Tumaco: Hechos que marcaron la llegada de la televisión
Foto: Juan Narváez
Juan Miguel Narváez Erazo

La llegada de la señal de televisión marcó un hito en las familias del municipio de Tumaco. Ese fue un hecho que llenó de alegría a sus habitantes, porque sabían que los partidos de fútbol, las telenovelas y programas de humor iban a ser parte de su vida.  

Historiadores y dirigentes sociales como Alex Bolívar Córdoba aseguran que hace más de 5 décadas cuando los tumaqueños empezaron a hablar de la señal de tv nacional, fueron contados los televisores que se encendieron en los hogares de ‘La Perla del Pacífico Nariñense’. 


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Si bien es cierto indica que ese servicio público causó mucho auge en toda la población, la situación económica de ese entonces no permitía que todos los hogares accedieran a su televisor. Por eso en las afueras de una misma casa se reunían diariamente por lo menos 70 personas. 

Entre 1970 y 1977 los primeros programas nacionales de televisión que se miraban en el municipio de Tumaco eran por señal incidental, eso sucedía porque las antenas repetidoras de Inravisión estaban ubicadas en la cima del volcán Galeras en la ciudad de Pasto.  

50 años después que llegó la señal de televisión a Tumaco, sus habitantes sonríen con sus recuerdos. 

Como era de conocimiento general, Alex reitera que la topografía impedía que en la costa pacífica nariñense se recepcionara una imagen de muy buena calidad. Todo era cambiante y por eso indica que cuando los días estaban despejados; la cosa era distinta, pues la misma nitidez con la que Pasto recibía la señal, Tumaco también la disfrutaba.

En ese entonces, recuerda que los televisores estaban conectados a una antena que en aquel tiempo se la conocía popularmente como espinazo de pescado. 

Se creía que entre más grande era la antena iba a recepcionar mucho mejor la señal de televisión, por eso fueron distintas las familias que optaron por instalar esos elementos en los techos de sus casas.
Para que la imagen no sea lluviosa, acostumbraban a poner en los extremos de las antenas tapas de ollas de aluminio, las mismas que las matronas utilizaban para tapar los peroles cuando solían cocinar el tradicional pusandao. 

Mientras todo eso sucedía, Alex Bolívar asegura que al tiempo que se instalaban las antenas parabólicas de propiedad del municipio de Tumaco, la dirección nacional de Inravisión ubicaba sobre el parque San Judas una gran antena repetidora de la señal de los canales nacionales. 

Fue entonces cuando entre 1978 y 1979 Tumaco tenía los 2 canales nacionales de la más alta frecuencia. Un tiempo después es decir entre 1979 y 1980, Alex trajo a su mente aquellos instantes en los que llegó al municipio la televisión a color, otro hecho que empezaba a mejorar el estatus social y la calidad de vida de los tumaqueños. 

“Y fue en ese entonces cuando desde el Cuerpo de Bomberos se hicieron las primeras transmisiones del terremoto – maremoto sucedido un 12 de diciembre de 1979. Esos nefastos momentos que por cierto empañaron a las familias de mucho dolor, los dimos a conocer al resto de Colombia a través de una antena especial que llegó desde la ciudad de Bogotá”, indicó el historiador.

Los noticieros eran una especie de adicción para los adultos y como congregaban a multitudes se miraban en las casetas de barrios o en algunas casas de familia. Eso sí para estar cómodos, cada quien llevaba su propio banquito de madera.

‘Yo y Tú’, era el programa más jocoso del canal uno que todos los domingos sobre las 7:00 de la noche convocada a los tumaqueños.

“Otro programa que en las mañanas gustaba a los niños era Animalandia. En esta producción; Tuerquita, Pernito y Bebé fueron la sensación para los niños y niñas de Tumaco. En la noche presentaba Don Chinche quien junto a personajes como: Eutimio, Rosalbita, doña Berthica, don Joaco y la señorita Elvia entre otros; cautivaron la atención de las familias tumaqueñas.   

En ese tiempo, asegura que todas las familias querían tener su propio televisor; sin embargo, obtenerlo era toda una odisea, primero porque desplazarse desde Tumaco a Pasto por una deteriorada carretera implicaba muchas horas de viaje y segundo ese electrodoméstico costaba alrededor de $75.000. 

“En aquellos días, ese precio era un jurgo de plata, sin embargo, en varios hogares se miraban televisores de diversos tamaños y formas. Mientras en algunas familias ubicaban sus sencillos modelos de televisión sobre mesas, otras que adquirían esos aparatos ensamblados en muebles de madera semejantes a unos bufetes, los conectaban en la sala”, afirmó. 

Como las señoras solían ser un tanto presumidas con las visitas, sobre la parte superior del mueble del televisor acostumbraban a poner porcelanas, caracoles y conchas de gran tamaño.

‘Jacinto a mover la antena’ 

El televisor en ese tiempo no tenía control remoto y el canal que lo sintonizaba el papá allí se quedaba y nadie lo cambiaba. Los hijos lo único que podían hacer era cambiar la dirección de la antena cuando se iba la señal. 

