Tumaco es uno de los destinos turísticos preferidos por los nariñenses para descansar y disfrutar de únicos e inolvidables espectáculos de la madre naturaleza. El avistamiento de ballenas es uno de ellos y por eso, en esta temporada del año; decenas de visitantes se congregan en los alrededores de la isla de Bocagrande.
Según Jaime Santamaría Ayala director de la fundación Bioecosinergia, Tumaco es el primer municipio de Colombia donde llegan las ballenas jorobadas en su migración anual. Desde la Antártida hasta el océano pacífico, indica que recorren 8.500 kilómetros de distancia.
Cuando llegan a las tropicales aguas del pacífico colombiano tienen como objetivo reproducirse y dar a luz.
“Las ballenas en estado de gestación vienen a parir, porque las aguas de Tumaco tienen la temperatura ideal para que las crías, es decir los vallenatos puedan alimentarse, crecer rápidamente y en su retorno soporten las gélidas aguas de la Antártida”, explicó.
El promedio de ballenas que suben por toda la costa pacífica hasta llegar a Panamá es de 3.000. En su visita a la costa pacífica no solo frecuentan las aguas marítimas de Tumaco, sino también de la isla de La Gorgona en Cauca y de las costas de Buenaventura y Chocó.
“Cuando arriban a Colombia, las ballenas que nacieron en nuestras costas llegan a los sitios donde fueron paridas. Para admirar este espectáculo tan hermoso lo podemos hacer en toda la ensenada que va desde el cabo Manglares hasta Bocagrande” explicó.
Una ballena adulta puede medir entre 16 y 18 metros de longitud y pueden pesar hasta 40toneladas. Las hembras son mucho más grandes que los machos, teniendo en cuenta que estos últimos alcanzan un promedio de 12 y 13 metros de longitud.
“Las hembras hacen parte del matriarcado y de hecho son las que gobiernan. Un vallenato cuando nace mide hasta 5 metros de longitud y puede pesar hasta una tonelada”, manifestó.
Cuando llegan al océano Pacífico, las hembras, machos e incluso los neonatos hacen rituales saltando sobre el agua. Esa es su manera de interactuar y se comunican a través de los saltos.
“Las hembras les enseñan a los vallenatos a saltar y hacer movimientos de cola. Además se comunican a través de sonidos que viajan a kilómetros de distancia, sin embrago los únicos que pueden producir una canción de hasta 20 minutos son los machos y cada año traen una nueva tonada”, indicó.
Así mismo Jaime subrayó que las ballenas son muy sensibles a los residuos que encuentran en el mar porque se alimentan a través de la filtración, entonces al digerir un elemento de plástico o icopor pone en riesgo su vida.
Una ballena en su lugar de alimentación que generalmente suele ser el polo sur consume entre una y tres toneladas de alimento.
“El avistamiento de las ballenas suele hacerse entre junio y octubre de cada año. Por eso son muchos los turistas que desde las ciudades de Pasto e Ipiales, llegan a Tumaco para evidenciar esta experiencia única en la región”, dijo la ambientalista Michell Castillo, quien invitó a todos los tumaqueños a mantener limpias las playas y a no arrojar desechos al mar. A la vez destacó las campañas de recolección de envases plásticos e icopor para evitar que caigan al mar y sean ingeridos por las ballenas y sus crías. “Así como a los seres humanos nos gusta que respeten nuestros entornos para vivir, a las ballenas también les agradaría que cuidemos sus ecosistemas”, dijo.
Reactivación económica.
Durante los 5 meses que las ballenas pernoctan en aguas del pacífico nariñense, Gloria Insandará aseguró que la alta presencia de visitantes incrementa en un 80% la venta de sus vasos de salpicón.
“Cada vasito lo vendo en $2.000 y de los 200 que diariamente preparo para comercializarlos en las playas de El Morro y en otros atractivos lugares de la Perla del Pacífico nariñense, obtengo buenos dividendos. Bendigo esta temporada del año porque cuando llegan las ballenitas a Tumaco atraen muchos visitantes y a la vez favorecen a las madres cabeza de hogar que nos ganamos el sustento diario para nuestros hijos ofertando nuestros tradicionales productos”, manifestó.
Para Herlinto Cuero quien desde hace más de 10 años se gana la vida transportando pasajeros desde Tumaco hasta la isla de Bocagrande, el avistamiento de las ballenas reactiva la movilización de turistas.
“Hay ocasiones en las que al mes suelo transportar hasta la isla de Bocagrande entre 4 y 6 visitantes, pero ahora con la llegada de las ballenas la cosa cambia y es cuando cada fin de semana hago entre 5 y 6 carreras en las cuales transporto hasta 30 turistas”, expresó Herlinto al indicar que este espectáculo de la naturaleza beneficia también a las señoras que sobreviven con la venta de cocadas y a las cocineras tradicionales que en sus restaurantes tradicionales ofrecen diversos platos de la región.
Según ambientalistas de la región, las ballenas pernoctarán en Tumaco hasta octubre de este
año.
En aguas del pacífico nariñense, las ballenas se comunican a través de cantos y saltos.