Sus voces nos han arrullado, sus canciones han calmado nuestros corazones, su presencia es motivo suficiente para celebrar la vida. Hablamos de ellas, nuestra abuelas y madres de la música en Colombia. Unas ya partieron al más allá y desde el cielo de la música su legado sigue vivió. Otras nos acompañan en el día a día, recordándonos porque sus voces han parido las más bellas canciones e historias.
Aquí una selección de nombres en representación de todas las abuelas y madres de nuestra música.
Matilde Díaz: Nacida en San Bernardo (Cundinamarca) y criada en Icononzo (Tolima), la voz de Matilde acompañó por décadas no solo la Orquesta, si no la vida sentimental de Lucho Bermúdez. Desarrolló un trabajo solista, catapultándola como como una figura clave en la interpretación de porros, cumbias, boleros. En esta canción, “Las Pilanderas”, composición de José Barros, hace una dupla junto a su entrañable amiga Celia Cruz. Matilde falleció en Bogotá el 8 de marzo de 2002. Celia, un año después.
Totó la Momposina: Su voz es símbolo de identidad. Su voz ha pisado los escenarios más importantes del planeta. Hoy a sus 80 años de edad, Sonia Bazanta Vides, o como cariñosamente le hemos dichos por décadas “Totó la Momposina”. Desde niña aprendió los bailes cantados, gracias a las enseñanzas de su madre dona Libia Vides y Daniel Bazanta, oriundo de Magangué (Bolívar). Totó nació el 1 de agosto de 1940, llegó a la tierra para iluminarnos con su voz y compromiso con las músicas de la identidad. Ella es madre, abuela y una madrina de todos los colombianos que le agradecemos por haber puesto en el mapa del mundo los sonidos tradicionales de Caribe Colombiano.
Petrona Martínez Villa: El 27 de enero de 1939, en San Cayetano, Bolivar, nació la abuela del bullerengue. La magia de su voz es innata, no estudio música en ninguna academia, su escuela ha sido la vida y el camino que ha hecho en las labores de campo. Madre de 7 hijos, abuela de una decena y bisabuela de otros tantos, Petrona es sin duda uno de los personajes más carismáticos y queridos en la música tradicional del Caribe. A través de sus diferentes producciones ha dejado un legado importante como compositora. En el año 2017 presentó una isquemia cerebral que la alejó de la música, no obstante, gracias al virtuosismo del productor Manuel García “Chaco”, se acaba de publicar el álbum “Ancestras”, con la voz de Petrona, como registro de sus últimas grabaciones antes de caer enferma.
Teresita Gómez: Escuchar a Teresita Gómez tocar el piano es de los detalles más dulces para el oído. Nacida en Medellín el 9 de mayo de 1943. Sus padres adoptivos son responsables que en parte ella sea una de las mejores pianistas del continente. Sí, ellos eran los guardas del Palacio de Bellas Artes en Medellín y por tal razón, y sin querer, siempre estuvo rodeada de un ambiente estético y artístico. A lo largo de sus años de estudio del piano clásico, se encontró con la obra de los compositores colombianos Luis A. Calvo y Adolfo Mejía, a través de estas obras pudo elevar la música colombiana a un estado mayor. Fue agregada cultural en Berlín durante la presidencia de Belisario Betancourt, ha tocado en los escenarios más prestigiosos del mundo, es una mujer afro que ama la música y es inspiración para muchas generaciones.
Helenita Vargas: Gracias a Sofía Helena Vargas Marulanda, la música popular está arraigada en el corazón de los colombianos. O mejor, gracias a la voz de Helenita Vargas, “La Ronca de Oro”, hay un sello femenino para la ranchera, los boleros, el tango y la música cantinera. Nació en Puerta Tejada, Cauca en 1934. En 1968 grabó su primer contrato discográfico con el sello Sonolux y gracias a ese éxito a nivel nacional, fue como tiempo después llegó el apodo de “La Ronca de Oro”, bautizada por el periodista cubano radicado en Cali, José Pardo Llada.
Falleció el 7 de febrero de 2011, dejando un registro de al menos 30 trabajos discográfios y un sin número de giras y seguidores por toda Colombia.
Zully Murillo: El Pacífico colombiano tiene una de las abuelas y madres más querendonas de la región. Ella es la maestra Zully Murillo, una mujer de mirada sensible y corazón humilde. Canta, compone, escribe, pero sobre todo es una contadora de historias en el que relató sus vivencias, las de sus ancestros y las de su pueblo. Nació el 23 de abril de 1944 en Quibdó, Chocó. Desde niña se interesó por las artes, también acompañaba a su mamá quien fue educadora, a dar clases en las veredas del departamento. De allí su otra vocación como maestra, oficio que desempeñó por 40 años. Más adelante estudió matemáticas y física en la ciudad de Bogotá y esa ciencia la alternaba con la música y la poesía. Ella es una narradora oral, una madre y abuela cautivante.
Les compartimos la música de otras abuelas y madres de la música colombiana, para tenerlas en el radar.