“Con el noticiero buscamos empoderar a las mujeres y orientarlas sobre la violencia de género, no queremos que las mujeres sigan sufriendo maltratos y continúen desarrollando todas sus capacidades”.
¡Al aire! Así define Natalia Iter, de 14 años, al ‘Noticiero Choco Violeta’, un informativo del municipio de Mesetas, Meta, creado, producido y dirigido por un grupo de niñas que vieron en las cámaras, los micrófonos y las redes sociales, los mejores canales y elementos para transmitir sus ideas, ayudar a sus congéneres y, sobre todo, hacer lo que más les gusta, periodismo.
En esta zona del Ariari, que fue trastocada por las manos armadas del conflicto, las ondas hertzianas, los periódicos o las cámaras de televisión no son, ni han sido muy protagonistas -o por lo menos no mucho en circunstancias positivas- durante años el mejor medio de comunicación fue el voz a voz o las misas dominicales; sin embargo, las niñas unieron esfuerzos, pero particularmente ideas, para ser un puente comunicativo entre las comunidades y las entidades, una comunión importante de establecer en un territorio que se está transformando.
“Ya tenemos dos cursos de comunicaciones, uno de ellos nos lo dio USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional). Nos estamos capacitando porque queremos hacer buenos contenidos, que les gusten a las personas y sacar el proyecto adelante”, cuenta Natalia.
Cuatro niñas del casco urbano y otras tres de las zonas rurales aledañas hacen parte del equipo periodístico del noticiero. Semanalmente hacen sus consejos de redacción que previamente acuerdan en un grupo de WhatsApp; exponen sus ideas, plantean los temas de la parrilla y como diría el director de cámaras ¡a grabar!
El parque principal del municipio, las calles de los barrios, veredas y cultivos de plátano o chontaduro sirven de locación. La cámara principal, un celular sencillo; los micrófonos, sus voces potentes y con carácter; el medio, una página de Facebook que ya tiene varios seguidores y espera seguir creciendo.
“Cuando recién empezamos utilizábamos el celular de mi mamá para grabar, la edición también la hacíamos ahí, no teníamos muchos recursos. Luego fuimos tocando puertas y con la ayuda del movimiento ‘Chocolate entre amigas’ logramos el apoyo de USAID y nos dieron una impresora, una cámara básica, un computador y una memoria que nos ha servido mucho”, añade la niña periodista.
Como un ángel de la guarda o caída del cielo, Elizabeth Santamaria, quien hace parte de la Asociación ‘Chocolate entre amigas’, ha sido la conductora y la referente para las niñas en este proyecto. Como dirían en el argot futbolístico, ‘se puso la 10’ y salió a la cancha a buscar apoyo para ellas.
De mujeres para mujeres
“En el noticiero nos basamos más que todo en temas para las mujeres. En este momento muchas pasan por momentos difíciles y nosotras como niñas lo que queremos es visibilizarlas, empoderarlas, hacerle un llamado a las instituciones para que las apoyen, especialmente a las mujeres campesinas que tienen grandes emprendimientos en sus veredas”, dice orgullosa Natalia, que además tiene como coequipera a su hermana menor de 12 años, Sofía.
Con seguridad, pero también entre risas, cuentan que, aunque a una le gusta presentar y a otra grabar, todas “hacen de todo un poquito”; son reporteras, investigadoras, camarógrafas y hasta editoras. El talento abunda en el equipo.
“A mi me gusta mucho grabar y entrevistar, siempre quiero conocer las historias de las niñas, las jóvenes y transmitirles seguridad”, cuenta Ana, que, aunque es un poco más tímida que su hermana, se vislumbra como un gran prospecto para el periodismo en Colombia.
Sus reportajes, entrevistas y hasta crónicas ya han trascendido las fronteras de la inmensa llanura que las cobija. Las redes sociales les han permitido comunicar el potencial de las mujeres ‘mesetenses’ y sus emprendimientos, concientizar a otros territorios sobre la violencia de género y animar a otras mujeres que justamente necesitan de un medio para dar a conocer sus situaciones. Jamás pensaron que serían niñas quienes se echarían a cuestas esa tarea.
“Yo digo una cosa y siempre la he pensado: debemos cambiar la perspectiva y expectativa de un hombre hacía la mujer, y de la mujer frente al hombre (…) no es justo que una mujer reciba maltrato de parte de su pareja, o viceversa”, argumenta Natalia.
Una madre orgullosa
Yenny Lucía Idelcampo es la madre de Natalia y Sofía. ‘Mesetense’ de nacimiento y crianza. Enfermera de profesión, pero trabaja “en lo que le salga”. Desde el 2006 se incorporó a la vida civil luego de haber pertenecido a las extintas Farc, y ahora hace las veces de camarógrafa en algunas ocasiones para el noticiero y se siente “orgullosa” de ver lo que han logrado sus hijas.
“Para mi es un orgullo que ellas se hayan enfocado en el campo del periodismo. Una vez estando hospitalizada, a la menor le mandaron una tarea y ella me la presentó en forma de noticia. Ese fue uno de los puntos de partida para el noticiero”, recuerda Yenny casi con lagrimas en sus ojos.
Aunque fue evidente desde el momento que inició la charla, Yenny no se cansa de mencionar lo sociables que son Natalia y Sofía, la facilidad que tienen para escuchar y entablar conversaciones, y reitera que está dispuesta a ayudarlas y hacer cualquier sacrificio para apoyarlas en este trasegar.
“A la edad que tienen se han empoderado fuertemente. Hay muchas mujeres que las admiran y ven la capacidad que ellas tienen y dicen: si ellas son capaces, ¿por qué yo no? Ellas se ven como agobiadas y dicen: si una niña puede, ¿por qué yo no lo puedo hacer? Han servido mucho los mensajes que ellas les han transmitido.
Lejos de los grandes reflectores, los equipos de última generación o en busca de las primicias noticiosas, las niñas del municipio de Mesetas siguen trabajando para consolidar un noticiero que comunica las necesidades y las luchas de las mujeres de la región, un informativo que le cuenta al mundo las bondades de esta tierra, videos y entrevistas que ponen en primera plana los proyectos del agro y los campesinos, y que como imagen, logo y eslogan siempre tiene enmarcada la palabra paz.