La investigación permitió identificar 46 familias de plantas, 89 géneros y 79 especies, con el propósito de reconocer el uso y manejo de la flora, así como la importancia cultural para la comunidad cafetera del Alto Roblal en el municipio de Tello, al norte del departamento del Huila.
Las estudiantes de la Universidad Minuto de Dios, Marined Bustos Díaz y Silvia Fernanda Bustos Díaz, quienes obtuvieron una distinción laureada por este trabajo, mencionaron que “es un pilar importante para continuar los esfuerzos en el reconocimiento de los saberes que tienen nuestros campesinos, en cómo se ha construido un territorio, muy de la mano con la naturaleza”.
Luego de conversar con las familias, se identificó la importancia cultural de las plantas, a través del índice de Frecuencia en Mención (FM). Para la identificación de la flora se hicieron registros fotográficos, recolección de especímenes vegetales y revisión de claves especializadas en campo y laboratorio.
Dentro de las 118 plantas identificadas, las especies más importantes culturalmente son el paico y la hierbabuena; mientras que el menor reporte incluye a 58 especies, entre las cuales está el cararé, espader e higuerón. Dentro de las categorías etnobotánicas se destacó la medicinal como la más importante con 70 especies.
El roble también fue una de las especies más representativas culturalmente para la comunidad, dentro de la categoría maderable. Sin embargo, esta especie también cuenta con la particularidad de que se encuentra en amenaza.
Marined Bustos, una de las investigadoras, explicó que de los principales hallazgos se destacan los conocimientos tradicionales hacia la cultura y la botánica que se han venido recopilando a través de la investigación, “esto permite ser la base para las diferentes instituciones o entidades ambientales en el departamento, dado que permite observar diversidad en la flora y así mismo generar estrategias para su preservación”.
Por su parte, Silvia Bustos mencionó que parte de la motivación para adelantar este trabajo fue identificar en el tiempo una serie de problemáticas ambientales, “esto tiene que ver con el mal manejo de los recursos naturales. Pero el estar cerca de la comunidad nos permitió interesarnos por la recuperación de las prácticas ancestrales de relación con la naturaleza, y una de las mayores sorpresas que nos llevamos al salir a campo, fue que no solo las personas adultas eran quienes tenían conocimientos, sino que también los jóvenes y niños”.
Añadió que las personas más jóvenes tenían un alto conocimiento en algunas especies y esos conocimientos los expresan de manera apasionada, “ver la colaboración y compromiso de la gente es muy bonito. El haber tenido la posibilidad de conversar con las familias y comunidades campesinas sobre esos usos que le dan a las diferentes plantas y ver cómo, pese a que cultivan café, continúan haciendo parte de su cotidianidad y tejiendo relaciones con la naturaleza y su cuidado”.