“Entonces cuando uno de los pelaos se subía al techo, se escuchaba cuando el papá les decía: Jacinto muévala suavecito un poquito a la izquierda y como no garraba la señal, les insistía diciendo; despacio, un tris más a la derecha, eso; eso; allí está bien. Después de tantos giros,  gritos y malabares; por fin aparecía la imagen y lo peor de todo es que a veces eso sucedía en los mejores momentos de los partidos de fútbol”, expresó el gestor cultural Antonio Correa.       

En Tumaco, sus habitantes siempre se han distinguido por mostrar sus atractivos turísticos y gastronómicos, los cuales los han puesto a consideración del resto de colombianos desde que la televisión era a blanco y negro.

“Por ese mismo factor la gente que nos miraba en otros lugares del país se reía cuando en ciertas ocasiones presentábamos un plato típico que no era lo mismo verlo en una imagen a blanco y negro que a color. Por ejemplo, cuando las matronas decían voy a cocinar un pargo rojo, lo que se miraba a través de la señal de televisión a blanco y negro era un pargo gris”, manifestó. 

Amenos momentos de la ‘tele’

Mercedes Correa una de las matronas más estimadas en ‘La Perla del Pacífico Nariñense’ precisa que desde el primer momento en que llegó la televisión a Tumaco sucedieron hechos muy particulares al interior de las familias.

“Por ejemplo recuerdo tanto aquel 28 de octubre de 1975 cuando la selección Colombia jugó contra Perú la final de la Copa América. Ese día todo el mundo estaba a la expectativa y por eso desde tempranas horas de la mañana todos los tumaqueños, principalmente los jóvenes corrían de allá para acá con los aguamaniles repletos de pescado, camarón y plátano”, expresó.

Ese día, Mercedes recuerda que sus hijos Gabriel y Andrés Correa Angulo se ‘apoderaron’ de la cocina para encocar más de 30 pescados y preparar alrededor de 90 patacones.

“Esa fue una gran comelona para los más de 30 integrantes de la familia, sin embargo, la preparación de los platos que tenía como eje central la transmisión televisada del partido de fútbol estuvo llena de muchas anécdotas. Una de las que más recuerdo tiene que ver con la pérdida de la tapa de una de mis ollas preferidas de 40 litros de capacidad”, indicó. 

“Tapas de ollas al aire”

Como la señal de televisión no era la mejor, Mercedes recuerda que Gabriel había cogido a escondidas la tapa de la olla tamalera que más le gustaba y en la que a propósito estaba cocinando el sancocho de pescado para la venta de ese día. 

“A medida que pasaba el tiempo, la sopa no hervía y por más que preguntaba a mis hijos si alguien había tomado la tapa, nadie contestaba. En vista de eso salí al patio y cuando levanté la mirada, observé que en una de las puntas de la antena de televisión estaba incrustada la tapa de la olla. Fue en ese entonces cuando empecé a mover la guadua que sostenía a la antena hasta que cayó la tapa”, manifestó.

Aunque fue consciente que el retiro de ese elemento desmejoró la calidad de la imagen en la pantalla del televisor, la matrona jamás olvidará que pasaron alegres momentos. 

‘Todo por la sele’

Jorge Castillo quien a sus 74 años de edad asegura que mantiene frescos los instantes que rodearon la llegada de la televisión a Tumaco recuerda que uno de los momentos más memorables para sus amigos y vecinos fue aquel 28 de octubre de 1975.

“Ese día madrugué y lo primero que hice fue cambiar una vieja estructura de madera que desde hace más de 8 meses soportaba la antena de televisión, que a propósito amenazaba con desplomarse”, indicó. 

Como el anhelo de Jorge al igual que el de los demás tumaqueños era enviarle las mejores energías a Pedro Zape, Jaime Deluque, Edgar Angulo, Oscar Bolaños y Willington Ortiz entre otros futbolistas más, al momento de encender la televisión miró que la pantalla de su televisor estaba completamente lluviosa. 

“Al salir al patio de la casa miré que sobre la antena había más de 30 pájaros de mediano tamaño, pues el peso de las aves había inclinado la antena. En vista de que todo debía estar listo para el partido, bajé nuevamente la antena en menos de lo que canta un gallo y la reforcé de manera que pudiera soportar el peso de hasta 50 pelicanos”, expresó.

Después de tantos malabares Jorge pudo mirar el partido Colombia-Perú cuyo resultado en el marco de la final de la Copa América fue 1 – 0 a favor del combinado peruano. 

“En realidad, aquellos fueron momentos memorables para quienes tuvimos la oportunidad de vivir los orígenes de cómo llegó la televisión a Tumaco. Recuerdo con mucha felicidad y nostalgia que desde 1974 hasta 1983 se usaron en los hogares tumaqueños los tradicionales televisores de tubos de 29 pulgadas marca Philips, Sharp e Hitachi”, indicó. 

Finalmente, trajo a su mente aquellos instantes en los que jóvenes y adultos, desde las 6:00 de la tarde se reunían en las calles de los barrios de Tumaco para ver sus programas preferidos generalmente noticieros y telenovelas.

Hoy los tumaqueños añoran aquellos momentos en los que llegó la televisión a blanco y negro.


 

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