El Carmen: Epicentro de la cultura santandereana en el centro de Valledupar
Colindando con el corazón del comercio en la capital del Cesar, la Alcaldía y la Plaza Alfonso López, allí forjó la colonia Santandereana, el barrio El Carmen. Un sector donde nacieron las tiendas de abarrotes que para la época eran poco conocidas en una población que estaba en un relegado desarrollo.
‘La Campana’ y ‘El Almendro’ son algunos de los nombres que permanecen en la memoria de líderes comunales como Armando Valera, tiendas que fueron la innovación en el barrio y que sirvieron para impulsar la economía y el desarrollo de Valledupar.
“Ellos venían huyendo de la violencia del 48, en el Cesar llegaron al municipio de La Paz, ahí se dividieron; muchos se fueron a la parte alta de la Serranía, las zonas de Manaure, San José de Oriente, fundaron el corregimiento de Media Luna, otros se fueron a Pueblo Bello y un grupo amplió llegó a Valledupar, aquí a esta zona que se conocía como El Cerezo y ellos lo bautizaron El Carmen porque eran oriundos de la zona de El Carmen en Norte de Santander” esta era la historia que todos conocíamos por la sabiduría popular, relata Armando Valera Niño, líder comunal de este sector.
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Alda Rosa Núñez de Sarmiento, es quizás una de las habitantes más antiguas del barrio El Carmen, cuenta con ocho décadas y recuerda que al barrio llegó a los seis años, su familia tiene orígenes en La Guajira y se casó con un santandereano con quien tuvo cinco hijos. Ella aún se dedica al comercio, tiene un establecimiento comercial en La Galería Popular, es muy visitado por su devoción a la Virgen del Carmen, los milagros que le atribuyen y los altares que tiene en su negocio que dan muestra de su fe.
“Fueron los santandereanos los que le dieron el nombre al barrio, en honor a la Virgen del Carmen, ellos se aclimataron aquí en la zona” dice la señora Alda, mientras acaricia la imagen de la virgen que tiene en su escritorio.
Veneración a la patrona de los conductores
En la placa de la plazoleta central donde se encuentra una imagen de la virgen, se lee en una vieja placa que la primera fiesta tradicional que se celebró en honor a la Virgen del Carmen, patrona de los transportadores, una vez creado el barrio, el 16 de julio de 1958. “A la Santísima Virgen de El Carmen para la colonia Nortesantandereana” dice Textualmente.
La señora Alda, recuerda como su barrio era una zona que, a pesar de colindar con el centro de la ciudad, era muy enmontada hasta que fueron llegando familias santandereanas a construir viviendas que se fueron convirtiendo en colonias residenciales.
“El barrio fue fundado antes de los años 50, cuando empezaron a llegar estas familias santandereanas”, recuerda la señora Aida. “Es que en esa época el costeño era poco de tiendas, pero ellos sí, sabían cómo era el negocio. Las tiendas eran la innovación de la época. Se convirtieron en negocios prósperos”.
Valledupar le debe mucho a la colonia santandereana porque de ahí fue que surgieron las tiendas y los almacenes de abarrotes que en su momento le dio mucha fuerza al desarrollo de la ciudad, finaliza Armando Valera.
Clara Bohórquez Barbas, hace parte de los descendientes de familias de Mompox y Santander que también llegaron a impulsar el progreso en el barrio El Carmen, hacia los años 70. Ella ha sido testigo de progreso y recuerda cómo estos vecinos santandereanos se organizaban con garrotes para prestar vigilancia en las noches en el naciente sector.
Sentada en una mecedora, en su casa ubicada en todo el corazón del barrio, frente al mítico parque, doña Rosa Janinin Ardila Pabón, recuerda que ella es una descendiente de los primeros santandereanos que llegaron a Valledupar, hace más de 70 años huyendo de la violencia. Sus padres, Benedicto Ardila y Argemira Pabón, eran un policía y una profesora que les gustó encontrar muchos paisanos en el sector y decidieron quedarse y tener sus cuatro hijos. Doña Rosa tuvo sus hijos en el barrio, sus nietos y aun pese al paso de los años, ahí sigue.
Las familias Anteliz, Navarro, Los Pacheco, Los Bonnet, Agudelo, Bohórquez, Quintero, Ardila, Angarita, Chichilla y Cáceres son algunos de los apellidos más recordados y que guardan relación con los santandereanos que llegaron a fundar El Carmen.
El barrio, reconocen sus líderes, siempre ha estado cargado de cultura, fe y tradición. Ha sido un asentamiento de foráneos o extranjeros que llegan buscando espacios en el comercio de la ciudad y son acogidos siempre.
“Yo quiero mucho mi barrio y nunca me quise ir a otro lado, aquí tengo mi casa, aquí aprendí a venerar a la Virgen del Carmen, esa fue una tradición que nos trajeron los santandereanos y aquí la acogimos y hasta el día de hoy la celebramos” finalizó la señora Alda.
La profesora Elvis Montero, es una líder cívica del barrio que siempre trabaja con niños hijos de migrantes que habitan en el barrio. Sus 60 años de vida los ha vivido recorriendo sus calles, sintiendo su esencia y recordando como se celebraban sus fiestas años atrás con varas de premios, carreras de encostalados, coge la puerca y otros juegos tradicionales que fueron implementados por estas colonias de santandereanos.
El Carmen es un barrio que hace parte de la comuna uno de Valledupar, cuenta con cerca de 6.000 habitantes, tiene un total de 20 manzanas, puesto de salud y la iglesia que lleva el mismo nombre.
Este barrio, aún conserva su estilo colonial, allí permanecen residencias de bahareque y barro como resistiéndose al paso inexorable del tiempo. En las calles del barrio El Carmen, se vive una mezcla de fe y tradición acentuada por los milagros que, por voz popular, se cuentan y se atribuyen a la patrona de quienes allí habitan, la Virgen del Carmen.
