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La Tatacoa: laboratorio para estudiar fenómenos planetarios

Una iniciativa del Instituto de Astrobiología de Colombia busca evaluar las semejanzas de ese ecosistema semidesértico con la evolución del planeta Marte.
Desierto La Tatacoa: fenómenos planetarios | Marte
Foto: Gobernación del Huila
Rafael Trujillo

El desierto de La Tatacoa, uno de los más sorprendentes paisajes en el territorio nacional, no solo se ha consolidado como uno de los más atractivos destinos de turismo para el departamento del Huila.

Es también uno de los más importantes epicentros mundiales de investigación paleontológica, por el hallazgo de fósiles del período conocido como Mioceno, y escenario para la observación astronómica gracias a sus cielos limpios y oscuros.

Más recientemente, La Tatacoa está siendo analizado para utilizarlo como modelo en el cual simular la superficie del planeta Marte y la posibilidad de estudiar los fenómenos que llevaron a ese mundo a convertirse en un desierto gélido.

Casi en silencio, como se desarrolla la mayoría de los estudios científicos, la investigación la lidera el biólogo Jorge Enrique Bueno Prieto, busca crear la analogía, desde diferentes disciplinas, de La Tatacoa con Marte.

Bueno Prieto, quien es doctor en Investigación Espacial y Astrobiología, y director y fundador del Instituto de Astrobiología de Colombia, avanza en estudios junto al doctor Jesús Martínez Frías, quien ha estado en varias oportunidades en La Tatacoa.

Pero… ¿Es posible explicar los cambios climáticos que el planeta Marte experimentó a lo largo de millones de años, usando el modelo de paisaje y ecosistema de La Tatacoa?

La primera respuesta podría ser: ¡Claro! ¿No vemos que una parte de la superficie del desierto es roja, como ocurre en Marte?

Pero más allá de esa propuesta emocional, y guardando todas las proporciones, “Marte hace unos 4.000 millones años tuvo un clima más amable que posiblemente pudo albergar vida. Marte pudo contener agua líquida. Si la vida en la Tierra se ha fundado en este solvente, pensaríamos que la probabilidad de que Marte haya tenido vida son cercanas”, explica Bueno Prieto.

Los cambios de diferente orden que sufrió Marte para agotar las posibilidades de ofrecer un entorno para la vida podrían equipararse con lo que La Tatacoa sufrió en los últimos millones de años, al transformarse de una sabana húmeda tropical, con mucha agua y muchas especies de flora y fauna, a un ecosistema más parecido a un desierto.

“Así sea a una escala muy mínima, podríamos aproximarnos, a partir de lo que ocurrió aquí con lo que pasó en Marte”, destaca el investigador.

El estudio podría conducir a nuevas estrategias para proteger La Tatacoa y aproximar a los visitantes y a la comunidad en general al conocimiento del territorio, y los paralelos científicos que podría tener con un planeta como Marte, que hace parte del imaginario popular.

“Nosotros lo hemos sugerido dentro de un interés que busca darle una protección al desierto desde la base fundamental de las ciencias. Es decir, si lo vemos realmente como un santuario de interés para la astrobiología, además de la geología, la física y la química, podríamos crear una ‘ruta marciana’ para promover un nuevo interés: el turismo científico”, anota.

Se trata, agrega, de un camino que apenas comienza, que ya tiene respaldo de la academia (se firmó recientemente un acuerdo marco con la Universidad Surcolombiana), pero todavía falta un mayor respaldo institucional que permita potenciar aún más lo que hoy ofrecen ecosistemas como La Tatacoa.

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